MATRIMONIOS DESIGUALES
Juan Bta. García Serna
Recopilo un artículo, y lo resumo en algunas cosas, escrito
por RICARDO CERNI, y que fue incluido en la revista: “Restauración” * 1972. A
mi parecer, tiene bastante utilidad bíblica sobre el tema en cuestión, y
pensando en el AHORA.
El problema, a la luz de la Biblia.
¿ES DEL AGRAD DE DIOS?
Un matrimonio mixto es, en síntesis, la unión conyugal de dos
personas pertenecientes a distinto credo religioso. En un sentido estrictamente
bíblico es la unión de un miembro del pueblo de Dios con otra persona ajena a
él, en el entendido de que a estos efectos nos referimos a los creyentes, a los
que han hecho profesión de fe. El verdadero creyente debe guiarse por una norma
clara t sencilla: “qué andéis como es digno del Señor, agradándole en todo”
(Col.1:10). Podemos decir con toda libertad que Dios abomina literalmente los
llamados matrimonios mixtos, tanto porque representan un intento de unir dos
cosas incompatibles – verdad y error – como porque constituyen una amenaza para
la pureza de la Iglesia. El Antiguo y el Nuevo Testamento son muy claros en
este sentido:
“No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros y te destruiré pronto” (Dt.7:3-4). Véase también textos como Éx.34:15-16; Jos.23:12-13; 1ª Reyes 11:1-2; y los tales concluyen que:
a) Dios prohíbe a su pueblo la mezcla con otras
religiones
b) Dios amenaza a su
pueblo con grandes castigos si lo hace
c) Dios advierte que el resultado de la mezcla es la
claudicación
De ningún se puede alegar que estas verdades han
quedado derogadas por pertenecer al Antiguo Testamento, pues también lo
confirma el Nuevo Testamento, ya que, tienen que ver con el orden moral y
espiritual.
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?” (2ª Cor.6:14 al 16)
Se trata aquí, claro están de todo tipo de uniones, que comprometan
la práctica de la fe, y lugar prominente entre esas uniones que ocupa el
matrimonio. Junto a esa prohibición tenemos también una enseñanza de carácter
positivo contenida en el mandamiento apostólico para aquellos que desean
casarse: “Cásese con quien quiera, CON TAL QUE SEA EN EL SEÑOR” (1ª
Cor.7:39)
EL MATRIMONIO CRISTIANO
Hay otra importante razón para rechazar y denunciar los
matrimonios mixtos. La Escritura presenta el matrimonio como símbolo de la
unión y el amor de Cristo por su Iglesia. Significa esto que para que un
matrimonio se verdaderamente en el Señor, debe reflejar las cualidades
del amor divino para con su pueblo. Así lo vemos en Efesios 5:22-25. Es
evidente que una mujer que dice ser creyente, al casarse con un incrédulo, no
puede estar sujeta al esposo como al Señor. A imagen de ese amor de
Cristo, el matrimonio debe reunir estas características:
a) Fundado en la
verdad.
b) Unido en lo
espiritual
c) Glorificador de
Dios en sus frutos.
d) Perfeccionándose
en la práctica de la fe.
Sin estas condiciones, un matrimonio no puede llamarse
cristiano, y, por mucho que nos duela decirlo, es evidente que los matrimonios
mixtos no son conforme a la voluntad de Dios. No presentan las señales del amor
de Cristo por la Iglesia.
LOS HIJOS
No podemos terminar este breve escrito sin llamar la atención
respecto al problema que constituye la educación religiosa de los hijos habidos
en un matrimonio mixto. La Escritura contiene mandatos muy concretos acerca de
la educación espiritual de nuestros hijos. Bajo ningún concepto se puede eludir
la responsabilidad de criarlos “en disciplina y amonestación del Señor” (Ef.6:4)
Estúdiense también los textos que a continuación damos, como muestra de la
voluntad de Dios ((Gén.18:9; Dt.4:9-10; 6:6-7, 18-19; Dt.4:9-10; 6:6-7;
11:18-19; Sal.78:5-6; Prov.22:6; Hch.2:39; Ef.6:1-4; Col.3:20; 2ª Tm.3:14-15)
Cuando en el hogar existe un cisma religioso es completamente rigoroso a esta responsabilidad. Las consecuencias psíquicas y morales que un ambiente
religioso dividido puede ejercer sobre los niños son dañinas. La cuestión es:
¿Cómo se podrá enseñar el camino de la verdad a unos niños que se crían en un
ambiente de duplicidad?
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