PROFECÍA BÍBLICA (XII)
WILLEM KRAAK
CAPÍTULO XII
La última batalla
Durante el tiempo que Cristo aparece
sentado a la derecha de Dios, o sea el período actual, o de la Gracia, qu7e
comenzó cuando Cristo ascendió al cielo en presencia de sus discípulos, el
juicio fue detenido. Ahora ha terminado la tolerancia del mal y de la acción de
Satán, Cristo se ha levantado de su trono para ejecutar las resoluciones del
Altísimo. Dice Juan: “Entonces vi oro ángel poderoso que
bajaba del cielo, envuelto en una nube y con un arco iris sobre la cabeza. Su
cara brillaba cono el sol, y sus piernas parecían columnas del fuego. Tenía en
la mano un librito abierto, y puso su pie derecho sobre el mar y el izquierdo
sobre la tierra. Entonces gritó con voz fuerte, como un león cuando ruge, y
cuando gritó, siete truenos hicieron oír sus propias voces. Luego, el ángel
levantó al cielo su mano derecha y juró por El que vive para siempre, diciendo:
“Ya no habrá más tardanza; se habrá cumplido el plan secreto de Dios, como El
anunció a sus propios siervos los profetas” (Ap.10:1-7)
“Entonces miré, y vi una nube blanca; y sentado sobre la
nueve estaba uno que parecía Hijo de Hombre. Tenía una corana de oro en la
cabeza y una hoz afilada en la mano. Y salió del templo otro ángel, que le
gritaba con voz fuerte al que estaba sentado sobre la nube: “Mete tu hoz y
siega porque ya llegó la hora, y la mies de la tierra está madura entre los
hombres” (Ap.14:14-20)
Luego, el que estaba sentado en la nube pasó su hoz sobre la
tierra, y cosechó la siega de entre los hombres, y la tierra fue despoblada
parcialmente por la muerte de innumerables personas. Entonces otro ángel salió
del templo que está en el cielo, llevando él también una hoz afilada. Y el
ángel pasó igualmente su hoz sobre la tierra, y cosechó otra vez la siega de
entre los hombres, y la tierra fue otra vez despoblada parcialmente por El. A
continuación, el profeta vio el principio de las siguientes acciones de juicio,
y como preludio se canta solemnemente en el cielo un himno de victoria: He aquí
como lo narra el texto bíblico:
“Vi lo que parecía ser un mar de cristal mezclado con fuego;
y los que habían alcanzado la victoria sobre el Ateo y su imagen, estaban en
pie junto a ese mar de cristal. Y cantaban el canto de Moisés, el siervo de
Dios, y el canto del Cordero, que decía:
“Grande y maravilloso es todo lo (que has hecho, Señor, Dios
todopoderoso; rectos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones.
¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no te alabará? Pues solamente tú eres
santo, y vendrán todas las naciones y te adorarán), porque se han visto tus
actos justos” (Ap.15:2-4)
“Después de éste miré, y vi abrirse en el cielo el tempo del
santuario donde se guardaban las tablas de la ley. Del santuario salieron siete
ángeles que debieran llevar siete plagas”, las cuales constituyen la última
parte del juicio sobre el mundo, por la ofensa al Creador en rechazar al
mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo.
Hay relación entre los cantores y los siete ángeles. Los
cantores proclaman la justicia de Dios. El dio la Ley con los diez mandamientos
mediante Moisés para dar a conocer a los hombres el camino de obediencia al
Creador. Y, a causa de la incapacidad del hombre para cumplirla, El mismo ha
provisto un sustituto, dando a su Hijo único en sacrificio para cumplir la Ley,
en expiación por los pecados de todo el mundo. Por eso el Hijo de Dios, el Señor
Jesucristo, nuestro único Salvador, proclamó:
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no
quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible
castigo de Dios” (S. Juan 3:36)
Sigue el profeta
Apocalipsis 16:1-12
“Entonces oí una voz fuerte que salió del santuario, que les
decía a los siete ángeles: “Id y vaciad sobre la tierra esas siete copas del
terrible castigo que viene de Dios”.
“El primer ángel, vació su copa sobre la tierra, y a toda la
gente que tenía la marca del Ateo y adoraban su imagen le salió una llaga
maligna y dolorosa”
“El segundo ángel vació su copa sobre el mar, y el agua del
mar se volvió sangre como de cadáver, y murió todo lo que tenía vida en el
mar”.
“El tercer ángel vació su copa sobre los ríos y manantiales,
y se volvieron sangre. Luego, oí al ángel de las aguas decir: “Tú eres justo
por haber juzgado así, oh Señor, Dios santo, que eres y que eras, porque ellos
derramaron la sangre de los consagrados a ti y de los que hablaron de tu parte,
y ahora tú les has hecho beber la sangre; pues así se lo merecen”.
“Oí también que alguien desde el altar decía: “Sí, oh Señor,
Dios todopoderoso, has juzgado con verdad y rectitud”.
“El cuarto ángel vació su copa sobre el sol, y se le dio al
sol poder sobre para quemar a la gente con su lumbre. Y todos fueron quemados
terriblemente; pero no cambiaron de actitud ni alabaron a Dios, sino que
dijeron cosas ofensivas contra El, que tiene poder sobre estas plagas”.
“El quinto ángel vació su copa sobre el trono del
Superhombre, y su reino quedo en oscuridad. La gente se mordía la lengua de
dolor; pero ni aun así dejaron de hacer el mal que hacían”.
“El sexto ángel vacío su copa sobre el gran río Éufrates, y
el río se secó para abrir el camino para los reyes que venían del, Oriente”.
Porque era el tiempo que se cumpliese el plan de Dios que les
conduciría a la destrucción completa. El gobierno del Superhombre se halló,
según visión, y se hallará según la realidad futura, en estado desesperado.
Tenía razones para preocuparse ese gobernante mundial. El testimonio de los dos
testigos en Jerusalén, su resurrección y ascensión, habían producido una tal
impresión que la mayor parte de los judíos en la ciudad se convirtieron. Ya no
soportarán más la presencia de la imagen del gran ateo en el templo y le
negarán la adoración.
A fin de estrangular esta rebelión, el Dictador llama a los ejércitos de su mundial imperio en lucha contra Israel. Entonces llegaron al departamento del gobernador noticias alarmantes. Aprovechando esta oposición de los israelís, una poderosa población en el Extremo Oriente había proclamado la guerra total contra el Occidente a fin de conseguir la supremacía. Sus ejércitos de unos cientos de millones de soldados estaban ya en marcha, con su poder nuclear, usando los medios de transporte que se habían construido febrilmente en los últimos años. El Superhombre había llamado un gran contingente de fuerzas armadas para la guerra.
Apocalipsis 16:13,14
En apoyo al gobierno ateo aparecían tres personajes que
practicaban el ocultismo. Estos hacían señales milagrosas en imitación de los
dos testigos de Jerusalén, a fin de dar la impresión de que gozaban de poder
sobrehumano. Viajaban de un país a otro con el fin de animar a los pueblos para
la batalla decisiva, asegurando la victoria sobre los últimos retrógrados
enemigos de la paz universal. El mundo gozaría de una paz perpetua bajo el
gobierno del Superhombre.
Se suponía el punto de encuentro en el Oriente Medio. Y así
ha sido previsto y preanunciado desde muchos siglos, según el plan de Dios.
Cuando el Estado Mayor del Superhombre llegó a la llanura de Jezreel, situada
en el centro de Palestina y que se llama también en hebreo Armagedón, se
hallaron montones de restos de un gigantesco ejército que había sido destrozado
por completo (Ap.16:16)
Ezequiel 38:4
Ezequiel 39:2-4
Daniel 11:45
¡Qué horrible manifestación de la derrota de la Tercera
Potencia mundial del Norte! Los innumerables cadáveres formaban un gran
obstáculo para instalarse. Pero las masas del Oriente se acercaron. Pues no les
quedó la oportunidad para atacar a Jerusalén. Siguió el espantoso choque con el
rival. Entonces ocurrió que, “el séptimo ángel vació su copa en el aire, y
desde el santuario del cielo salió una voz fuerte que venía del trono y decía: “YA
ESTA HECHO”.
Apocalipsis 16:17-21
“Entonces hubo relámpagos, ruidosos y truenos y la tierra
tembló con un terremoto más fuerte que todos los terremotos que había habido
desde que hay gente en el mundo. Jerusalén se partió en tres partes y las
ciudades del mundo se derrumbaron. Todas las islas y los cerros desaparecieron”.
“También cayeron del cielo sobre la gente enormes granizos, que pesaban hasta
cuarenta kilos, y los hombres dijeron cosas ofensivas contra Dios por la plaga
del granizo, porque fue un castigo tan grande”.
Apocalipsis 19:1-5
“Después de esto oí las fuertes voces de mucha gente en el
cielo que decía: “¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro
Dios, porque Él juzga rectamente y con verdad”. “Y toda la cristiandad redimida
se postró hasta el suelo y adoraba a Dios, que estaba sentado en el trono, y
decía: “¡Amén! ¡Aleluya!”. “Entonces se oyó desde el trono una voz que decía: “Alabad
a nuestro Dios, todos vosotros que le servís y que tenéis temor de Él, pequeños
y grandes”.
Apocalipsis 19:11-21
En efecto del vehemente sacudimiento de nuestro planeta era inimaginable.
El estrago ocasionado en los ejércitos era enorme. Se debía agrupar todo de
nuevo. Pero faltaba tiempo porque el cielo fue abierto y aparecía el REY de los
REYES y SEÑOR de SEÑORES. Y lo seguían los ejércitos del cielo, los cuales eran
compuestos de los ángeles y los santos. Y solamente por su presencia habían
sido muertos todos los ejércitos de muchos millones de hombres.
Como el apóstol Pablo escribió: “El Señor Jesús lo matará con
el soplo de su boca y lo destruirá con el resplandor de su venida” (2ªTs.2:8) “E
Israel dirá en aquel día: “He aquí a nuestro Dios; hemos esperado en Él, que
nos salvará. Ahí está Yavé, a quien esperábamos; gocémonos y alegrémonos con su
salvación” (Is.25:9) De esta manera el profeta Juan vio en su visión cómo iba a
cumplirse lo que el profeta Daniel había predicho siete siglos antes, cuando
interpretó el sueño del rey Nabucodonosor.
Daniel 2:35, 44, 45
De la montaña fue cortada una piedra, mas no con mano, la
cual desmenuzó la estatua y vino a ser una gran montaña que llenó toda la
tierr4a; es decir, Dios establecerá por medio de Jesucristo un reino que abarcará
el mundo entero y que permanecerá para siempre. Todo de acuerdo con la
anunciación del ángel a la virgen María referente al nacimiento virginal de su
Hijo Jesús: “Él va a ser grande; será llamado Hijo del Dios altísimo, y Dios el
Señor le hará Rey, y su gobierno nunca terminará” (Lc.1:23, 33)
Isaías 9:6, 7
Ya siete siglos antes un profeta israelí exclamó: “Nos ha
nacido un niño, nos ha sido dando un hijo que tiene sobre los hombres la
soberanía, y que se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre
sempiterno, Príncipe de Paz, para dilatar el imperio y para una paz ilimitada,
para afirmarlo y consolidarlo en el derecho y en la justicia. El celo de Yavé hará
esto”. Así hallamos el enlace entre el Antiguo y el Nuevo Testamento de la
Biblia en la altísima Persona Dios y Hombre Jesucristo que decía: “Yo soy el
primero y el último, el principio y el fin” (Ap.22:13)
Apocalipsis 21:5
“Mira, yo hago nuevas todas las cosas”.
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