DEBATE SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD (I)
El debate actual sobre la
Homosexualidad
Consideraciones
Bíblicas y
Pastorales
1ª PARTE
Durante estos últimos 50 años mucho se ha dicho y escrito acerca de la homosexualidad. Algunos exploran posibles causas bilógicas y sociológicas de las diferentes orientaciones sexuales, otros discuten los derechos legales que los tienen de expresar la sexualidad de su elección, y otros abordan las implicaciones morales de la conducta homosexual. El debate homosexual se ha trasladado de la esfera política a la iglesia, y ahora los cristianos estamos obligados a responder a estos cambios sociales y legales.
¿Cómo han reaccionado los cristianos ante esta situación? Algunos
han mostrado un temor irracional hacia personas homosexuales. Otros expresan su
desacuerdo mediante faltas de respeto o incluso con violencia física.
Seguramente hay maneras correctas e incorrectas de ser sal y luz en este mundo
(Mateo 5:12-16). Debido a estas reacciones exageradas y fuera de tono, se ha
hecho cada vez más difícil para un médico cristiano, un teólogo, o un líder de iglesia
expresar algún grado de desaprobación sin ser tildado de ´intolerante´.
´homofóbico´ o ´fundamentalista´.
¿Debemos los cristianos expresar nuestro punto de vista? ¿Qué
opina usted? Aún más importante, ¿Es la Biblia suficientemente clara para
entender la mente de Dios sobre el tema del matrimonio y la actividad
homosexual? Creemos que la respuesta es ´sí´, y este artículo es una invitación
a considerar el asunto a la luz de la Palabra de Dios.
Nuestra orientación sexual
La Biblia no distingue ente ´orientación sexual´ y ´práctica
sexual´. Esto no significa que la diferencia no es real. Nuestra orientación
sexual podría ser entendida como una fuerza interna, un anhelo, una presión, algo
parecido a la sensación de hambre o de sed. Es en la manera que damos expresión
a esta fuerza interna que agradamos o desagradamos al Señor Jesús.
Todos somos tentados de diferentes maneras. La intensidad de
una tentación será diferente entre una persona y la otra dependiendo de sus
características personales. Una orientación homosexual también podría entenderse
como una debilidad para un conjunto particular de pecados. Un hombre con una
orientación homosexual experimentará una tentación a pecar con los hombres más
que con las mujeres. Un hombre con una orientación heterosexual tiene una
debilidad por un conjunto diferente de pecados: él experimentará una tentación
más fuerte a pecar con una mujer que con un hombre. Todos nosotros, sin
importar nuestra orientación sexual, somos llamados a vivir en santidad.
Puesto que no somos responsables por las tentaciones que
tengamos tampoco somos responsables de nuestra orientación sexual. Pero, como
todo cristiano es llamado a vivir en santidad, sí somos responsables de nuestro
comportamiento sexual.
Pero Dios me hizo homosexual
Algunos dicen que, ya que Dios los creó gay o lesbiana, es su
deber aceptar y aún celebrar la manera en que Dios los hizo. Algunos dicen que
ser homosexual es como ser zurdo, y peguntan: “¿Cómo puede ser ´malo´ para una
persona expresar lo que es?”
Esta línea de pensamiento tiene dos problemas: En primer lugar,
el origen de la orientación homosexual es aún desconocido. Recientes
publicaciones y la mayoría de los expertos en el campo proponen que la orientación
homosexual no es determinada por un solo factor, sino por una combinación de
factores, tales como el desarrollo hormonal, la genética familiar y otras
influencias contextuales como la de crianza
En segundo lugar, somos el producto no sólo de la creación de Dios, sino también de la caída. La Biblia deja en claro que la entrada del pecado en el mundo ha afectado profundamente a toda la creación. Ahora los niños nacen con defectos físicos y mentales. Estos defectos de nacimiento pueden causar serias limitaciones que generalmente causan dolor y frustración.
Si con el paso del tiempo la ciencia demostrara
contundentemente que la orientación homosexual está presente desde el momento
del nacimiento, esto no significaría que sea ´buena´ ni que Dios aprueba que
ella sea expresada sexualmente. Todos nacemos, por ejemplo, con una tendencia ser
egoístas, pero eso no significa que ser egoísta sea ´bueno´ ni que Dios aprueba
que expresemos ese egoísmo. Tanto el egoísmo, como un temperamento agresivo o
la orientación homosexual pueden ser considerados como debilidades o defectos
de nacimiento que requieren de atención.
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