CURSO DE ESTUDIO BÍBLICO (IV)
Juan Bta. García Serna
Prof. Ernesto TRENCHARD
EVANGLIO SEGÚN MARCOS
LECCIÓN IV
OPOSICIÓN A LA LUZ
(Cap.2:1-3:6)
Introducción
Después del primer viaje de evangelización por toda Galilea,
Jesús volvió a su “base” en Capernaum, que en Mateo 9:1 se llama “su ciudad”.
El Señor había anunciado en una amplia región la buena nueva de que el Reino de
Dios estaba cerca, habiendo puesto de manifiesto el carácter del Reino mediante
un gran número de obras de sanidad, de las cuales es típica la curación del
leproso. Quienes tuvieran ojos para ver podrían comprender que el Reino no
consistía en el movimiento de grandes ejércitos, ni en la convocación de magnas
asambleas, sino en una obra de gracia, de amor y de poder de parte de Dios a favor
de la humanidad doliente.
Al principio reinaba gran entusiasmo entre las multitudes,
pero no tardó en manifestarse la oposición de los guías religiosos de los
judíos en Galilea. Seguramente esta oposición surgió en gran parte de la
envidia, al ver que las multitudes seguían a un Maestro que no había pasado por
sus escuelas rabínicas; sobre todo, nació de la incapacidad de los escribas
para comprender la libre manifestación del poder de Dios entre ellos. Tenían
los Escritos del Antiguo Testamento que se habían dado con el fin de preparar
el corazón del pueblo para recibir al Mesías, pero los interpretaban de una
manera externa y legalista o, estando ellos llenos de su propia justicia, no se
dispusieron a someterse a la revelación que Dios les daba de sí mismo en la
Persona del Señor Jesús. Según la frase del apóstol Juan: “La luz en las
tinieblas resplandece, más las tinieblas no la comprendieron”. En la porción
que estudiamos, Marcos reúne cinco incidentes que revelan la creciente
oposición a Jesús de parte de los escribas y fariseos de Galilea. Los escribas
eran los intérpretes autorizados para enseñar la Ley, y los fariseos eran los
miembros de una secta religiosa cuya vida externa era muy estricta, pero
quienes en general se hallaban faltos de amor y de la fe. En 3:6 se mencionan
los “herodianos”, que eran judíos poco ortodoxos que favorecían la dinastía de
los Herodes y se sometían a Roma.
Oposición al poder divino de Jesús
La curación del paralítico (2:1-12). Esta dramática y
hermosa historia debiera leerse repetidas veces hasta familiarizarse el
estudiante con todos sus detalles. Vemos lo que no enseña en cuanto a los
principales actores en el sencillo drama.
1.
Los cuatro amigos. a)
Interesándose por su amigo impotente, llegaron a ser ejemplo de cuantos se
esfuerzan en llevar almas a Jesús. b) Eran hombres de fe, y, en un principio,
fue la fe de ellos la que percibió Jesús (2:5). c) Perseveraron en su noble
empeño, a pesar de todos los obstáculos, hasta colocar a su amigo a los pies
del Maestro.
2. Los escribas. a) Su doctrina era muy sana,
porque sabían por las Escrituras que sólo Dios tenía autoridad para perdonar
los pecados. b) Su vista espiritual era limitadísima, pues no discernían el
poder divino de Jesús. Las multitudes ignorantes tenían más discernimiento
espiritual que ellos (2:12)
3. El paralítico. a) Éste desempeñó un
papel absolutamente pasivo hasta oír el mandato del Señor de levantarse y de ir
a su casa, llevando su lecho (una especie de estera). Su obediencia a un
mandato, al parecer imposible de cumplir, evidencia su fe. Sin esta fe en aquel
nombre, habría sido imposible que el Señor declarase que sus pecados le eran
perdonados. b) Sus amigos le bajaron echado sobre su jergón, pero salió de la
casa llevándolo a cuestas, porque juntamente con la salud había recibido
también poder y fuerzas. El Señor quiere que llevemos vidas de victoria sobre
el pecad.
4. El Señor Jesús. a) A pesar de la forma irregular de
presentarse el paralítico, y la manera en que el incidente interrumpió sus
enseñanzas, Jesús le recibió con amor. Es difícil conseguir acceso a la
presencia de los “grandes” de la tierra, pero nuestro Señor está siempre a la
disposición de quienes le buscan con humildad y fe. b) Al otorgar el perdón de
los pecados al paralítico, el Señor tenía presente el valor de su Muerte
expiatoria que había de consumarse sobre el altar de la cruz. c) El poder
divino del Señor se manifestó por la autoridad con que mandó al paralítico que
se levantase (2:10-11), pero se evidenció también en su ejercicio de la
prerrogativa divina de perdonar pecados y en su omnisciencia, ya que:
“conocía en su espíritu que pensaban (los escribas) así dentro de sí mismos”
(2:8)
Oposición a la misión salvadora de Jesús
El llamamiento de Leví (2:13-17). Leví es el nombre
hebreo de Mateo, el autor del primer Evangelio. Era publicado, es decir; se
había puesto al servicio de los romanos, dueños en aquel entonces del país,
para cobrar tributos de sus compatriotas, y, sin duda, al pro propio tiempo, se
enriquecía a sí mismo. Por eso los publicanos eran tan odiados por los judíos
ortodoxos, hablándose en la necesidad de buscar la compañía de los notorios
pecadores, desechos de la sociedad.1.
1. Mateo. a) Era esclavo de la avaricia, pues
había vendido su patriotismo con tal de ganar dinero. b) Su pronta respuesta al
llamamiento del Señor fue su gran milagro de liberación. c) En seguida puso su
casa y su dinero a la disposición del Señor como medio de ganar para él a
algunos de sus antiguos compañeros (2:15)
2. El Señor. a) En Heb.7:26, el escritor nos dice que el
Señor era “apartado de los pecadores”, mientras que aquí le vemos sentado a la
mesa con pecadores notorios. Moralmente no tenía absolutamente nada que
ver con los pecadores, pero, para ganarlos, se puso en contacto con ellos. b)
Nótese la definición que el Señor mismo da de su misión: “No he venido a llamar
a los justos, sino a los pecadores”.
3. Los fariseos. Las mismas respuestas del Señor (2:17) señalan el terrible peligro de los que se creen “justos” y, por ignorar su mal, no acuden al único Médico de las almas.
Oposición a la libertad espiritual del Señor
En relación con el ayuno (2:18-22). Los discípulos de Juan el Bautista se
unieron con los fariseos para hacer la pregunta de 2:18. Juan y os suyos
ayunaban en señal de protesta contra la complacencia de una sociedad religiosa,
pero corrompida; sin embargo, la venida del Señor, después de la preparación de
Juan, hizo todo eso innecesario. El incidente dio lugar a que Jesús enseñar que
él no había venido para mejorar el judaísmo con más y mejores obras religiosas,
sino para hace algo completamente nuevo, tanto en la forma externa como en el
contendí interno. Ilustra la enseñanza mediante tres figuras.
1. Las bodas (2:19-20) Se anticipa aquí el símbolo que
representa al Señor como el Esposo, mientras que los suyos, colectivamente como
Iglesia, son la “Esposa”. Mientras que los discípulos se gozaban en tener al
“Esposo” con ellos, no era momento de “ayuno”. El “ayuno” formulado y
obligatorio no es conocido en el Nuevo Testamento, pero sedan casos en que en
que los cristianos del primer siglo pasaban por periodos de abstinencia
voluntaria para poder darse mejor a la oración. Todo se lleva a cabo con libertad
espiritual y no por imposición humana.
2. El vestido nuevo
(2:21). El pedazo de paño recio cosido a una prenda desgarrada no hacía más que
empeorar las cosas. Esta sencilla ilustración significa en primer término que
las profundas y espirituales enseñanzas del Maestro no podían “pegarse” como un
remiendo en el raído vestido del judaísmo, sino que, necesitaban una nueva
esfera, una Nueva Creación, que había de formarse sobre la base de la Obra de
la Cruz y la Resurrección.
3. En segundo término, podemos pensar que todo esfuerzo de
“reforma” del “viejo hombre” resulta contraproducente, pues ha de haber una
“nueva creación” en Cristo, o sea, el pecador no puede ser “reformado”, sino
que ha de ser “regenerado”.
4. Los odres nuevos
(2:22). Si mosto en estado de fermentación se echa en odres viejos y débiles,
éstos se reventarán. La fuerza del vino nuevo exige odres nuevos y resistentes.
La lección es paralela a la anterior, pero se subraya el poder interno y
espiritual del “nuevo orden” que Cristo había venido a establecer. Él había de
bautizar a los suyos con el Espíritu Santo, pero este poder divino no pude
manifestarse en el judaísmo formulario, sino que había de llenar la naciente
Iglesia en el Día de Pentecostés.
En relación con el sábado (2:23-28). El Señor salió en defensa de los suyos cuando eran acusados por los fariseos que veían en el acto de coger algunas espigas de grano el “trabajo” de segar, y en el proceso de masticar el grano la “labor” de moler, deduciendo así que los discípulos habían quebrantado el sábado. Como siempre, el Maestro, del caudal infinito de en su sabiduría divina, se aprovechó del extremismo legalista de los fariseos para apuntar importantísimas lecciones sobre el verdadero significado del día de descanso.
El sábado tenía dos sentidos principales: a) en orden al
hombre en general, fue instituido para su bien y a fin de que descansara de sus
trabajos un día cada siete (2:27); b) en relación con Israel, fue una señal del
pacto entre Dios y su pueblo, que ponía a prueba su obediencia (Éx.20:12). Los
fariseos no veían en este séptimo día más que un mandamiento externo, que
procuraban defender con minuciosos reglamentos, como éste que prohibía que un
hombre cogiera una espiga de trigo en sábado para satisfacer el hambre
(2:23-24) .El Señor enseña: a) que hay momentos de crisis en que el mandamiento
externo tiene que subordinarse a una necesidad mayor, como en el caso de David
cuando comió de los panes de proposición; b) ya que el Hijo del Hombre había
venido, le tocaba a él definir lo que era el bien del hombre, quedando el
sábado, por tanto, relegado a un lugar subordinado; c) podemos añadir que el
sábado había perdido su sentido como señal del pacto con Israel, ya que dicho
pacto se había hecho pedazos por las rebeliones y la dureza de corazón de los
judíos.
Oposición a la libertad espiritual y al poder sanador del
Señor (3:1-6)
La oposición al Señor se había cuajado hasta tal punto que en esta ocasión ya le acechaban los enemigos para ver si sanaría en el día de sábado. El incidente es muy aleccionador como una revelación tanto del corazón del Salvador como de la vileza del corazón endurecido por el legalismo. El Señor lanzó su reto a los escribas: “¿Es lícito hacer bien en sábado, o hacer mal? ¿Salvar la vida, o quitarla?” Para el Señor, rehusar hacer el bien equivalía a hacer mal, y dejar de salvar la vida era como quitarla. El corazón de Jesús, que ardía de amor y de compasión por el hombre inválido, se encendió airadamente en vista del silencio obstinado de los legalistas que, en su ceguera, no podían ver la gloria y el poder de las obras del Salvador. El hombre que tenía una mano seca quedó sano en sábado por su fe y su obediencia, a despecho de los hipócritas, mientras que las facciones enemigas entre los judíos convenían entre sí en sus deseos de conseguir la muerte de Jesús (v.36)
Pregunta:
1. ¿Cuál prerrogativa divina ejerció Jesús antes de sanar al
paralítico? ¿Cómo manifestó el Señor que tenía poder en la tierra de perdonar los
pecados?
2. Cítese tres
acusaciones que los escribas y los fariseos lanzaron contra el Señor y contra
sus discípulos.
3. Léase 2:19, y
cítese otros dos versículos del N.T. que hablan del Señor bajo la figura del “Esposo”
(Evítense las porciones paralelas de Mateo 9:15 y Lucas 5:34)
4. ¿En qué lugar se colocaban los panes de la proposición en
el Tabernáculo? ¿Cuántos había? (Ex. Capítulos 25- 27)
5. Los fariseos no
querían que Jesús sanase a un hombre en sábado, pero, qué hacían ellos en aquel
día cuando era cuestión de sus propios intereses. Búsquese la contestación en
Lucas capítulo 14.
E-mail: jbmoredaaller@outlook.com.
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