PROFECÍA DE APOCALIPSIS (V)
Samuel Pérez Millos
APOCALIPSIS
(9:18)
“Por estas tres plagas fue muerta la
tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de
su boca”. “A causa de las tres plagas etas fueron muertos la tercera parte
de los hombres, por el fuego y el humo y el azufre el que salía de la boca de
ellos” (Gr.)
A muerte de la tercera parte de los
hombres se produce por medio de lo que Juan llama plagas. El sustantivo
tiene el significado de algo que hiere y produce calamidades; está vinculado
con la razón de herir o herida. Lucas lo usa en ese sentido, para
referirse a las heridas causadas por los salteadores de aquel hombre iba de
Jerusalén a Jericó (Lc.10:30). Es una palabra muy común en el Apocalipsis
(cf.9:18,20;11:6;13:3; 15:1,6,8;16:19,21;18:4,8; 21:9; 22:18)
Las tres plagas en la acción del ejército
que Juan vio tienen relación con el fuego, el humo y el azufre que sale de las
bocas de los caballos. El énfasis no está en el modo de causar la muerte de las
gentes, sino más bien en la acción demoniaca que la produce. Los demonios son
absolutamente inmisericordes, de tal manera que la palabra genérica hombres
equivalente a personas, denota cualquier habitante de la tierra, tanto mayores
como niños, tanto, hombres como mujeres; no ha distinción, simplemente la
humanidad, es objeto de la acción mortífera de estos ejércitos infernales que
causarán la muerte a la tercera parte de los moradores del mundo.
Juan afirma contundentemente que la
tercera parte de la población de la tierra fue muerta, es decir, no
murieron de muerte natural, ni se trata de una muerte espiritual, sino que
fueron llevados a la muerte por acción de los demonios. La mortandad por medio
de las plagas pudiera comprender epidemias, catástrofes y conflictos de
cualquier género, de ahí el uso del término plagas para describir la
acción de ese ejército.
(9:19)
“Pues el poder de los caballos estaba en
su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenía
cabezas, y con ellas dañaban”: “Porque el poder de los caballos en la boca
de ellos está y en las colas de ellos porque las colas de ellos semejantes a
serpientes tienen cabezas y con ellas dañan (Gr.)
El relato concluye con el detalle de la
acción de los caballos que se presentan como verdaderas máquinas o instrumentos
de muerte. Además de la boca que ocasionan las plagas de muerte, están también
las colas, que se representan como semejantes a cabezas de serpientes. Un
aspecto más a tener en cuenta es que Juan habla del poder de los caballos,
utilizando para ello un término que implica la dotación de autoridad para
llevar a cabo las acciones malignas contra los hombres.
El Soberano actúa en gracia preservando
parte de los hombres del poder de los demonios, ya que, en caso contrario, toda
la humanidad sería exterminada por ellos. El incremente del juicio se pone de
manifiesto. En el anterior toque, la plaga producía dolor o tormento, en esta
ya produce tormentos y muerte. Los juicios divinos se intensifican en una
advertencia solemne a los hombres llamándoles al arrepentimiento.
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