PROFECÍA BÍBLICA (XIV)

WILLEM KRAAK

CAPÍTULO XIV

El reinado universal de Cristo

Apocalipsis 20:1-3

Pasados los siete años de juicio. Eliminada la influencia de Satanás. El profeta sigue: “Luego, vi tronos, y en ellos estaban sentados los que habían recibido autoridad para juzgar” (Ap.20:4) Son los discípulos de Jesús, a los cuales Él prometió: “En verdad os digo, que en aquel tiempo que todo se haga nuevo, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono glorioso, vosotros que me habéis seguido, os sentaréis también en doce tronos” (Mt.19:28)

Así se desarrollará el bendito gobierno de Cristo. Será una sociedad de fraternidad, dirigida por Jesucristo y sus asistentes que son los santos. También participarán en el reinado de Cristo las víctimas de la persecución pasada bajo el gobierno ateo. San Juan vio las almas de ellos y presenció en visión cómo resucitaban y gobernaban con Cristo durante mil años (Ap.20:4)

Isaías 35:6,7

Los hombres tendrán conocimiento para vivir en armonía con la Naturaleza, lo que ocasionará una buena salud. No habrá enfermedad ni defecto físico. Siguiendo buenos usos y costumbres, la vida de los hombres es prolongada (Is.65:20,22) Los desiertos serán transformados en campos fructíferos (Is.35:1,2) Los mares serán purificados de la contaminación que hoy día amenaza la vida de los peces (Ezq.47:8,9)

El trabajo será una distracción atractiva y rendirá en gran abundancia. (Is.65:23) Aun en el reino animal habrá paz: las fieras y los reptiles perderán su ferocidad; no serán carnívoros (Is.11:6-8) Habrá paz en cada esfera de la tierra (Is.2:4 y 11:14) Se cumplirá el vaticinio angélico con motivo del nacimiento de Jesús: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz en los hombres que gozan de su favor!” (Lc.2:14)

Isaías 32:17

“La paz será obra de la justicia; y el fruto de la justicia, el reposo y la seguridad para siempre” (Is.2:4) Ahora bien, Jesucristo, que es Dios y Rey, “El juzgará a las gentes y dictará sus amonestaciones a numerosos pueblos” (Mt.25:31-46)

Al principio de la instalación de su Gobierno los sobrevivientes en la tierra serán juzgados, a fin de asegurar la paz entre los hombres. La conduta de ellos durante la tribulación será tenida en cuenta para determinar si han de entrar o no en el Reino de Paz, de acuerdo con las indicaciones del Señor Jesús.

El que no quiere reconocer a Jesucristo como el Salvador del mundo no puede entrar en el Reino de Dios. Hay, también otro factor que tiene un importante papel, que es: la generación de los hombres continuará. Por eso, para probar la fidelidad de los súbditos, cuando hayan cumplido los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá a engañar a las naciones en todo el mundo. Tendrá el éxito de reuni9r a numerosas personas que fingieron obedecer la autoridad del Mesías divino. Al fin de mantener la paz, ellos serán quemados por fuego del cielo. Satán será condenado al infierno para siempre.

Escribe san Juan: “El Hijo de Dios ha venido precisamente para deshacer lo que el diablo ha hecho” (1ª Jn.8b) No podemos imaginarnos las circunstancias de la vida en el Reino de Paz de mil años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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