SEÑALES, APOCALIPSIS (8:1)

Samuel Pérez Millos

SÉPTIMO SELLO

(Ap.8:1-6)

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora (8:1) Y cuando el sello el séptimo se hizo silencio en el cielo como media hora (Gr.)

Cada sonar de cada una de las siete trompetas, traerá una manifestación más intensa del juicio de Dios. Por esa razón suele llamarse a esta segunda parte de la última semana de Daniel, los últimos tres años y medio, la Gran Tribulación a causa de la intensidad de los juicios de Dios sobre el mundo. 

El Cordero abría el séptimo y último sello de los que cerraban el libro que recibió de la mano del que estaba sentado en el trono. El espacio temporal para la apertura de este sello y lo que su contenido desencadena había concluido. La calma que fue ordenada a los ángeles que se produjese en la tierra (7:3) va a dar paso a la más intensa acción judicial de Dios sobre el mundo.

La apertura de este séptimo sello se producirá en la mitad de la última semana profetizada por Daniel (Dn.9:27) Es el momento en que va a producirse la invalidación del pacto firmado entre el Anticristo e Israel que traerá consecuencias aterradoras sobre la tierra. La acción realizada de la apertura del séptimo sello se produce en un momento del tiempo preciso y concreto de la historia humana. La apertura del último sello indica que todo lo determinado por Dios para el tiempo anteriormente inmediato a la segunda venida de Jesucristo, viene a su cumplimiento.

La consecuencia inmediata de la apertura del séptimo sello no fue una conmoción mayor que la producida cuando abrió el sexto (6:12) Juan observa que “se hizo silencio”.  Antes hubo explicaciones (5:5; 7:13); hubo alabanza y adoración (4:8, 11; 5:9, 12); hubo truenos (4:5); ahora solo hay silencio.  Cuando abrió el quinto sello se oyó la voz de los mártires (6:9-10); al abrirse el sexto sello Dios habló por medio de un terremoto (6:12); en el séptimo sólo hay silencio, un absoluto y total silencio. Un dramático silencio que no se rompe por ancianos ni ángeles, ni por coros de alabanza, ni por clamor universal que proclama la gloria de Dios.

Juan dice que ese silencio duró “como por media hora”.  Es un espacio corto de tiempo que en profecía anticipa una acción extraordinaria de Dios, como escribe el profeta: “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra” (Hab.2:20 Es el silencio que anticipa el juicio de Dios en el anuncio de Sofonías (Sof.1:7-10) El silencio se hace expectante en la presencia de Dios cuando Él se dispone para actuar (Zac.2:13) El silencio anuncia algo sorprendente que va a producirse. Es el preludio que indica el incremento de juicio que Dios a de enviar al mundo.

El súbito silencio es el presagio de los grandes juicios que Dios va a enviar sobre el mundo, una pausa dramática producida por la aterradora percepción de la intensidad de juicios que vendrán sobre el mundo. Es interesante tener en cuenta que las acciones divinas sobre el mundo son muy semejantes a las plagas que vinieron sobre Egipto, de modo que como entonces se suceden castigos divinos que procuran hacer recapacitar a los hombres y volverlos a Dios, pero, como en tiempos de Faraón, no doblegan la resistencia pecaminosa de los hombres, conduciéndolos a una acción definitiva y total de Dios.

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