SEÑALES, APOCALIPSIS 8:7 (2ª)
Samuel Pérez Millos
El panorama histórico de la segunda mitad de la última semana
de Daniel presenta cuatro grupos político - militares en el mundo. Por un lado
el llamado reino del Norte formado por una federación de naciones situadas al
norte de Israel (Ezq.38:1-39:24); luego el reino del Sur, liderado por Egipto y
sus aliados (Dn.11:40); los reinos del oriente, que son aquellos que estén
establecidos más allá de la frontera del Éufrates; y el reino occidental,
considerado por algunos como el imperio romano reconstruido, y que bíblicamente
es el reino del Anticristo.
El reino del Norte se menciona se menciona repetidamente en
la profecía (Is.10:12; 30:31-33; Ezq.38:1-39:25; Dn.11:40; Jl.2:1-27. El pasaje
clave es el de Ezequiel (Ezq.38:2-6) A
la luz de la Biblia, que es lo único que permite hacer afirmaciones
interpretativamente hablando, el reino del Norte aparece en la profecía como
enemigo de Israel, presentándolo como una federación de reinos de la que
ninguno de ellos puede identificarse con Rusia, sino más bien con los países norteños
a Israel, que tradicionalmente han sido siempre sus enemigos (Ez.38:5), el Irán
actual; Cus (Ez.38:5), territorio que tiene el nombre de un hijo de Cam
(Gn.10:6) y cuya tierra se sitúa al norte de Israel (Gn.2:13), que bien pudiera
ser la zona sur de ese grupo de naciones (Ez.38:5)
Como resumen del reino del norte puede afirmarse que se trata
de un conjunto de naciones situadas al norte del Israel, incluyendo lo que hoy
son territorios de Irán, Irak y Turquía.
El reino occidental regido por el Anticristo, cuya expansión
de dominio va aumentando desde su presentación como el que promete paz al mundo
(Ap.6:2). ´´Este afirmará un pacto con Israel en el que garantizará su
territorio, la práctica religiosa y la paz. Tal situación determinará que
Israel esté en su territorio en plena prosperidad. Ezequiel hace referencia a
ese tiempo como algo que se produce “a muchos días” y “al cabo de años”, una
expresión muy parecida a dos años y medio y también a tiempo, tiempos y la
mitad de un tiempo, cómputo idéntico expresado en otra forma, pero que traducido
a un modo más comprensible para nuestra forma de contar el tiempo equivaldría a
dos años y medio.
Quiere decir, pues, que los acontecimientos en relación con
el reino de Norte de los que profetiza Ezequiel, tendrán lugar a la mitad de la
última semana de Daniel. Ezequiel profetiza que el reino del norte subirá sobre
Israel al cabo de los días (Ez.38:16), por tanto, el cómputo del tiempo de la
profecía de Ezequiel coincide con el cómputo del tiempo de la tribulación
revelado a Juan. La invasión de Israel por el reino del Norte, tendrá lugar en
la mitad de la septuagésima semana profetizada por Daniel.
Hay elementos bíblicos que indican que la invasión del reino
del Norte sobre Israel sucederá en la mitad de la semana y que, en alguna
manera, será el desencadénate para una acción más intensa del Anticristo
siguiendo el programa de Satanás. La invasión tendrá lugar cuando Israel está
en su propia tierra (Ez.38:27), como consecuencia del pacto establecido con “el
príncipe que ha de venir” (Dn.9:27). La invasión vendrá un tiempo después de
que ese pacto haya sido confirmado. En este sentido se producirá el primer
movimiento militar de la guerra del Armagedón, producida por la invasión de
Israel por el reino del norte y del sur (Dn.11:40)
En razón del pacto, cualquier ataque contra Israel será un ataque contra el reino occidental, o imperio romano reconstituido, la federación de reinos procedentes del antiguo imperio romano. La movilización general y las razones para la invasión por parte del reino del Norte, se manifiestan en la profecía (Ez.38:1-39:24. El combinado de naciones que forman esa coalición política milita (Ez.38:2,6) invadirán Israel. Lo hacen al considerar que esa nación es una presa fácil (Ez.38:11; Is.10:12; 30:31, 33; 31:8-9; Jl.2:1-21). Israel estará enriquecida en aquel tiempo ((Ez.38:12) con un territorio repoblado forestalmente deseable (Ez.38:12)
La profecía presenta una auténtica protesta diplomática contra
el reino del norte a causa de la invasión, o al comienzo de la misma (Ez.38:13),
advirtiendo por la concentración de tropas y los preparativos bélicos. La nota
de advertencia será prestada por Tarsis, nombre que deriva de la tierra de los
Tartesos, situada en España; para historiadores antiguos como Plinio y Estrabón,
se encontraba situada en el valle del río Guadalquivir. La invasión de los ejércitos
del reino de Norte será detenida por Dios mismo utilizando la naturaleza puesta
a su servicio (Ez.38:19-23). El invasor
será destruido sobre los montes de Israel (Ez.39:2-4) y ese acontecimiento será
una señal para las naciones (Ez.38:23)
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