HECHOS (Cap.1:4-5)
Juan Bta. García Serna
“Y estando juntos, les mandó que no se
fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les
dijo, oísteis de mí” (v.4)
“Y estando juntos”, o sea, ´y estando
con ellos´; en griego ´estando reunidos con ellos´. A veces los detalles no se
analizan, y se dejan ahí sin una aplicación a la vida cristiana, pero aquí,
como en otros lugares, cada frase bíblica cobra su significado relevante y aplicativo.
Aquí como en otros momentos, los discípulos de Jesús tuvieron el privilegio de
estar a su lado y escuchar sus enseñanzas. Hoy no tenemos este honor de estar
junto a Jesús de manera física, pero sí de forma espiritual nos acompaña:
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio
de ellos” (Mt.18:20) “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo” (Mt.28:20) “Cristo es el que murió; más aun, el que también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por
nosotros” (Rom.8:34). Así que Cristo Jesús está a nuestro lado. Aparte de esta
realidad, hay también otra, la que corresponde a que los creyentes estemos
juntos en una misma fe de unidad en la diversidad de enseñanzas no relevantes.
“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también
ellos sean uno en nosotros” (Jn.17:21) Una unidad que tiene que ver con la
conversión, o cambio de vida, y no dentro de un sector religioso que margine
las grandes y fundamentales verdades de las Sagradas Escrituras. ¿En qué
momento se produjo el descenso del Espíritu Santo sobre la vida de los primeros
cristianos? “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hch.2:1 y
4)
“Les mandó que no se fueran de Jerusalén”. Los discípulos de
manera presencial escucharon esta orden de Jesús, y obedecieron. Hoy no tenemos
un ´voz´ audible de Jesús, pero si tenemos la Biblia que nos otorga órdenes de
lo que uno debe hacer o evitar. Cunado desoímos sus órdenes caemos en
desobediencia y ello acarrea consecuencias temprano o tarde lamentables que
podíamos haber evitado de haber hecho caso de las órdenes bíblicas. Dios tiene
que ejercer disciplina cuando no hay obediencia a sus mandados: “Y habéis ya
olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío no
menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por
él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo” (Heb.12:5 y 6) ¿Cuál es el motivo de la disciplina de Dios? “para lo que
nos es provechoso, para que participemos de su santidad” (Heb,12:10) ¿Qué
efecto tiene la disciplina, y cuál es después su resultado? “La
verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados” (Heb.12:11) Si se rehúsa la disciplina de Dios, entonces
somos "bastardos", y no hijos (Heb.12:8)
“Sino que esperasen la promesa del Padre,
la cual, les dijo, oísteis de mí”. ¿Cuál era la promesa del Padre, y qué
Jesús les comunica? “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;
pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, has que seáis investidos de
poder desde lo alto” (Lc.24:49) “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien
el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, i os recordará
todo lo que yo os he dicho” (Jn.4:26) El Espíritu Santo no solamente estará en
el cristiano, sino también dentro de él (Jn.14;17) “En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa” (Ef.1:13) Uno es salvo porque ha sido sellado por Espíritu Santo.
“Porque Juan ciertamente bautizó con agua,
más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”
(5)
Juan bautizó con agua invitando a las
personas al arrepentimiento: “Yo a verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mío, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más
poderos que yo; él os bautizará en Espíritu Santo” (Mt.3:11) Esta era su
finalidad, y el bautismo cristiano se lleva a cabo cuando uno creía: “El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado”
(Mr.16:16) El etíope dijo a Felipe: “Aquí hay agua ; qué impide que yo sea
bautizado. Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes” (Hch.8:36 y
37) Y el bautismo del Espíritu Santo se lleva a cabo una vez y
para siempre, incorporando al cristiano en el pueblo de Dios, por medio de la
salvación que es en Cristo Jesús; y no por pertenecer a una denominación de
tipo ´cristiana´.
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