SALVACIÓN O PERDICIÓN
Juan Bta. García Serna
Señalaré algunos textos bíblicos donde se trata tanto del infierno como del cielo. Algunos reflexionaran sobre esta cuestión, mientras que otros evitarán pensar en ello, pero se acepte o no, ahí está el texto sagrado bíblico. La Biblia no habla de un lugar llamado “purgatorio”, esto pertenece a la tradición eclesiástica, pero no a las enseñanzas infalibles de las Sagradas Escrituras.
Los textos bíblicos que añado son solamente unos cuantos, sin entrar en un análisis exhaustivo, sino solamente unos apuntes escuetos reflexivos que señala la palabra de Dios, así que quién tenga interés puede leer sobre el tema en cuestión en la miasma Biblia, y también recurrir algunos comentarios exegéticos de teología, que sean serios y no sectarios en la interpretación de las Sagradas Escrioturas.
LENGUAJE DE LA BIBLIA
Evangelio San Lucas 16:19-21
Jesús habló acerca de dos personas que habían fallecido, y mientras una de ellas dijo: “Estoy atormentado en esta llama”, en cambio el otro fue consolado, según las palabras de Jesús: “Éste es consolado aquí, y tú atormentado”. Esta enseñanza de Jesús debe tomarse en serio, ya que habla de dos personas que murieron, y mientras una va a un lugar, la otra está en otro lugar, esto significa que la vida no termina con la muerte física, sino que existen dos lugares a donde irán unos u otros.
2ª Tesalonicenses 1:7-9
“Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con
nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de
su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán
pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de
su poder”. Mientras que unos recibirán “reposo”, otros recibirán eterna
perdición. ¿Has pensado en dónde pasarás la eternidad?
Evangelio San Marcos 9:43-48
Un pasaje bíblico que habla del cielo: “Entrar en la vida”, “entrar en el reino de Dios”, en cambio, habla también del infierno: “Ser echado en el infierno, al fuego eterno que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, el fuego nunca se apaga”. Uno debe cuestionarse: ¿dónde pasaré la eternidad? Jesús lo dejó claro a Nicodemo: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Jn.3:3) ¡Se trata de un cambio vida!
Evangelio San Mateo
25:41,46
A unos dijo Jesús: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. ¿Te has preguntado cuál será tu destino eterno? Ya que no vivimos siempre aquí en este mundo, llegará un día que abandonaremos esta tierra: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola ve, y después de esto el juicio” (Heb.9:27) ¡Sí, hay resurrección y juicio, en palabras de Jesús!
A los que viven su vida alejados de Dios: “El fin de los cuales será perdición”, en cambio, al creyente se le dice: “Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses3:19-20) Jesús habló de la perdición de todos aquellos que no creen en Él: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envío, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Jn.5:24) ¡Creer o no creer!
Evangelio San Mateo
13:49-50
“Así será el fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap.20:15) ¿Está nombre en el libro de la vida? ¿Cómo saberlo? “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn.1:12-13) ¿Has recibido a Cristo, o a una institución religiosa?
Apocalipsis 21:4-5,8
Juan, en su visión apocalíptica, habla del cielo como un lugar donde todas las cosas son nuevas: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. En cambio, señala quiénes no entrarán en el cielo: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda” (v.8) ¡Una gran esperanza para todos los creen en Cristo Jesús, y una horrenda perdición para todos aquellos que no creen en la autoridad inspirada de las Sagradas Escrituras!
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