LA IRA DE DIOS

Juan Bta. García Serna

Recopilo la enseñanza bíblica de "LA IRA DE DIOS", ya que creo que si en el tiempo en el que fue escrito este libro, 1967, se veía esta necesidad de saber al respecto, cuánto más en la actualidad, 2025. Sin duda, muchos de los lectores del Blog se verán beneficiados de lo que está escrito en la Palabra de Dios, ya que la tal, es la fuente en exclusiva de la revelación divina para todas las personas.  

Prefacio

En este trabajo me he propuesto presentar algunas de las evidencias bíblicas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que revelan a Dios como Dios de ira tanto como Dios de amor. Es un axioma de la Biblia que no hay incompatibilidad entre estos dos atributos de la naturaleza divina; y lo más grandes teólogos y predicadores cristianos del pasado, en su mayoría, han procurado ser leales a ambos aspectos de la revelación de Dios.

En años más recientes, sin embargo, ha habido un descuido general, y aun negación abierta en algunos casos, de la doctrina de la ira divina; se ha hecho énfasis casi exclusivamente en el amor de Dios revelado en Jesucristo. Como resultado, se ha perdido de vista la severidad del cristianismo bíblico, lo que ha llevado a consecuencias muy vastas y desastrosas en muchas esferas de la vida, como ha demostrado claramente el Dr. M. Lloyd Jones en su libro “The Plight of Men and the Power of God”. Ya es tiempo de que se vuelva a establecer el equilibrio y que nuestra generación que tiene poco, o ningún, temor de Dios considere la realidad de la ira divina tanto como el amor del Señor.

La llamada objeción “moral” a la doctrina de la ira divina carece de valor, pues, como registro de una revelación de Dios al hombre, la Biblia tiene que usar el lenguaje de las emociones humanas al hablar de Dios. Pero, porque Dios es Dios y no hombre, el amor divino trasciende al amor humano y la ira divina trasciende a la ira humana. En el amor de Dios no hay ninguna de las volubilidades, vacilaciones y debilidades del amor humano; y de la misma manera, tales características se hallan igualmente ausentes de la ira divina. Pero, así como el amor humano es deficiente si no contiene cierto elemento de indignación, enfado e ira al ser contrariado o burlado, así también el enfado y la cólera son elementos esenciales del amor divino. El amor de Dios va inseparablemente unido a su santidad y su justicia. Debe, por consiguiente, manifestar indignación ante el hecho del pecado y la maldad.

La doctrina de la ira de Dios salvaguarda la distinción esencial entre el Creador y la criatura, que el pecado siempre busca minimizar o borrar. Si no nos damos cuenta de esta ira, es muy dudoso que lleguemos a tener ese temor de Dios que es el principio de la sabiduría (Proverbios 1:7). Con la conciencia de esta verdad y con el deseo de ser fiel a la revelación bíblica en su totalidad, ofrezco este estudio como una contribución a la serie de Conferencias Tyndale (*)

R.V. G. TASKER

 

·    Las Conferencias Tyndale son organizadas anualmente en Cambridge por la “Asociación para la investigación bíblica”.



 

                                              

 

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