MILAGROS BÍBLICOS
Sr. Arturo T. Pierson
(Ojeando un libro antiguo me dio la idea compartir, en un
escueto resumen, lo que en él se dice respecto a los miagros. Un tema que puede
resultar de interés entre los cristianos y hacer reflexionar a los que no lo
son, en razón de un desconocimiento de las Sagradas Escrituras. El autor
presenta el tema en cuestión: “Milagros: ¿Son posibles y probables?” Una
cuestión que no dejará indiferente a los amantes de la Biblia, y hará pensar a
los que rechazan la palabra de Dos. Me alegra tener el privilegio de ser un
creyente que ama la enseñanza bíblica, cuya infalibilidad es indiscutible por
todos los cristianos verdaderos. ¡ojalá que esta cuestión de los milagros
despierte a muchas personas a darles credibilidad! Dejo al autor darnos su
exposición de lo que él entiende por milagros de Dios, y añado una nota personal)
“Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en
maravillas y prodigios y señales que Dios hizo por Él en medio de vosotros,
como también vosotros sabéis” (Hch.11:22)
¿Qué es un milagro? La definición es cosa muy importante.
Aceptar una falsa premisa descuidadamente puede admitir una conclusión falsa.
Todo un edificio resulta inseguro con cimientos malos. Si empezamos con una
definición errónea o defectuosa, trastornamos todo nuestro argumento. Un
milagro en sentido bíblico es sencillamente esto: “Una maravilla y una señal”.
Su única significación es esta; que Dios apela a Él mismo como manifestación de
su poder. Esta es la razón por la cual debe ser también una maravilla. Si no
hubiera nada en él que asombrara el espíritu, como algo fuera del curso común
de la naturaleza, o más allá del poder humano, no podría ser empleado por Dios
para producir la impresión y la convicción de su presencia y su poder. Todo lo
que hace falta es que el hecho sea lo bastante maravilloso para mostrar en él
la mano de Dios, y su fin es cumplido. La zarda del desierto de Horeb fue
sorprendente, porque ardía con fuego y no se consumía. El arco iris es una
señal, a la cual Dios apela como una prenda de su pacto con el hombre de que el
torrente de las aguas no inundará nuevamente la tierra. Sin embargo, no lo
llamamos milagro por no salirse del curso ordinario de la naturaleza, ni atraer
la atención de los hombres, demostrando un poder sobrenatural (ejemplo de la diversas de plagas en Egipto)
Un milagro debe ser superior al poder de la naturaleza y del
hombre. La naturaleza representa fuerza ciega, mecánica, obrando sin
inteligencia. Todas las operaciones son maravillosas, pero no milagrosas,
puesto que siguen el camino de las leyes fijas. El hombre representa una fuerza
inteligente; todos los actos del hombre son maravillosos, pero no milagrosos,
puesto que siguen el camino de las leyes fijas, leyes del espíritu y de la
materia. Para que una cosa sea milagro, maravilla que debe mostrar el poder de
Dios, debe haber alguna prueba de la intervención de una influencia que no está
limitada por las leyes de la materia, ni por las del espíritu. ¿Cómo se
producirá probablemente esa prueba o señal, si se produce de algún modo? No
puede haber más que una respuesta. Habrá una interrupción de aquellas leyes
fijas que dirigen los movimientos de la materia y el espíritu. Si hubiera un
milagro verdaderamente habría de invadir el orden establecido. Si Dios nos da
semejante prueba de su presencia será de modo que demuestre una fuerza no sólo
superior al ciego mecanismo, sino también a la inteligencia humana; y eso no
puede ser más que de un modo que parezca trastornar las leyes ordinarias de la
materia y el espíritu. ¿Qué hace Dios en un milagro? Supongamos que es
literalmente cierto que el sol se paró mientras Josué luchó con los amorreos, y
que esto no es una descripción poética. La ley mecánica requería la marcha
continua del sol por los cielos; pero se introduce la fuerza inteligente,
voluntaria a dirigir el trabajo de la mecánica y ciega, y da a conocer la
intervención divina. ¿No es este hecho como el otro, pero en mayor escala a
propósito para probar el poder de Dios? Lázaro murió y fue enterrado. La
función de las leyes mecánicas hubiera determinado la descomposición; pero una
fuerza nueva, voluntaria e inteligente domina a la mecánica y ya no hay
descomposición. Al mandato de la palabra de Hijo de Dios vuelve la vida. El
hombre no puede devolver la vida a los muertos. Jesús convirtió el agua en vino
en una boda. Cuando Juan el Bautista envió a sus discípulos a Jesús para
pedirle pruebas de que era el Mesías, Jesús le contestó respecto a todos los
milagros y señales que Él hacía (Mt.11:4)
(Añado yo que, los milagros fueron evidentes en el Antiguo
Testamento y en el Nuevo Testamento, pues la evidencia es abrumadora, innegable
registrada en las Sagradas Escrituras. Y ha habido hechos históricos narrados
en la vida de la Iglesia a través de los siglos en los que Dios ha intervenido
con su autoridad todopoderosa en diversas manifestaciones milagrosas.
Ciertamente Cristo Jesús, juntamente con los pecados de la humanidad, también
llevó sobre la Cruz nuestras enfermedad y dolencias, así lo acredita la Biblia
(Is.53:4 Comp.Mt.8:17) ¿Por qué no vemos hoy más maravillas del poder y del
amor de Dios? Quizás falta fe y una vida de autenticidad en el seguimiento de
Cristo Jesús, o quizás no sea la voluntad divina, la cual el sincero creyente
debe de acatar. Hay muchas promesas de Dios en la Biblia que nos invitan a orar
y esperar su respuesta, y lo que Dios determine, ciertamente será lo mejor para
el cristiano consagrado al Señor. ¿Dónde se dice qué hemos d3e entender todos
los planes de Dios, el Señor? En cambio, “y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas (no algunas) les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados” (Rom.8:28) ¡Hagamos nuestro este texto bíblico! Creo
en los milagros de Dios de diversa índole, que Dios puede hacer directamente, pero
también creó que el Señor puede utilizar al ciencia que hoy tenemos a nuestra
disposición)
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