¿CREE USTED EN DIOS?

Dr. en Teología

Francico LACUEVA

Catedrático, ex- sacerdote, cristiano evangélico, confereciante, y autor de variedad de  libros de teología. 

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él" (1Juan 4:16)

 EL PROBLEMA DEL ATEÍSMO

Al hablar de ateísmo hay que precisar los términos. Comúnmente se señalan cuatro clases de ateísmo: práctica, escéptico, agnóstico y dogmático.

ATEÍSMO PRÁCTICO

Es el de todos aquellos que no niegan a Dios en teoría, pero viven como si Dios no existiera. Estos ateos han sido numerosos en todas las épocas. A ellos se refieren las Sagradas Escrituras.

Salmo 14, de David. “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay que haga el bien. Yahweh miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmo 14:1-3)

La palabra que nuestras versiones castellanas traducen por “necio” en el primer versículo, es el término hebreo “nabal”, y en su raíz implica una idea de decadencia física, moral o espiritual, que se manifiesta en una conducta impropia e impía. Esto no significa que todo hombre que niega a Dios, con su vida o con sus opiniones, sea necio en el terreno científico o filosófico. Puede ser un premio Nobel. Pero aquí hay que distinguir cuidadosamente, como dice el doctor López Ibor en el libro de Gironella (pág. 334) “entre el saber de salvación y los otros saberes o conocimientos”.

El “necio” al que se alude en el Salmo negó a Dios en su corazón. No expresó una actitud escéptica, agnóstica o dogmática respecto a la existencia de Dios. El corazón para el hebreo es el centro de la vida interior del hombre en su proyección moral y espiritual. En la mente de un judío, no podía caber la idea de un debate filosófico – científico sobre la existencia de Dios. Sólo podía hablarse de una conducta humana conforme o disconforme con la Torah, verdad pragmática de Dios, que pide una observancia por parte del hombre (Eclesiastés 12:13)

El apóstol Pablo, en la Epístola a los Romanos 3:9, cita este Salmo 14 para declarar que todos, judíos y gentiles, están por naturaleza en estado de pecado, y que sólo pueden salvarse de gracia, mediante la fe en Jesucristo. Toda persona no regenerada por el Espíritu, es prácticamente atea (“sin Cristo, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (efesios 2:12) Alguien a dicho certeramente: “Cada pecado destila en el corazón una gota de ateísmo. Y algunos lo lena hasta el borde”.

En la Epístola a los Romanos 1:8, el mismo apóstol Pablo, confronta de la siguiente manera el problema del ateísmo práctico:

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo conta toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injustica la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se han claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Rom.1:18-22)

No se trata de ateos teoréticos, sino prácticos, ya que conocían suficientemente a Dios, y poseían una mente racional capaz de captar el eterno poder y deidad del Hacedor Supremo por medio de las maravillas de la Creación.

Pablo se dirige a los cristianos de Roma y alude aquí a los sabios del mundo greco-romano, “que detienen con injusticia la verdad”, es decir, oponen en su corazón una resistencia impía a la verdad (v.18) Pero éstos están entenebrecidos (Mt.6:23) Y esta tiniebla del corazón, densa, espesa, produce el envanecimiento del raciocinio y la impiedad de la conducta.

ATEÍSMO ESCÉPTICO

Puede proceder de una atitud filosófica o de una reacción pesimista ante los males del mundo, y consiste en un estado de perplejidad sin dedicirse a admitir ni a rechazar del todo, la existencia de Dios. 

ATEÍSMO AGNÓSTICO

Es el de quienes, desde un punto de vista científico o filosófico, piensan que la existencia de Dios es un dato incapaz de ser demostrado, por ser inaccesible a la razón humana. Kant abrazó este punto de vista en su Crítica de la Razón Pura, pero después llegó a admitir la existencia de Dios como simple postulado de la Razón Práctica. 

ATEÍSMO DOGMÁTICO

La palabra "dogmático", según indica su etimología, es tomada aqui en el sentido de "opinión fuertement mantenida", es decir de aseveración rotunda (basada en pretendidas pruebas científicas o filosóficas) de la no existencia de un Dios personal y trascendente. El ateísmo dogmático, como ideología de masas, es un fenómeno contemporáneo. Nació propiamente con Feuerbach. El ateísmo comunista, con su interpretación materialista de la vida y de la historia, nació con Marx y Engels, quienes aplicaron al orden material la filosofía dialéctica de Fichte y Hegel.

LA RAÍZ DEL ATEÍSMO

Si se analiza en profundidad el fenómeno del ateísmo, no es difícil encontrar en su raíz un complejo de dependencia existencial, que se proyecta hacia una meta de autonomía total. La imagen de Dios se introyectas como algo que subyuda dictatorialmente nuestro intelecto o nuestra libertad, exigiéndonos una determida isión cósmica o una norma exterior de conducta, minuciosamente programada. El instinto de afirmación del propio "yo" reacciona entonces violentamente contra tal imagen. 

Así pues, el ateísmo no es un fenómeno originario, es decir, espontáneo en la naturaleza humana , sino reactivo (contra algo que no se quiere). En otras palabras, no se puede hablar en puridad de "a -teísmo" como de una idea "químicamente pura" sino rastro alguno de Dios, sino de "anti-teísmo", o sea de una reacción contra Dios. 

Esta reacción llega al paroxismo en Sartre y sus epígonos, al afirmar que la existencia de Dios no solamente es innecesaria, sino también imposible, con una imposibilidad metafísica o, si se prefiere, matermática, tan evidente como el teorema de Pitágoras, partiendo del supuesto dogmático de que el único Absoluto es la Nada, con lo que no hay escapatoria al dilema: o el ser relativo (el hombre -con sus objetos) o la Nada absoluta; para el Absoluto positivo (Dios) no hay lugar en la realidad objetiva, pues la idea de Dios sólo puede ser un subproducto del cerebro humano. 

Sin embargo, no pretendemos con ello establecer que esta reacción antiteísma sea siempre fruto de una rechazo consciente del concepto del Dios verdadero. No. Ordinariamente, la religión (y, por tanto, Dios) ha sido presentada como enemiga de la Ciencia, de la Vida y del Pueblo. Cuando se concibe a Dios como un aguafiestas o "como un gran señor feudal que vive de los diezmos de us súbditos", y se piensa que el cristianismo es lúgrebe, que la inteligencia es atea y que el dinero es religioso, la reacción en contra es perfectamente explicable. 

Una apologética barata que ha pretendido demostrar con evidencia de hipótesis de Dios como explicativa de todos los fenómenos cosmológicos y biológicos, y un estrecho marideaje entre la Ciencia y la Religión, o mejor dicho, entre las pretendidas tesis científicas y lo tenido por intocable en trasnochadas interpretaciones de la Plabra de Dios, han causado más daño al cristianismo que todas las teorísa científicas ateas. 

Es sintomático el hecho patente en el libro de Gironella, de la simpatía y amor que suscita Cristo, en oposición a Dios. Es cierto que hay en el libro muchas falsas imágenes de Cristo, pero también es verdad que no se ha enseñado suficientemente a las masas el concepto bíblico de Dios, manifestado en carne en Cristo, para habitar en medio de nosotros, levantando su tienda de campaña como uno de tantos peregrinos del desierto de la vida (ahí apunta el "eskénosen" de Juan 1:14), y mostrándonos en su atractiva y fascinante figura el auténtico rostro del Padre (Juan 1:14; 3:16; 14:9; 1Tm.3:16; 1Jn. 4:2) 

La imagen de un Dios superpolicía o meteorológico es aún corriente en nuestro tiempo, y es esa imagen distorsionada de Dios la que con frecuencia asoma. Lo más temible del ateísmo que nos invade es que, al intentar barrer a Dios, lo único que ha hecho ha sido entronizar otros dioses. El hombre ha nacido para el Absoluto y lo único que consigue, al intentar evadirse es sustiruir un Absoluto real por otros imaginarios: por "ídolos" (es decir, "todo-figura"), ante los cuales prosternarse; seraá un ídolo de joyas, pero ídolo al fin, y en últtima instancia, proyeccuón del propio "yo" autónomo, siendo así la egolatría el fundamento de toda idolatría. 

Y, como ha dicho D. Jenkins, "idolatría es una forma especialmente perniciosa de ateísmo, ya que los ídolos no son dioses, pero sus adoradores ignoran su propia condición de ateos". 


Fuente:

"Treinta mil españoles y Dios"

By EDITORAL NOVA TERRA

Canalejas, 65

Barcelona-14

Primera edición: mayo 1972




 

 

 

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