INTIMIDADES

Juan Bta. García Serna

Recopilo una lectura ficticia, pero que tiene un mensaje encaminado a las parejas que obtan, bien por abortar, o bien por no tener hijos, en aras de prejuicios de cualquier índole. Una reflexión que uno debe tener a la luz de la enseñanza bíblica, y no por intereses propios, o quizás cultura social. 

Carta a unos padres

que no lo fueron

 

Queridos mamá y papá:

Algo irónico me suena llamaros mamá y papá, porque en realidad no lo sois. Sin embargo, es de la única manera que puedo llamaros. No sois mis padres, pero lo podías haber sido. Lo hubierais sido, si no fuera por tantas otras cosas más esenciales que yo.

He recorrido “nuestra” casa. Vi la radio en la sala y a mi hermana camino del colegio. Examiné la nevera y la casita veraniega. Todo lo que ha impedido que yo naciera. Os aseguro que me impresioné. Hablo de veras. Espero que todas esas cosas materiales, que parecen tan importantes y mucho más atractivas que yo os den toda clase de alegría que mi nacimiento hubiera puesto en peligro.

Lo siento, pero no puedo por menos de experimentarlo. Resulta muy poco agradable saber que uno ocupa un papel secundario ante objetos que se corrompen y desaparecen. Tampoco es muy lisonjero para mí pensar que la casita de la playa es más valiosa que yo. Pero así quisisteis que fuera. No podíais mantener a esas cosas y a mí. Y me tachasteis de la lista, y me privasteis de daros un beso y llamaros, de verdad, papá y mamá.

No olvido que vosotros veis el problema desde otro punto de vista. Ya me lo habéis dicho. Negándome la vida me probáis de una manera irrefutable vuestro amor. ¡Qué se va a hacer! Yo pienso de otra manera. No creáis que pretendo enseñar a mis “casis padres”. Pero me habéis privado, sin malicia, de mi mayor regalo: compartir con vosotros la vida. Nada vale tanto como la vida. Ante ella todas esas cosas importantes son naderías.

Ante vuestros vecinos y amigos sois religiosos, y me alegro; pero quizá no hayáis tenido tiempo de pensar que, privándome de la vida temporal, me negáis la vida eterna. ¡Lástima que esto lo hagáis por amor! Me decíais en vuestra carta que sólo pensando en mi decidisteis que no naciera. No podías tolerar mi pobreza. Quisiera agradecéroslo, pero no puedo. En algún sito del mundo, en este instante, hay un niño que podemos decir que es el más pobre de la tierra. Pero ante mí es un millonario. Posee en esperanza toda la riqueza celestial, donde algún día vivirá. Es verdad que no tiene las cosas que, para vosotros, los modernos, son tan indispensables, ¡pero vive! Y yo ni siquiera vivo.

Luego mencionasteis algo sobre el cuerpo y mente sanos. A mí no me impresionaron vuestras líneas, porque no tengo cuerpo que se enferme, ni mente que se pueda trastornar. Francamente, desearía tenerlos, aun expuesto a todos esos peligros que me indicáis, por sólo tener la oportunidad de vivir. Los pobres, los enfermos, los débiles mentales, también son felices. Prefieren todas sus miserias con tal de vivir. 

Algún día, si llegáis al cielo, podréis comprobar lo que he dicho. Buscad allí a un individuo que vivió en la tierra durante setenta y cinco años en medio de las limitaciones más horrorosas. Preguntadle, después de quinientos a mil años de felicidad eterna, si agradece el haber nacido. Interrogad a un ciego, o a un inválido, que vivió el siglo pasado o que sólo lleve un segundo en la gloria. Preguntadle si hubiera preferido la sentencia que vuestro amor me ha impuesto, a las dificultades que tuvo que sobrellevar en la vida.

Me gustaría poderos decir “bueno, ahora me voy”. Pero no puedo. No voy a ninguna parte, porque no estoy en ningún sitio. No existo. No se nada de teología, pero no me extraña que tal vez Dios algún día os pregunte sobre mí, y sobre los demás niños que Él tenía pensado que tuvierais. Francamente os dijo que para Él debéis tener mejores razones que las que para mí habéis tenido.  Alguien que pudo haberos amado, os dice adiós.

El que pudo ser vuestro hijo.

 

THOKMAS J. CAWLEY                   

(traducido por “Abside”)

Fuente:

"Cuadernos de educación

y edificación cristiana", 

año 1959

 

 

 

 

                                              

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