AMOR: DEFINICIÓN BÍBLICA
Juan Bta. García Serna
Unas palabras preliminares serían que el
amor es una de las virtudes principales que conllevan la vida cristiana
auténtica, y sin tal cualidad hablaríamos de religiosidad, utopía, insenciridad, pero no de vericidad espiritual. Un autoexamen, en reflexión bíblica, será el ´termómetro´ de
amor en la vida cristiana, según la Biblia.
¿CÓMO SE DEFINE?
Una consulta a dos diccionarios de
teología. Uno: “preocupación altruista, leal y benevolente por el bienestar de
otra persona”. Otro: “el amor es comunión entre personas; es una acción de
entrega”. Me parece acertada esta definición al amor, no obstante, lo
verdaderamente relevante, y definitorio es lo que dice la Sagradas Escritura.
Ignorarla en este aspecto, como en cualquier otro, es estar a la deriva, sin
´timón´, que nos dirija al lugar bíblico.
¿CUÁL ES LA DEFINIÓN BÍBLICA?
A partir de la versión Reina Valera,
consulto otras versiones que aportan algunos matices: “El amor es sufrido, es
benigno (´bondadoso´); el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no
se envanece; no hace nada indebido (´no actúa indebidamente´), no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor (´no toma en cuenta el mal´), no se goza
de la injusticia (´no se alegra en la injustica´), más se goza de la verdad
(´sino que se regocija con la verdad´); todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta” (1ª Corintios 13:4 al 7)
Según esta definición bíblica
necesitaríamos puntualizar cada una de estas expresiones que nos llevarían a
toda una escala de valores espirituales respecto al amor. Ahora, uno puede
decir, y con razón, ¿cómo puedo vivir este tipo de amor tan genuino? Llevarlo a
cabo cae en una absoluta imposibilidad debido a que poseemos una naturaleza
heredada de Adán y Eva. Apuntando a las palabras de Jesús que dijo: “Para los
hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles
para Dios” (Mr.10:27)
Y la experiencia de ese amor en la vida de
un cristiano se debe a la obediencia a la palabra de Dios: “Pero el que guarda
su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado” (´en
cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su
palabra´) (1ª Juan 2:5) Si hay disponibilidad a obedecer la palabra
de Dios, se producirá el amor, y las demás cualidades que son también “el fruto
del Espíritu” (vs.22-23)
¿CUÁL ES SU PROCEDENCIA?
Esta virtud de amar no es una cualidad de
mérito propio, sino que procede de “el fruto del Espíritu” (Gal.5:22) Pablo
señala el haber recibido, como cristianos, el amor de Dios por el Espíritu Santo:
“El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos fue dado” (Rom.5:5); no obstante, se requiere, no solo saber esto, sino
experimentarlo en uno mismo y transmitirlo a los demás en la conducta de amar,
aunque uno no sea amado, ya que lo contrario evidencia un desconocimiento de
conocer a Dios: “El que no ama, no ha conocido a Dios (´no conoce a Dios´);
porque Dios es amor” (1ªJuan 4:8) ¡Conoce a Dios y amarás!
¿AMOR IMPERFECTO?
Cada persona tiene una capacidad de amar
por haber sido hecho a imagen de Dios: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gén.1:27); sin embargo, por
razón de la caída de Adán y Eva, ese amor se deterioró, aunque no desapareció,
y muchas veces el equilibrio se rasga entre amar y odiar, algo que no debe
pasar en el cristiano, seguidor de la enseñanza de Jesús, aunque, a veces,
pueda “tambalearse”, pero es recuperado a través del arrepentimiento ante Dios
(Ap.2:4-5)
Según la Epístola a los Efesios 3:18-19,
se exhorta al cristiano a comprender el amor de Dios: “Seáis plenamente capaces
de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.
En el amor, al igual que otras virtudes
esenciales en la vida cristiana pasa por un proceso de crecimiento de vida
espiritual, ya que no hay madurez sin aprendizaje dentro de la comunión con
Dios y, aun así, no llegaremos a la perfección, como expresaba el apóstol
Pablo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo,
por ver si logro asir aquello para la cual fue también asido por Cristo Jesús”
(Fil.3:12) ¡Uno debe añorar a madurar!
Seguir a Jesús no se trata, en exclusiva,
de una serie de actividades ministeriales: “Sino la fe que obra por el amor”
(Gál.5:6) A mi parecer, y creo que estoy de acuerdo con el texto bíblico, el
amor es la principal fuente de toda actitud y activismos a favor de las
personas. Cada creyente sabe que amar a Dios es el primer mandamiento
(Mt.22:37-38) Y si el tal no se practica, entonces la vida cristiana es toda
una frustración espiritual. ¿De qué servirían todas las buenas obras si carecen
de amor? Serían “como metal que resuena, o címbalo que retiñe”, o sea, sin
validez, carente de esencialidad (1ªCor.13:1)
Si uno tiene amor, “fruto del Espíritu”,
al tal se le considera “nacido de Dios”, según expresa el plan exhortativo:
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama,
es nacido de Dios, y conoce a Dios” (1ªJn.4:7) ¿Qué pasa al que no ama? “El que
no ama no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1ªJn.4:8) Ante Dios no sirve
una actitud de ´espiritualidad´ sin seguir el mandato de Jesús: “Si me amáis,
guardad mis mandamientos” (Jn.14:15)
¿SE CUESTIONA EL AMOR?
Según el apóstol Pablo, Sí: “Si alguno
dice: Yo amor a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama
a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”
(1ªJn.4:20) Y continúa el apóstol Juan: “Y nosotros tenemos este
mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1ªJn.4:20) El
amor es el pilar más valioso en la dida de un cristiano, según la enseñanza del
apóstol Pablo (1ªCor.13:13)
Amar a Dios y a los demás es el plan de
Dios y sin él la vida cristiana no tiene sentido, por ello, hemos de cuidad
mucho la calidad de nuestro amor a Dios, y al prójimo. ¡Solamente el amor
convence y atrae unos hacia otros, pero sin él, hay separación!
¿AMOR SIN DISCIPLIANA?
¿Qué dice la Biblia? “Y habéis ya olvidado
la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: “Hijo mío, no
menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayéis cuando eres reprendido por
él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos, porque ¿qué hijo
es aquel a quien el padre no disciplina? Y aquellos, ciertamente por pocos días
nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para que lo que nos es
provechoso, para que participemos de su santidad” (Heb.12:5-7, 10)
Según el apóstol Juan parece que no es
incompatible con el amor: “Sabed también que todo el que hace justicia es
nacido de Dios” (1ªJn.2:29) Y Pablo aconseja al joven Timoteo: “Redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2ªTm.4:2) La disciplina es
recíproca: “Antes exhortándoos los unos a los otros cada día, entre tanto que
se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del
pecado” (Heb.3:13)
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