SEÑALES, APOCALIPSIS (6:13-14)
Samuel Pérez Millos
Apocalipsis
(6:13-14)
Y las
estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus
higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y las estrellas del cielo cayeron a
la tierra, como una higuera arroja los higos de ella por viento grande sacudida (Gr.)
La acción de Dios sobre el sol y la luna se extiende también
a las estrellas, que Juan ve caer del cielo a la tierra. Un cataclismo
relacionado con las estrellas había sido anunciado proféticamente mucho tiempo
antes (Is.13:9,10). Es indudable que no puede tratarse de las estrellas o soles
que están en el universo y que son mucho mayores que la misma tierra.
El término que Juan usa y que se traduce como estrellas puede
hacer referencia a las estrella -soles en las galaxias, pero también se usa
para referirse también a los cometas y asteroides. Probablemente lo que Juan
vio fue lo que se llama una lluvia de estrellas, que se produce cuando
la tierra atraviesa la cola de cometas o contra en el campo de pequeños cuerpos
siderales.
La abundancia de estrella, en el sentido que se apunta, era
de tal magnitud que Juan la compara con la caída de los higos de una higuera
sacudida por un viento violento. Siempre un fenómeno cósmico intenso, sobre
todo si va acompañado de otros inexplicables como la disminución de la luz del
sol y de la luna, produce un impacto notable entre las personas que se sienten
lo que realmente son: insignificantes ante la grandeza de la creación. Sin
embargo, ni siquiera esto les conduce a reverencias al Creador que está sobre
todo esto y lo controla.
Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y
todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y el cielo se desvaneció como libro
que se enrolla y todo monte e isla de los lugares de ellos fueron removidos
(Gr.)
Juan observa la conmoción cósmica que se produjo, unida al
gran terremoto en la tierra y a los efectos que ocasionaba una notable
disminución de la luz en el sol y en la luna. Gramaticalmente describe la
visión de los acontecimientos que afectan al universo como un cielo que se desvanece
y como un pergamino que se enrolla. El verbo que utiliza tiene también el
sentido de apartarse. Para los judíos el cielo es como una cúpula extendida por
Dios sobre la tierra en donde están los astros.
El vio como las estrellas o asteroides, caían sobre la
tierra, por tanto, es como si cielo se escindiese y desdoblase en dos partes,
lo que originaría la caída de los astros suspendidos en la bóveda. El fenómeno
cósmico hace que el cielo se abra y se enrolle como si fuese un pergamino que
se rompe por la mitad.
La visión de Juan certifica la omnipotencia del Creador, que
es capaz de actuar sobre el universo, de modo que Juan observa su acción como
si se tratase de alguien que con fuerza rompe un pergamino. La realidad será
muy superior a lo que podemos entender con la descripción de Juan. Todos estos
sucesos serán terribles y producirán un tremendo impacto en la humanidad.
Los montes y las islas, dice Juan se removieron de su lugar.
Es necesario entender también esto en dos sentidos: primeramente, en el lugar hiperbólico
que describe una conmoción cósmica de esa naturaleza; en segundo lugar, en
sentido de que el terremoto afectó la totalidad del planeta. Jua vio como todo
el cosmos es afectado por la acción del Todopoderoso que está interviniendo en
los asuntos de los hombres y mostrándose como el omnipotente, cuya acción
alcanza al universo, en una solemne manifestación de su gloriosa autoridad.
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