CUARTO SELLO
Dr. Samuel Pérez Millos
Ap.6:7-8
“Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser
viviente, que decía: Ven y mira” (v.7)
El Cordero abrió el cuarto sello que cerraba el rollo, que
había recibido de la mano del que estaba en el trono. La apertura de los sellos
anteriores no solo permitió conocer el propósito de Dios para las etapas
temporales del tiempo final de la historia actual, sino la ejecución de lo que
había determinado sucediera. Nuevamente, al abrir el cuarto sello, la voz
autoritativa del cuarto ser viviente hizo oír poderosamente el mandato,
expresado con un solo vocablo “¡Ven!”. El aspecto de este cuarto ser viviente
era como un águila volando (Ap.4:7) Lo que hace el ser viviente es llamar al
caballo y al correspondiente jinete para que comparezca y se lleve a cabo el
propósito divino en esta nueva etapa de acción judicial.
“Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba
tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la
cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y
con las fieras de la tierra” (v.8)
Al oír la voz de autoridad del cuarto ser viviente, Juan miró
en la dirección de la voz y vio aparecer un “caballo amarillo”. El adjetivo que
usa el apóstol no es tanto amarillo, sino verdoso, pálido, terroso, el color
propio de los moribundos o incluso de los muertos. Es, según los expertos, el
color natural de quienes están presos de una enfermedad infecciosa y mortal. Es
el contraste entre el color de una persona sana y la de un enfermo moribundo.
El cuarto juicio de Dios tiene enfáticamente una manifestación de muerte en el
mundo. Juntamente con el jinete que tenía como nombre “muerte”, aparece otro
símbolo relacionado con ella, ya que con él cabalga el Hades, compañero
inseparable de la muerte. El Hades es la morada de los muertos, cuyas llaves
tiene también Cristo (Ap.1:18) Como ya se ha hecho notar en la apertura de los
otros sellos, también en este coincide con el orden que Cristo usó en el sermón
profético (Mt.24:7) La mortandad que generaría no podría pasar más allá de la
cuarta parte de las personas que vivan en la tierra.
Los medios de muerte que Juan describe en el texto son,
cuatro: espada, hambre, mortandad y fieras de la tierra. El verbo que se usa
para matar, es genérico y no específicamente. Juan hace mención a la autoridad
que le fue conferida al que cabalga sobre el cuarto caballo. En alguna medida
es la reproducción del mensaje de Dios contra el pueblo idólatra de Israel
(Ezq.14:21) No debe limitarse esta mortandad a la consecuencia de la guerra
(véase las plagas de Egipto, y otros juicios de Dios (Jer.21:6; 2Re.17:25)
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