DEBATE SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD (III)
3ª Parte.
El matrimonio tal como
Lo describe la Biblia
La noción bíblica del matrimonio y las relaciones sexuales no
está definida en términos de una colección de prohibiciones. Ma bien, se
presenta en las Sagradas Escrituras de una manera positiva. Son regalos para
ser recibidos, disfrutados y celebrados. Los textos Bíblicos que restringen la
actividad sexual al matrimonio heterosexual y la prohíben en cualquier otro
contexto relacional son dados por Dios para proteger algo bueno.
(a) Moisés y el
Antiguo Testamento:
En Génesis leemos del diseño de Dios para el matrimonio: la
unión de un hombre con una mujer. El libro poético de Cantar de los Cantares
describe cómo un esposo y una esposa encuentran placer en el cuerpo del otro.
Los profetas también defienden el matrimonio heterosexual. Malaquías, por
ejemplo, recuerda a sus lectores que Dios es el que une a un esposo con su
esposa (Malaquías 2:14-15) e Isaías utiliza el disfrute físico que experimenta
un esposo con su esposa para ilustrar el deleite de Dios sobre su pueblo
(Isaías 62:5)
(b) Pablo y la
enseñanza apostólica:
En el Nuevo Testamento, el matrimonio y la sexualidad se presentan
de una manera muy positiva. María, la madre del Señor Jesús, no fue degradada
en ninguna manera por haber tenido intimidad sexual con José después de que el
Señor Jesús naciera (Mateo 1:24-25). El apóstol Pedro tuvo una esposa (Mateo
8:14) al igual que varios de los otros apóstoles (1 Corintios 9:5). Entre los
requisitos para los ancianos y los diáconos en la iglesia local se menciona
que, si están casados, deben tener una relación monógama heterosexual (1
Timoteo 3:2, 8-12; Tito 1:6). Instrucciones apostólicas para las familias
cristianas dan por sentado la presencia de parejas heterosexuales (Colosenses
3:18-21; 1 Pedro 3:1-7). En 1 Corintios 7 y en Efesios 5, el apóstol Pablo
dedica considerable atención a la relación entre marido y mujer.
(c) La Enseñanza de Jesús:
Sea cual sea su opinión sobre las enseñanzas de Moisés y del
apóstol Pablo, las palabras de nuestro Señor Jesucristo deben ser decisivas
para todos los que se consideran cristianos. Cuando los fariseos trataron de
comprometer al Señor Jesús en un debate sobre los tecnicismos del matrimonio y
del divorcio, Él respondió con una enseñanza clara y positiva sobre el
matrimonio: “El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo
al principio, varón y hembra los hizo? Y dijo: Por esto el hombre dejará padre
y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Así que no son
ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el
hombre (Mateo 19:4-6)
Note que la enseñanza del Señor Jesús acerca del sexo y el
matrimonio está basada en tres afirmaciones fundamentales: En primer lugar,
Dios mismo creó dos seres humanos, el hombre y la mujer. En segundo lugar, Dios
mismo inventó e instituyó el matrimonio. Y en tercer lugar, Dios mismo es el
que une al hombre y la mujer. En esta tercera afirmación, el Señor Jesús deja
claro que el matrimonio no es sólo un contrato o acuerdo social, sino un acto
Divino en el que Dios cambia a sus participantes: ya no son dos, sino una sola
carne. Dios interviene y de alguna manera ´une´ a un hombre con una mujer. Esta
´unión´ Divina, única y especial es solamente mencionada en relación a un
hombre y una mujer.
Ningún cristiano, ninguna iglesia, ninguna agrupación de
cristianos tiene la autoridad para cambiar o contradecir lo que Dios ha dicho
en un principio, y lo que ha sido reafirmado por el Señor Jesús.
¿Dónde en la Biblia se desaprueba
la práctica homosexual?
Los textos bíblicos de prohibición normalmente usados en el
debate sobre la homosexualidad pueden dividirse en cinco grupos. Veámoslos
ordenadamente:
(1) Eventos en Sodoma y Gabaa:
En Sodoma Lot ofrece hospedaje
a dos hombres visitantes (Genesis 19:1-1). En Gabaa un anciano ofrece hospedaje
a unos viajeros (Jueces 19:14-30). En ambas historias una turba de hombres
llega por la noche y demanda que el anfitrión saque a los hombres que están de
visita para que puedan tener relaciones sexuales con ellos. Dios condena
enérgicamente las acciones de los hombres de amabas ciudades.
El pecado en Sodoma y Gabaa claramente tenía un componente
homosexual; pero estos incidentes fueron más complejos porque incluían a la trasgresión
de las reglas de la hospitalidad y la intención de un grupo de violar
sexualmente a los huéspedes. Si los visitantes en Sodoma hubieran sido mujeres,
seguro que Dios también lo hubiera condenado enérgicamente. Estas tristes
historias ilustran que Dios desaprueba la perversión sexual, pero son útiles
para probar que Dios condena la violación sexual tanto de hombres como de
mujeres. Dado que la evidencia de estas dos historias es inconclusa, sugiero
que es mejer no utilizar estos textos en el presente debata sobre el
´matrimonio homosexual´.
(1) Referencias a hombres que se prostituían en lugares religioso:
Los cultos de fertilidad cananeos incluían la prostitución de hombres y mujeres como parte de los servicios que eran ofrecidos a los adoradores en sus santuarios. Leemos que los reyes corruptos de Israel y de Judá promovieron estas prácticas entre el pueblo de Dios y que esto desagradó al Señor (1 Reyes 14:24; 15:12; 22:46; 2 Reyes 23:7). En Deuteronomio 23:17 leemos una clara prohibición: “Ningún israelita, sea hombre o mujer, se dedicará a la prostitución ritual del templo” (Nuevo Traducción Viviente)
Estos textos nos dicen que tanto hombres como mujeres trabajaban
la prostitución en lugares religiosos, pero no dice explícitamente que esto
ocurría entre hombres o entre mujeres. Dado que no es posible demostrar que el
papel de la prostitución era ofrecer a los visitantes sexo homosexual, estos
textos no se pueden usar para mostrar que Dios condena la actividad homosexual.
Lo más probable es que esta prostitución sagrada ofrecía servicios tanto a
heterosexuales como a homosexuales, pero en estos textos Dios prohíbe enérgicamente
tanto la idolatría como la prostitución. Los cristianos que defienden el
´matrimonio homosexual´ también condenan toda clase de prostitución. Dado que
la evidencia de estos textos es inconclusa, sugiero que es mejor no utilizarlas
en el presente debate sobre el ´matrimonio homosexual´.
(2) Las prohibiciones de la Ley Mosaica:
La nación de Israel estaba expuesta a la corrupción de Egipto y de Canaán,
con sus prácticas tales como la idolatría, sacrificio de niños u una variedad
de desviaciones sexuales. Entre las leyes dadas por Dios a Moisés, encontramos
un par de leyes que prohíben explícitamente algunas formas de actividad sexual.
Estas incluyen una prohibición clara de la práctica homosexual: “No te echarás
con varón como con mujer; es abominación” (Levítico 18:22), y “Si alguno se
ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos ha de ser
muertos; sobre ellos será su sangre” (Levítico 20:13)
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