¿CÓMO RESOLVER CONFICTOS?

Conflictos y Mediación

Una síntesis:

Saber escuchar bien es una capacidad muy valiosa en la comunicación, aun en la Escritura leemos: “el que tiene oído, oiga qué dice el Espíritu a las iglesias” (Ap.2:29) Cuando se trata de escuchar hay que tomar en ello una quietud reflexiva, “las palabras del sabio escuchadas en quietud” (Ecl.9:17) 

Con la finalidad de entender a la otra persona en lo que dice y siente, será necesario hacer un esfuerzo por ponerse en su situación. Para que la persona se exprese con confianza hay que darle seguridad de que estamos ahí con toda atención y comprensión del conflicto. Hay dos aspectos que hay que captar en toda comunicación, los hechos y los sentimientos que se dejan ver en el diálogo.

Cuando se termina un punto tratado se debe intentar hacer un resumen sin opinar o juzgar lo que se ha escuchado, aunque se puede expresar sentimiento de identificación, “entiendo que te sientas así”. El uso de preguntas en la comunicación es muy importante, con la idea de aclaración. 

En vez de ofrecer consejos o dar sugerencias, es mejor que la persona por sí misma llegue a descubrir dónde está y cuál sería la salida al conflicto, esto tendrá más valor que aceptar sin reflexionar lo que se le propone como salida al conflicto. En la mediación de un conflicto se debe ser imparcial, no tomar partido, por lo menos, hasta no escuchar bien las dos partes, madurar el problema, y entonces dar sugerencias respecto al mismo, apuntando soluciones al conflicto.

En la comunicación respecto a conflictos hay reacciones y actitudes que son tomadas por la persona según su personalidad. Por ello, si escuchar es un factor importante, no menos lo será saber comunicar sin crear situaciones que provoquen sentimiento de inseguridad.

Análisis de conflicto:

En la iglesia local que pastoreo tenemos un matrimonio metido en un serio conflicto entre ellos, estando indirectamente implicados los padres del marido, que sin duda tendrían un papel importante en la solución del conflicto, ya que en parte fue creado por una actitud de rechazo reiterado de sus suegros hacia ella.

El grado de afectación del problema es tan intenso que la única alternativa percibida por ambos en este momento es la separación. Se hará lo posible como iglesia local para que esta solución no se produzca. En parte, la separación de un matrimonio cristiano es un fracaso del pueblo de Dios.

Últimamente frente a la crisis matrimonial avanzada, el marido ha dado algunos pasos con el interés de salvar la crítica situación de su matrimonio, pero para su mujer ya es tarde. Ella considera que ha sido ignorada por su marido y rechazada por los padres de él, estando confirmado que así ha sido.

Se está mediando en el asunto conforme a lo aprendido en la asignatura “conflictos y mediación”. Indagando cómo empezó el conflicto, qué otros factores fueron incorporándose al mismo, qué tipo de comunicación ha habido entre ellos, y si puede mejorar la forma comunicativa.

Ambos deben de expresar cómo ven el conflicto, él ya lo ha hecho, sin que el mediador interrumpa la comunicación, excepto para pedir algún tipo de aclaración. Al entrar en el “meollo” del conflicto hay que tener en cuenta algunas cosas, tales como:

Hay que saber cuáles son los intereses, necesidades, y valores que ambos expresan, ya que cada uno tiene su propia preocupación, y busca la salida al conflicto según él o ella la ve en su perspectiva de interés.

Es importante conocer las motivaciones que están ahí en cada problema, y el por qué elegimos una forma de salir de la crisis y no otra, cuáles son las cuestiones que influyen en la resolución tomada, ya que pueden ser de índole afectivas, económicas o también de autoestima.

Llevar al matrimonio a un consenso de resolución del conflicto que sea satisfactorio para ambos será el ministerio de la mediación, que no solamente es cuestión de un solo mediador, sino que pueden ser varios los observadores que intervengan, ya que, “en la multitud de consejeros hay seguridad” (Prov.11:14)

Dentro del problema global se buscará aquellos puntos concretos que hay que resolver, intentando que haya objetivos alcanzables que puedan ser aceptados por ambos, por ejemplo, el hecho de tener un hijo, como es el caso en cuestión, qué cosas pueden ser superables, y qué propuestas hay al respecto.

En conclusión, cuando un conflicto no es posible darle una salida acorde a los intereses de ambos en juego, entonces se requiere que haya una intervención de una tercera persona que escuche y aconseje, después de haber estudiado el problema con toda imparcialidad.

La sugerencia de “un mapa” del conflicto para saber dónde estamos y hacia dónde vamos, es muy apropiada para entrar en el conocimiento del problema y ver cuál sería la salida al mismo, por ello, es importante considerar las personas, el proceso y el problema en sus dimensiones.

Gracias por la asignatura de “conflicto y mediación”, me ha hecho bien. Considero que es un tema de ministerio pastoral muy valioso, ya que muchas veces nos “lanzamos” a la mediación sin seguir unas pautas necesarias, y como resultado no hay el fruto deseado.

 

IBSTE

Asignatura: Conflictos y Mediación

Profesor: Juan José Romero

Curso 2º Master en Teología

Alumno: Juan Bta. García Serna

 

 

 

 

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