DIOS ES JUSTO

Juan Bta.García Serna

 “El Dios justo prueba la mente

Y el corazón” (Sal.7:9

 1) “El Dios justo”.

 Dios es justo en su ser como Dios, y como tal, el cristiano, en su conducta, participa de esta virtud de ser justo: “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él” (1ªJn.2:29) La ira justa de Dios es aplicable a todo aquel que rechaza a Jesús: “el que rehúsa creer en el Hijo, la ira de Dios está sobre él” (Jn.3:36)  e inclusive el cristiano pasa por la disciplina de Dios cuando no anda de manera justa: “Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Heb.12:5-6) ¡Dios es amor, según la Biblia, pero también es Dios justo!

En este mundo existe mucha injusticia en variedad de áreas: sociales, políticas y religiosas, no obstante, esta situación tendrá su final: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2ª Pedro 3:13) Un día Dios gobernará: “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Salmo 103:19)

¿Cuándo será esto? 

Será cuando Dios cumpla exactamente todas las profecías dadas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, en lo que se refiere a su reinado mesiánico en este mundo y en el cielo por toda la eternidad: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Ap. 11:15) Así que: “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” (Rom.14:11)

¿Cómo será este reino?

“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas: Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdadera. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:3-7)

¿Quiénes estarán fuera?

 Estarán fuera todos las personas que no han aceptado a Cristo Jesús como Salvador personal, y han tomado la decisión de seguir en sus pecados de impiedad: “¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1ª Corintios 6:9-11). Si no hay un auténtico arrepentimiento, entonces no habrá salvación alguna: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Ap.21:8)

2) “Prueba la mente y el corazón”

La mente es el lugar de nuestros pensamientos, mientras en el corazón anidan nuestras emociones; y Dios “prueba” lo que pensamos y lo que sentimos en el interior de nuestro corazón. ¿Será posible ocultar al Señor lo que somos en la realidad, y no lo que solemos aparentar y expresar? “Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos. Y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre” (Jn.2:24-25) “Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos” (Mt.12:25) “¿A dónde me irá de tu Espíritu; ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Sal.139:7)

 

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