JESÚS Y LA MUJER ADÚLTERA

Juan Bta. García Serna

Cito el texto de las Sagradas Escrituras, y añado un escuto comentario al pasaje bíblico, en el que observamos la inmisericordia de los religiosos, y en contraste la compasión de Jesús hacia la mujer pecadora.

LA MUJER ADÚLTERA

(Jn.8:1-11)

“Se fue Jesús al monte de los Olivos, pero de mañana volvió otra vez al templo, y todo el pueblo venía a Él, y sentado, los enseñaba. Los escribas y fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante delito de adulterio. En la Ley nos ordena Moisés apedrear a éstas; tú, ¿qué dices?

Esto lo decían tentándole, para tener de qué acusarle: Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en tierra. Como ellos insistieran en preguntarle, se incorporó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra primero. E inclinándose de nuevo, escribía en tierra.

Ellos que le oyeron, fueron saliéndose uno a uno, comenzando por los más ancianos, y quedó Él solo y la mujer en medio. Incorporándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Dijo ella: Nadie, Señor, Jesús dijo: Ni yo te condeno tampoco, vete y no peques más”.

BIBLIA:

NACAR-COLUNGA

Si uno lee detenidamente el pasaje bíblico, observará que el liderazgo religioso judío lo que buscaba era acusar a Jesús: “Esto lo decían tentándole, para tener de que acusarle”. ¿Por qué acusar sólo a la mujer? ¿Qué decía la ley de Moisés? “Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos” (Lev.20:10) Hay también otro pasaje bíblico que se halla en el libro de la Biblia será de interés leerlo (Dt.22:22-24)

Jesús apela a la conciencia de los acusadores al decirles: “El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra primero”. Y ellos siendo conscientes de sus propios pecados: “fueron saliéndose uno por uno, comenzando por los más ancianos”. Y como dijo el apóstol Pablo: “Por cuanto todos pecaron” (Ro.3:23)

Jesús no condena a la mujer, pero sí le dice: “vete y no peques más”. Ahora hay  perdón en Jesús: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1Jn.1:8-9)

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