PROFECÍAS BÍBLICAS
Juan Bta. García Serna
En el plan profétco bíblico, cumplido con toda exactitud, tenemos una de las pruebas de la fe cristiana, registradas en las Sagradas Escrituras, que cualquiera puede comprobar la vericidad de la palabra de Dios, si uno examina los textos bíblicos.
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2º Pedro 1:19) “Porque la profecía nunca fue traída por voluntad humana, sino que los hombres hablaron de parte de Dios impulsados por el Espíritu Santo” (2ª Pedro 1:21)
Antes de entrar en el tema de las profecías cumplidas, será
necesario decir que, un profeta era aquel que era enviado por Dios, y lo que
profetizada se cumplía, y de no ser así, entonces era falso profeta, e incluso
“el tal profeta morirá” ((Dt.18:20) “Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo
conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en
nombre de Jehová, y no se cumpliese lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que
Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta” (Dt.18:21-22) Y
al igual que había falsos profetas en el Antiguo Testamento, también los hubo
en el Nuevo Testamento, y los seguiría habiendo en los últimos tiempos: “Y
muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (Mt.24:11)
La cuestión de profetas, en el sentido estrictamente bíblico,
hoy no existen, sino aquellos que hablan lo ya revelado, ya que creer lo
contrario, sería añadir nueva revelación a las Sagradas Escrituras, algo que
sería imposible al estar completo el canon de la Biblia, y por lo tanto, nadie
puede añadir o quitar a lo que ya fue escrito por inspiración divina, como
leemos en 2ª Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada (Lit. soplada) por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”.
Al ser el tema muy
amplio de cumplimiento profético, sólo señalaré algunas profecías, que según
los evangelios fueron cumplidas en el tiempo del ministerio de Jesús, y como
aplicación al cristiano diría que fortalecen nuestra fe, ya que, si tuvieron
fiel cumplimiento las profecías del Antiguo Testamento, también las tendrán las
que fueron profetizadas en el Nuevo Testamento cara al futuro escatológico de
la segunda vendida de Jesucristo.
(1) “He aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio de profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo” (Mt. 2:13-15) He aquí una profecía cumplida: “Y de Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11:1)
(2) “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos
(Gr. astrónomos), se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de
dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que
había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el
profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro
y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque
perecieron” (Mt.2:16-18) “Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y
lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca
de sus hijos, porque perecieron” (Jer.31:15)
(3) “Y convocados todos los principales sacerdotes, y los
escribas del pueblo, les preguntó (a los magos) dónde había de nacer el Cristo.
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y
tú, Belén, de la tierra de Judea, no eres la más pequeña entre los príncipes de
Juda; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel” (Mt.2:4
al 6) “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de
ti me saldará el que será Señor (Caudillo) en Israel; y sus salidas son desde
el principio, desde los días de la eternidad” (Miq.5:2)
(4) “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el
desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz
del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas”
(Mt. 3:1 al 3) “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová;
enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios” (Isaías 40:3)
(5) “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino al él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo
de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo:
Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios” (Mt. 4:1 al 4) “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te
sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido,
para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale
de la boca de Jehová vivirá el hombre” (Dt.8:3)
(6) “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso
sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo,
porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En las manos te
sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra” (Mt. 4:5-6) “Pues a sus
ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos
te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra” (Sal.91:11-12) Jesús le
dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tú Dios” (Dt.6:16)
(7) “Otra vez le llevó al diablo a un monte muy alto, y le
mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te
daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mt. 4:8 al 10) “A
Jehová tu Dios temerás, y a él sólo servirás, y por su nombre jurarás”
((Dt.6:13)
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