PROFECÍA BÍBLICA (VI)

WILLEM KRAAK

CAPÍTULO VI

 Señales precursoras

Después de estas cosas, el León de Judá, que es Cristo el Señor, va a cumplir la segunda parte de su cargo, que consiste en limpiar la tierra de toda iniquidad, con el propósito de instalar en ella Su Reino de Paz. Así se lee en la Biblia: “El Hijo de Dios ha venido precisamente para deshacer lo que el diablo ha hecho” (1ª Juan 3:8) Lo hará con autoridad. Porque “el Padre le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo el mismo honor que dan al Padre” (Juan 5:22)

Será un procedimiento doloroso, acerca del cual el Señor Jesús había advertido seriamente. Con el fin de dar una descripción clara de la gran tribulación que caerá sobre la Humanidad, desviada por la incredulidad. Jesucristo, hacia el fin de su ministerio en Palestina, a la pregunta de sus discípulos: “¿Cuál será la señal de la venida, y del fin del mundo?” dio el siguiente informe:

“Tendréis noticias de guerras aquí y allá; y habrá hambres, enfermedades y terremotos en muchos lugares. Todo esto es apenas el comienzo de lo que se va a sufrir”.  “En ese tiempo muchos perderán su fe. Aparecerán muchos mentirosos, diciendo que hablan de parte de Dios y engañarán a mucha gente. Aun van a venir engañadores que se harán pasar por cristos; y harán grandes señales y milagros. No les creáis; porque como un relámpago que se ve brillar desde el Este hasta el Oeste, así será cuando el Hijo del Hombre venga”. “Va a haber entonces mucho sufrimiento, como nunca lo ha habido desde el comienzo del mundo, ni lo hará después. Y si Dios no acortara ese tiempo, no se salvaría nadie”. “Tan pronto como pasen aquellos días de sufrimiento, las fuerzas celestiales temblarán; y el sol y la luna se oscurecerán” (Mateo 24) “Entonces se verá en el cielo la señal del Hijo del Hombre que viene en las nubes del cielo con gran poder y gloria”. “Pero en cuanto el día y la hora, nadie lo sabe” (Mateo 24:30)

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