EL PODER DE JESÚS.

Juan Bta. García Serna      

Un comentario reflexivo respecto “al poder de Jesús”, según el evangelio de Mateo 9:1 al 8

Jesús tiene poder para sanar

(vs.2,6)

“Y se le acercó mucha gente que traía consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó” (San Mateo 15:30; comparado Isaías 53:4). En la cuestión de la sanidad física ningún cristiano duda, ya que es bíblica.

Santiago, el apóstol, nos dice, “orar unos por otros, para que seáis sanados” (Stg.5:16) Y dentro de la variedad de dones que se daban en la primera iglesia, había el don de sanidad: “y a otro, dones de sanidades” (1ª Cor.12:9) Jesús hizo muchas sanidades, y dio autoridad a los discípulos para llevar a cabo sanidades, y los cuales así lo hicieron, pues muchos enfermos fueron sanados.

No obstante, la sanidad, como cualquier otra intervención divina, debe de estar de acuerdo con la voluntad de Dios: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él no oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1ª Juan 5:14-15)

Jesús tiene poder para perdonar

(v.2, ref.Mr.2:5,7)

Sólo Jesucristo tiene poder para perdonar los pecados, por cuanto leemos: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1ª Pedro 2:24, ref. Is.53:5) Juan, el apóstol, dice que: “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1ª Jn.1:9)¡Nadie puede otorgarse esta autoridad divina de perdonar los pecados!

Jesús tiene poder

para observar la fe

(v.2)

Aquí Jesús muestra un de sus atributos, o sea, la omnisciencia, capaz de penetrar en el pensamiento de las personas (v.4) “Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: “¿Qué caviláis en vuestros corazones?” (Lc.5:22) En uno de los Salmos se dice: “Jehová conoce los pensamientos de los hombres que son vanidad” (Sal. 94:11) Y el rey David dijo: “Escudriña, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón” (Sal.26:2) Y otro Salmo dice: “El Dios justo prueba la mente y el corazón” (Sal.7:9) Juan, el apóstol, dice: “Y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre (Jn.2:25

Jesús tiene que ser glorificado

(v.8)

Glorificar a Dios debería ser la identidad de todo cristiano: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Col.3:17) ¿Qué cosas son las que glorifican a Dios? a) las buenas obras glorifican a Dios (San Mateo 5:16) b) el llevar fruto para Dios le glorifica (San Juan15:8) c) los discípulos glorificaron a Cristo Jesús (San Jn.17:10)  ¡No hay en la Biblia nadie que pueda ser glorificado, sólo y exclusivamente Dios!