JUSTIFICADOS POR LA FE (1ª)

Juan C. Varetto

Cuando el gran reformador Martín Lutero era todavía un cautivo en el romanismo, y durante su historia visita a la ciudad de las siete colinas, hallándose en el Vaticano quiso ganar las indulgencias ofrecidas por el papa a todo aquel que subiese de rodillas y arrastrándose, la llamada escalera de Pilato, pero mientras realizaba esto que él creía un acto meritorio, creyó oír como una voz de trueno que le decía: “El justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17)

Estas palabras que ya en otras ocasiones le habían impresionado cuando leía y estudiaba la Epístola a los Romanos, fueron en este día como loa voz de un ángel que le hablaba desde el cielo. Se levantó súbitamente, horrorizado de sí mismo y convencido de la inutilidad de la penitencia que se había impuesto. Se avergonzó al ver hasta qué punto la superstición le había rebajado, y resueltamente descendió como lo hubiera h echo de cualquier otra escalera.

Paulatinamente Lutero llegó a un pleno conocimiento del perdón de sus pecados por la fe en Jesucristo, y llegó a comprender esta doctrina como tal vez no la haya comprendido ningún otro hombre. Para darnos cuenta del lugar importante que ocupa esta verdad en la vida y obra de Lutero, oigamos algunas de sus propias palabras:

“Veo que el diablo ataca sin cesar, y por medio de doctores, este artículo fundamental y que no puede darse reposo en esta cuestión. Yo confieso, que la fe sola justifica delante de Dios sin las obras. No hay nadie que haya muerto por nuestros pecados sino Jesucristo el hijo de Dios. Y si es él sólo quien quita nuestros pecados, no podemos ya ser nosotros por nuestras obras. Pero las buenas obras siguen a la redención como los frutos siguen al árbol”.

“Este artículo de la justificación es el que crea la iglesia, la alimenta, la edifica, la conserva y la defiende. Nadie puede enseñar bien en la iglesia, ni resistir con éxito al adversario si no permanece ligado a esta verdad. Este es el calcañar que quebrantará la cabeza de la serpiente”.

Veamos ahora lo que debemos entender por justificación por la fe. Calvino lo define así:

“Se dice que un hombrees justificado por la fe, cuando excluido de la justicia de las obras, por la fe se apropia de Cristo y vestido de ella aparece en la presencia de Dios no como pecador sino como justo. Así entendemos la justificación como la aceptación con que Dios nos recibe en su gracia como si fuésemos justos; y decimos que esta justificación consiste en el perdón de los pecados y la imputación de la justicia de Cristo”.

Somos considerados justos por Dios no porque seamos literalmente justos sino porque se nos imputa la justicia de Cristo en el momento que creemos en Él.

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