ORACIÓN ECLESIAL.

Juan Bta. García Serna

UNA REFLEXIÓN BÍBLICA

Creo que la iglesia, como tal, está olvidando el tiempo de oración, tanto a nivel individual como colectivo; en cambio, es algo que está tan enfatizado y arraigado en la enseñanza de las Sagradas Escrituras. Si la congregación falla en esta prioridad, que fue practicada por el mismo Jesús, por el cuerpo apostólico, y demás cristianos en la era neotestamentaria; entonces hoy la iglesia tendría un problema mayúsculo de desobediencia. Hablar de oración, no es que sea algo ´puntual´, sino insistente (véase Lc.18:1-8)

Un gran número de cristianos se reúnen en el “aposento alto” para orar como congregación (Hech1:13 al 15). Si esta era la práctica de los primeros cristianos, ¿por qué ahora algunos la descuidan y no le dan el valor que tuvo en la era apostólica? Creo que es una artimaña del diablo para que el cristiano no tenga las bendiciones que aporta la oración comunitaria, eclesial. El cojo de nacimiento fue sanado, y sin duda tiene mucho que ver la vida de oración de pedro y de Juan: “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración”. Y el apóstol Pedro le dijo al cojo: “en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” (Hech.3:1,6) ¡Si hemos de ver la mano de Dios obrar, sean las circunstancias que éstas sean, ha de ser porque la iglesia tiene vida de oración! Una de las cosas que se pedía en la oración era un conocimiento de la voluntad de Dios en cuanto a quién escogía Dios para un ministerio de apostolado, entre dos personas (Hech1:24)

Dios ha escogido a cada uno de los creyentes para una función de ministerio, por ello la oración nos ayudará a saber qué es la voluntad de Dios para cada cristiano: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros” (1Ped4:10). “Más ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso” (1Cor12:18) Los primeros cristianos, en oración comunitaria, pedían valentía para testificar de Cristo (Hech4:24, 29). Y se les dio esa libertad para hablar la palabra de Dios (v.31). Pablo pide a los creyentes que vivan la oración en perseverancia, y que oren por él para que pueda hablar con valentía (Ef.6:19). Una de las cosas que fallan en el creyente a la hora de testificar de Cristo, es la valentía, por ello, la oración será de mucha ayuda contra la cobardía (2Tm1:7)

 La oración a nivel congregación es encaminada a orar por situaciones de obstáculo a la extensión del evangelio, como fue la intercesión de la iglesia a favor de Pedro que estaba en la cárcel (Hech12:5) La liberación de Pedro se debe mucho a la oración de la congregación (v.12). La mano poderosa de Dios no se verá de manera clara si no hay oración a nivel individual y como congregación. Pablo se juntó con unos hermanos para orar: “Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos” (Hech20:36) La práctica de la primera iglesia, entre otras cosas, era orar: “y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hech2:42)

Orar en compañía de otros, es el mandato bíblico, ante la enfermedad (Stg5:14), pero no solamente de los líderes de la iglesia, sino todos los creyentes: “orad unos por otros, para que seáis sanados” (5:16) Jesús promete responder a la oración en compañía de otros, añadiendo que ahí está su presencia, y en consecuencia respuesta a oración (Mt.18:19-20) Dios promete oír la oración y responderla cuando hay oración de humildad y arrepentimiento (2Crón7:14-15) Jesús valoraba el tiempo de oración, usando su ejemplo (Mr1:35) ¿Qué pasará con nuestro culto de oración? No se trata solamente de sembrar la palabra de Dios, sino que también hay que regalarla con súplicas a Dios para que lleve fruto: “a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mt.13:23) ¡Sin oración no habrá, ni edificación, ni conversiones, ni madurez espiritual!

Si uno quiere respuesta de Dios, entonces el medio divino es: "Clama a mí, y yo te responderé , y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" (Jer.33:3) ¡Un plan de Dios, el Señor, que hemos de aceptar! Y sin lugar a dudas, entraremos en la experiencia de ver a Dios obrar: "cosas grandes y ocultas". ¡Y si así lo creemos, esto ciertamente sucederá!