SEÑALES, APOCALIPSIS (Cap.6:1)
Juan Bta. García Serna
Recopilo, de manera resumida, ciertas secciones del libro de Apocalipsis, ya que estamos viviendo unos tiempos que requieren saber qué dice la Biblia respecto a los últimos tiempos que preceden a la segunda venida de Cristo Jesús. Aquí subo al blog un estudio exegético al respecto.
Autor:
Samuel Pérez
Millos
COMENTARIO
EXEGÉTICO AL TEXTO GRIEGO DEL NUEVO TESTAMENTO.
APOCALIPSIS
LOS SIETE SELLOS
(Cap.6:1)
“Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de
los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira”. “Y vi cuando abrió el Cordero uno de
los siete sellos y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de
trueno. Ven” (Gr.)
Una nueva visión es transmitida por Juan al afirmar que veía
algo distinto a lo que le había sido revelado antes. Luego de la alabanza y
adoración celestiales, el Cordero se dispone para iniciar el proceso de la
apertura de los sellos que impedían la lectura y, por tanto, la ejecución de lo
que Dios había establecido y que estaba escrito en el rollo sustentado en el
mano del que estaba sentado en el trono (5:1). El único digno para abrir los
sellos que mantenían cerrado el libro era el Cordero, que lo tomó de la mano
que lo sostenía y se dispone a abrirlo.
Juan ve ahora como se produce la apertura del primero de los
siete sellos. Esa apertura traerá una consecuencia que se detallará luego. El
Cristo glorificado va a tomar en su mano la ejecución de aquello que Dios había
reservado para el tiempo final del período de la historia humana actual. Esta
visión ocurre o tiene que ver con acciones en el cielo, aunque el resultado de
cada una de ellas tiene consecuencias en la tierra. El Cordero, abrió uno de
los siete sellos. El modo verbal en el griego expresa una acción totalmente
efectuada. El adjetivo numeral cardinal referido al sello, uno, puede tomarse
también en sentido ordinal, porque, aunque abrió uno de los sellos es t6ambién
el primero de los siete.
Aunque Jesucristo es el que abre el sello, la acción
correspondiente a dicho sello se establece mediante la voz de uno de los cuatro
seres vivientes. Estos son los ángeles especiales, que rodean el trono de Dios
y están dispuestos a servicios especiales que Dios les establezca. Pudiera
tratarse del primero en orden o de uno indistintamente de los cuatro que se
presentan en la visión de Juan. En este caso es preferible entender que se
trata del primero de los cuatro seres vivientes.
Su voz es potente, como corresponde también a su grandeza,
pero, especialmente esa grandeza está aplicada para establecer un mandato de
modo que sea perfectamente audible y se ejecute conforme a lo establecido por
Dios. La potencia de la voz de este primer ser viviente se compara a la
explosión sónica producida por un trueno: “con voz de trueno”. Esa voz potente
es símbolo de firmeza y autoridad. Actúa en cumplimiento de la misión que le ha
sido encomendada por Dios mismos y que corresponde a lo establecido para la
primera manifestación del juicio determinado sobre el mundo. El ser viviente no
tiene autoridad en sí mismo, pero su voz es autoritativa por cuanto actúa en
poder delegado por quien tiene todo el poder en su palabra al ser el Creador.
El primer ser viviente expresa con poder y autoridad un
mandamiento establecido en un simple pero absoluto “ven”. El verbo está en
presente de imperativo, por tanto, es un mandato que no puede ser desatendido
porque procede de Dios mismo. Aunque Juan ve la visión la voz no se dirige a
él.
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