ORACIÓN A DIOS (6 -8)
El Espíritu Santo y la oración
Algo fundamental y es que no oramos solos. El Espíritu Santo mismo nos acompaña y nos sostiene en la oración. A veces no sabemos qué decir, pero Dios nos ha dado su Espíritu para interceder por nosotros. (Romanos 8:26-27) En Romanos 8, Pablo habla de la vida en el Espíritu. Reconoce que en nuestra debilidad no siempre sabemos cómo orar, pero asegura que el Espíritu Santo intercede con gemidos profundos, de acuerdo con la voluntad de Dios. Así, la oración no depende de nuestra perfección, sino de la obra de Dios en nosotros.
¿Qué significa que el Espíritu
intercede
por nosotros?
Significa que no estamos solos en la oración. Incluso cuando
nuestras palabras faltan o cuando nuestro corazón está cansado, el Espíritu
Santo ora en nuestro lugar. Él presenta nuestras necesidades delante del Padre
con una profundidad que nosotros no alcanzamos. Es un recordatorio de que
nuestra oración siempre tiene voz en el cielo.
¿Cómo experimentamos la ayuda
del Espíritu
en nuestra oración?
La experimentamos cuando sentimos paz después de orar, aunque
no tengamos todas las respuestas. También cuando encontramos palabras que no
esperábamos o simplemente cuando el silencio se convierte en comunión con Dios.
Esa es la obra del Espíritu, ayudarnos a acercarnos al Padre aún en medio de
nuestra debilidad.
¿Qué nos enseña esto sobre
nuestra
dependencia de Dios?
Nos enseña que la oración no es un logro humano, sino un don
divino. Dependemos del Espíritu para orar correctamente, porque solo Él conoce
la voluntad de Dios plenamente. Nuestra debilidad no es un obstáculo para acercarnos
a Dios; al contrario, es el lugar donde más experimentamos su gracia y ayuda.
Motivos de oración
• Dar
gracias porque no estamos solos cuando oramos.
• Dar gracias porque el Espíritu Santo intercede por nosotros en nuestra debilidad y nos acerca a Su voluntad.
• Que nos
enseñe a depender de Él en todo momento, confiando en su ayuda y Su guía.
Orar en todo tiempo
La invitación de Pablo a vivir con gozo, a orar sin cesar y a
dar gracias en todo. Este texto nos enseña que la oración no es un momento
aislado, sino un estilo de vida en el que permanecemos conectados con Dios en
todo tiempo (Tesalonicenses 5:16-18) Pablo escribe a la iglesia de Tesalónica
animándolos a permanecer firmes en la fe en medio de dificultades. Les recuerda
que la voluntad de Dios para sus vidas no es complicada ni lejana, se trata de
vivir con gozo, perseverar en oración y mantener un corazón agradecido en toda
circunstancia.
¿Qué
ejemplos prácticos encontramos para orar en cualquier momento del día?
Podemos orar al comenzar el día, dando gracias por la vida.
Podemos orar durante el día mientras realizamos otras actividades, pidiendo
sabiduría. Podemos orar en medio del ajetreo propio de la vida o incluso en
silencio, cuando no hay oportunidad de hablar en voz alta. La oración continúa
no depende de un lugar, sino de un corazón que busca a Dios en todo momento.
¿Cómo podemos cultivar una actitud de oración continúa en
medio del trabajo, estudio o familia?
Se cultiva recordando que Dios está presente en cada aspecto
de nuestra vida. No se trata de estar siempre arrodillados, sino de mantener
una comunicación constante con el Señor, por ejemplo, pequeños pensamientos de
gratitud, pedir dirección antes de tomar decisiones, encomendar a Dios cada actividad.
Así, lo cotidiano se convierte en un espacio de oración.
¿Qué
relación hay entre gozo, oración y gratitud?
El gozo, la
oración y la gratitud son como un círculo que se alimenta mutuamente. Cuando
oramos, recibimos paz que nos da gozo. Cuando vivimos con gozo, reconocemos la
bondad de Dios y damos gracias. Y cuando damos gracias, nuestra oración se
fortalece. Pablo nos enseña que estas tres actitudes son la voluntad de Dios para
nuestra vida.
Motivos de oración
• Que podamos dar gracias porque el Señor nos invita a vivir
en gozo, oración y gratitud. Que el Señor nos ayude a buscarle en todo momento,
a reconocerte en lo pequeño y lo grande, y a caminar en su presencia cada
día.
• Que nos
enseñe a orar sin cesar y a vivir siempre agradecidos.
La oración y la misión
La oración y la misión están profundamente conectadas. La iglesia primitiva nos da un ejemplo poderoso pues en medio de amenazas y oposición, no pidieron comodidad ni escape, sino valen a para anunciar el evangelio. La oración sostiene la misión de la iglesia en todo tiempo. (Hechos 4:23-31) Pedro y Juan habían sido encarcelados y amenazados por predicar en el nombre de Jesús. Al ser liberados, se unieron a la comunidad de creyentes y juntos elevaron una oración. No pidieron que se acabaran las dificultades, sino que el Señor les concediera valen a y que su palabra fuera proclamada con poder. El resultado fue un mover del Espíritu Santo que llenó de fuerza a la iglesia.
¿Cómo conecta la oración con la
valentía, para compartir nuestra fe?
La oración nos recuerda que la misión no depende de nuestra
fuerza, sino del poder de Dios. En este pasaje, la comunidad no pidió
protección personal, sino valen a para hablar con libertad. La oración nos da
perspectiva, nos hace mirar más allá del miedo y confiar en que Dios es quien
respalda nuestro testimonio.
Qué aprendemos de la comunidad
cristiana que oraba unida?
Aprendemos que la misión no es tarea de individuos aislados,
sino de una comunidad que se fortalece en oración. Unidos, levantaron una sola
voz y reconocieron a Dios como el soberano de la historia. Esa unidad en
oración les dio fuerza para enfrentar la oposición y seguir proclamando a
Cristo con poder.
¿Qué impacto puede tener nuestra oración en la
misión de la iglesia hoy?
Nuestra oración puede abrir puertas, preparar corazones y
darnos el valor que necesitamos para compartir a Cristo. Así como en Hechos la
oración fue seguida por un mover del Espíritu, también hoy la misión de la
iglesia depende de una comunidad que clama al Señor para que su palabra corra y
sea glorificada.
Motivos de
oración
• Que el Señor soberano, así como fortaleció a la iglesia en
Hechos, pedimos que fortalezca también a tu iglesia hoy.
• Pedimos que nos dé valentía para proclamar el evangelio,
unidad para orar untos y fe para esperar un mover de su Espíritu en nuestra
misión como iglesia.
Comentarios
Publicar un comentario