EL PERDÓN DE DIOS

Juan Bta. García Serna

Apunto tres características que conlleva el perdón, atendiendo a unos textos bíblicos que invitan a la reflexión: 

(1)  El perdón de Dios es restaurar “Si te convirtieres (volverte a Dios), yo te restauraré, y delante de mí estarás” (Jer.15:19) “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros” (Mal.3:7) Nos devuelve a la comunión con Dios, por ello, nuestro perdón hacia el hermano/a debe conducir a este fin de restaurar la comunión. “Si tu hermano peca contra ti, y si se arrepiente, perdónale” (Lc.17:3) Hemos de tener presente la indicación bíblica “Perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó a vosotros” (Ef.4:32) De no ser así, entonces el lenguaje del perdón no puede ser real, sino ficticio, carece de valor. (2) El perdón de Dios es olvidar “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor a mi mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is.43:25) Facultad que sólo está en la potestad divina, lo que toca a nosotros es no guardar ningún tipo de resentimiento ante la ofensa recibida. (3) El perdón de Dios es no hacer diferencia entre pecados, como señala en Apocalipsis 21:8, catalogándolos todos ellos como graves. Y también leemos que el simple hecho de saber hacer lo bueno y no hacerlo ya hemos incurrido en pecado (Stg.4:17) e inclusive cualquier tipo de injusticia es pecado (1Jn.5:17) ¡Hermano/a cuidémonos de la vida espiritual para que nuestro concepto de pecado y de perdón sea el adecuado!

¡Señor!, Tú me has perdonado, cómo no podré hacerlo yo, ya que has puesto en mí una vida nueva capaz de imitar Tú perdón. Si no se ejerce el perdón, que de Dios uno recibió, entonces aflorará un sentimiento de culpa que afectará nuestra relación con Dios. ¡Oh Dios!, concédenos que a través de Ti hagamos real el perdón, como algo necesario que proporcionará quietud y paz al corazón. ¡Hermano/a!, ¿conoces este perdón?, el divino, por supuesto, pero también el de tú y yo, que es el práctico, el ideal, el que fluye del interior, y nada es comparable a él cuando se ejerce como Jesús lo ejemplarizó.