ORÍGENES DEL HOMBRE (I)
Por el Dr. Manuel Gutiérrez Marín
EL HOMBRE ANTE LA BIBLIA Y LA CIENCIA
OBSERVACIONES GENERALES
Nuestros artículos sobre “La
Evolución”, solicitados expresamente por el Dr. J.A. Monroy, no están escritos
a vuelapluma, como suele decirse, sino que se basan en el estudio atento de la
materia expuesta ya en los siglos XV y XVI. Goethe, un gran hombre y lector
infatigable de la Biblia, no ha escrito poco sobre la evolución referente al
hombre, a nosotros. El aldabonazo lo dio Darwin, sabio inglés, al cual
siguieron otros hasta hoy.
En castellano poseemos solamente una
obra fundamental sobre la cuestión, publicada por la B.A.C. (Biblioteca de
Autores Cristianos, núm. 258, año 1966). Han colaborado en ella 24 autores que
siguen con suma inteligencia lo que fuera de España ya ha sido publicado. Lo
lamentable es que apenas si alguno de ellos pone atención en la Revelación
bíblica. Sin embargo, esta obra titulada “La Evolución” es muy valiosa y por
eso recomendable.
El famoso investigar moderno alemán
Herbert Kuehn los supera, en cuanto a que, a la vez, es creyente bíblico, en su
obra “El despertar de la Humanidad” (“Das Erwachen der Menschheit”), que
ignoro, por mi parte, haya sido trasladada ya al castellano. Nada menos que 196
obras de los diversos autores, presenta este hombre de ciencia. Al lado poseemos
diversas obras en castellano del investigador Teilhardt de Chardin y no podemos
por menos que recomendar la obra que sobre él ha escrito Claude Cuénot:
“Teilhardt de Chardin”, Nuevo Colección Labor, número 24, año 1969.
No deja ser extraño que la cuestión del “evolucionismo” todavía posea vigencia. Y decimos esto porque hace largo tiempo ha sido suplantada por la denominada “Fenomenología”, una ciencia que estudia la religión en general y tiene por base al hombre de ideas religiosas manifestadas desde hace lo menos 40.000 años.En resumen, la Ciencia considera que hace unos 500 millones de años únicamente existían las algas; 100 millones de años después, luego de algunos crustáceos, aparecen los peces; a ellos les siguen las plantas y unos 250 millones de años antes de nuestra era surgen los árboles. Alrededor de hace 45 millones de años se presentan los “antropoides” y a continuación el grupo de gorilas y chimpancés. Después surge el “hombre”. Citando al investigador H. Kuehn, diremos que “nuestros conocimientos son más profundos y que logramos saber ciertas particularidades; pero el concepto general de la Creación es el mismo que la Biblia nos ofrece” (Das Erwachen der Menschheit”, pág.7).
En nuestros artículos hemos intentado resumir lo más posible y siempre pensando en los lectores que por razón natural no pueden tener a su inmediata disposición las obras de la Ciencia Antropológica. Reiteramos que la cuestión del “evolucionismo” ha quedado ya resuelta en favor de la Revelación Bíblica, o sea, resuelta en cuanto el hombre es un ser o una criatura humana independiente de todas las demás criaturas de Dios. Por eso vale como siempre lo que la Biblia nos revela sobre el Paraíso, y también sobre la “caída” del hombre (no del “antropoide”, del gorila o del chimpancé), sino del hombre por Dios creado “a su imagen y semejanza”. El atacar la Revelación divina se manifiesta como una empresa diabólica, como verdadera tentación para la persona creyente. Pero, aparte de la necesidad de la investigación científica acerca del hombre, el sobreponerse a dicha tentación es muestra y señal de que la Palabra de Dios, encarnada en Jesucristo, es nuestro amparo y fortaleza, como dice el Salmista.
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