HECHOS Cap.1:1-5)
Juan Bta. García Serna
"En el primer tratado", haciendo el evangelista Lucas alusión a su Evangelio (Cap.1:3) Al tratarle de "excelentísimo Teófilo" sugiere la idea de ser alguien que ocupaba algún cargo de relevancia y, además, al decirle: "en las cosas en las cuales has sido instruido" (Cap.1:4) señala que tal persona no ignoraba ciertas verdades acerca de Jesús, pero él quiere que ahora "conozca bien la verdad". Hay personas que que saben ciertas cosas de la enseñanza bíblicas, pero que desconocen con detalle toda la verdad de la palabra de Dios. Lucas era conocedor de lo que otros "han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" (Cap.1:1) Ahora él dice: "me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas, oh excelentísimo Teófilo". Lucas es el único escritor no judío de todos los que compusieron la Biblia. Fue compañero de Pablo en algunos de sus viajes (Hch.16:10; 20:5 al 13) Y Pablo lo menciona cono a uno de sus colaboradores (Fil.24) Fue médico de profesión (Col.4:14) Y cuando el apóstol estaba preso en Roma, y cercano a ser ejecutado, y se vio abandonado por todos, escribió estas palabras que revelan una fidelidad de hermano y compañero en aquellos momentos que uno necesita: "Lucas sólo está conmigo" (2Tm.4:11)
¿Cuáles cosas podemos aprender de este gran siervo de Dios?
1) Su empeño de investigador para dejar claro la veracidad de la historia acerca de Cristo Jesús. ¡Cuantas veces nuestra investigación bíblica es endeble, escasa, y por ello, no somos de utilidad para dar testimonio de la fe: "y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1Ped.3:15) 2) Su colaboración con el apóstol Pablo, juntamente con otros, "mis colaboradores" (Fil.24) ¿Dónde están los colaboradores en la extensión del Evangelio? 3) Lucas estuvo cercano al apóstol en aquellos momentos que lo necesitaba, y de utilidad: "sólo Lucas está conmigo, porque me es útil para el ministerio" (2Tm.4:11)
"Hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar". Lo que el evangelista Lucas señala es que las cosas que escribe: "han sido ciertísimas". Lucas fue un hombre de talento, y escribió con claridad, pero a la vez con erudición. Lucas dice que Jesús obró y enseñó, siendo poderoso: "en obra y en palabra" (Lc.24:19) Las obras están en primer lugar, y después las palabras. Es la conducta la que da credibilidad y fuerza a las palabras. Si uno se limita a enseñar sin hacer todo lo que está a su alcance para aliviar las cargas que otros soportan, sean éstas cuales sean, no estaríamos imitando a Jesucristo.
"Hasta el día en que fue recibido arriba". Habla el evangelista Lucas de la ascensión del Señor Jesús a los cielos, una vez había cumplido de manera cabal con el ministerio en este mundo, entonces ascendió al cielo: "y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba" (v.10) Cristo Jesús había pasado por la muerte, y por la resurrección, y ahora sus discípulos observan su Ascensión. Sin duda que fueron impactados, no sólo por su ministerio especial en la tierra, sino también por el hecho de la muerte de un inocente, y después por la gloriosa resurrección. Y ahora sorprendidos por el testimonio de de los ángeles: "los cuales también les dijeron: "varones galileos, ¿por que estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (v.11)
"Después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido". 1) Antes de que los discípulos emprendan una evangelización a nivel universal, Jesús les instruye, dándoles "mandamientos" que debían tener en cuenta para la extensión de la palabra de Dios. Los primeros discípulos de la era apostólica se sometieron a la enseñanza de Jesús, no quitaron, ni añadieron nada, de todo lo que habían aprendido. ¡Hay de los que por prejuicios religiosos añaden o quitan de la enseñanza de las Sagradas Escrituras! "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios" (1Ped.4:11) 2) Los "mandamientos" fueron dados a los apóstoles, "por el Espíritu Santo", o sea, venían directamente de la inspiración divina, al igual que las Sagradas Escrituras (2Tm.3:16) y también incluyendo la profecía del Antiguo Testamento.: "porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2Ped.1:21) 3) A los Apóstoles que había escogido". Fue Jesús quien eligió a los que serían sus apóstoles: "llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles" (Lc.6:13) Hoy nadie puede cumplir los requisitos para ser un apóstol, tal y como reza en la enseñanza bíblica (Hch.1:21 y 22)
"A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios" 1) En los Evangelios tenemos, de manera inequívoca, los padecimientos de Jesús, tal y como fue profetizado: "despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto" (Is.53:3) "Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Heb.12:2) ¿Por qué causa Jesús padeció y murió en la cruz? "Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1Ped.2:21) "Porque primeramente os he enseñando lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras" (1Cor.15:3) 2) "Se presento vivo con muchas pruebas indubitables". Así convencer de que su resurrección no era una visión sino un hecho real, por ello, comió con ellos, habló con ellos, y caminó con ellos 3) Apareciéndoseles durante cuarenta días". Hay un serie de textos bíblicos donde se nos dice que Jesús se apareció a sus discípulos, y a varias mujeres. "Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven, y otros ya duermen". Y Pablo señala: "Y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí" (1Cor.15:6 y 8) 4) "Y hablándoles acerca del reino de Dios". Éste fue el mensaje con el cual Jesús inició su ministerio: "Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. El tiempo se ha cumplido,, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio" (Mr.1:14 y 15) ¿Qué tipo de mensaje hacemos extensivo? por supuesto, debería ser Cristo céntrico: "Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo" Hch.5:42) Pablo reitera cuál era su predicación: "predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo" (Hch.28:31)
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí”. ¿A cuál promesa se refiere Jesús? “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lc.24:49) Se trataba de ser “bautizados con el Espíritu Santo”, el cual investiría a los discípulos “de poder desde lo alto”. ¿Qué sabemos de la obra ministerial del Espíritu Santo? “Y cuando el venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn.16:16:8) Así que el Espíritu de Dios es el que convence de pecado, y no nosotros con todo el empeño y erudición que pongamos en convencer a los perdidos. ¿Tenemos esto claro? “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que éste con vosotros para siempre” (Jn.14:16) ¿Quién consolará a unos y a otros? “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn.14:26) Y, además, quién nos enseñará. Y aún en la oración: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” (Rom.8:26 y 27) Cada oración debería depender de la dirección del Espíritu Santo, y no de deseos personales, y si estos están ahí, uno pedirá la ayuda del Espíritu Santo. ¿No es por medio del Espíritu de Dios que somos conscientes de ser hijos de Dios? (Rom.8:16) ¿No es por medio del Espíritu de Cristo Jesús, el cual vivifica nuestro cuerpo mortal? (Rom.8:11) ¿Cómo hacemos morir las obras de la carne? “más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne. Viviréis” (Rom.8:13) Cualquier empeño de vivir la vida cristiana en ausencia del Espíritu Santo, sería un auténtico fracaso, una verdadera desilusión, y un continuo desaliento, ya que “a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2Cor.2:14)
"Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días". Cuando Jesús dijo: "dentro de no muchos días", estaba haciendo alusión al día de Pentecostés, cuando descendería el Espíritu Santo sobre los discípulos de manera espectacular, y que permanecería con el el cristiano y en el cristiano: "porque mora con vosotros, y estará en vosotros" (Jn.14:17) Juan el Bautista dijo: "yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Mt.3:11) Ahora todo cristiano ha sido bautizado por el Espíritu Santo desde el momento de la conversión: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo (el de Cristo Jesús), sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu" (1Cor.12:13) Y en la conversión todos los cristianos: "fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Ef.1:13) El recibir el Espíritu Santo en la conversión sucede una vez para siempre, y en cambio, el ser "llenos del Espíritu Santo", sucede en varias de ocasiones, tal y como vemos ejemplarizado en la era apostólica.
Dios le bendiga, siga adelante, un fraternal saludo desde Guatemala. Suyo en Cristo
ResponderEliminarJosé Aquino - Apologética Nazareth