LA QUINTA TROMPETA (VI)
Samuel Pérez Millos
APOCALIPSIS
(9:7)
"El
aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en
las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas". "Y
el aspecto de las langostas semejantes a caballos preparados para batalla, y
sobre las cabezas de ellos como coronas semejantes a otro y los rostros de
ellos como rostros de hombres" (Gr.)
De los
sufrientes pasa nuevamente a los causantes del sufrimiento, para dar detalles
comparativos que permitan al lector tener una panorámica de los seres que, como
langostas salieron del pozo del abismo, se extendieron por la tierra y afligían
a los seres humanos no creyentes. Es preciso entender que Juan está utilizando
un lenguaje antropomórfico para describir asuntos espirituales, de ahí que
continuamente establezca elementos de comparación tales como semejante,
parecido, como, que permite describir aquello que vio en términos
conocidos par el hombre.
Observó que
las langostas eran parecidas a caballos dispuestos para la guerra.
Sin duda el detalle que Juan vio es notoriamente igual a la descripción del
profeta Joel: "su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente
de acaballo correrán" (Joel 2:4) En las cabezas lucían como
coronas de oro. El sustantivo utilizado para coronas es el propio de la
laureada de un vencedor. La idea que subyace en el detalle de la visión es la
de vencedores en la realización de la tarea de torturar a los hombres.
Los rostros
de aquellos seres eran "como caras humanas", quiere
decir que tenían aspecto humano. Los ángeles son seres inteligentes comparables
sólo con los hombres en el sentido de la inteligencia, en el plano de la
creación. Tener rostro como de un hombre es expresión para indicar que son
seres inteligentes. Cada uno de estos detalles ponen de manifiesto que no se
trata de seres irracionales, sino de seres inteligentes, confirmando una vez
más que son ángeles caídos, que estaban sujetos en prisiones y que fueron
desatados de sus prisiones para permitirles un tiempo de actuación en el
mundo.
(9:8)
"Tenían
cabello como cabello de mujer; sus dientes como de leones". Y
tenían cabello como cabello de mujeres, y los dientes de ellas como de leones
eran" (Gr.)
La apariencia
del cabello era como de mujer, esto es, largo, como era propio en el tiempo del
escritor. A la vista de esta antigua comparación, posiblemente Juan vio las
largas antenas de las langostas. Los dientes eran comparados con los de los
leones. La voracidad de las langostas es proverbial. En la Escritura se compara
a Satanás con un león rugiente que está dispuesto a devorar (1Ped.5:8). Son
seres malignos que se gozan en afligir y destruir al hombre, no llegando, en
este caso, a mayores por la limitación que Dios estableció a su acción.
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