LIBRO DE JOB (Cap.35)
























Juan Bta. García Serna

“Prosiguió Eliú en su razonamiento, y dijo: ¿Piensas que es cosa recta lo que has dicho: Más justo soy yo que Dios?” (vs.1-2) Eliú mal interpretaba las palabras de Job. Esto suele suceder cuando uno no escucha con atención las palabras de su interlocutor. Uno suele deducir a la ´ligera´ lo que otro expresó, y este es un mal que nos lleva a hacer una incorrecta interpretación. Lo que Eliú piensa atribuyéndoselo a Job, es algo que muchas personas piensan, de que si ellos fueran Dios obrarían más justamente que el propio Dios, cuando observan las calamidades que en el mundo suceden, como si no existiera de Dios, y expresan ¿por qué lo permite Dios? Creemos que nuestra mente finita puede plantease esta cuestión. Esta es una reflexión que a través de los tiempos el hombre se planteó. Si leemos con atención la Biblia. entonces muchas incógnitas son aclaradas por Dios.

“Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber pecado?” (v.3) Si hay rectitud en la vida cristiana y, aun así, vienen las aflicciones, es fácil ser tentados. Ante cualquier situación el cristiano sabe con certeza que Dios está en el control, y que si algo sucede es por la autorización de Dios. Un conocimiento que nos proporciona la enseñanza de la palabra de Dios, a la cual el creyente se acoge como la infalible y divina revelación. Sigamos en la vida santificada por el Señor, y no permitamos que el pecado tome el control, pues de ser esto último evidenciaría que no hemos conocido a Dios. Un cristiano sin duda pecará, pero el pecado no practicará. Cuando el creyente peca, entonces de inmediato busca de Dios el perdón, ya que es la única manera de tener una verdadera reconciliación con Dios. Si vivimos una vida cerca de Dios, todas las cosas que puedan sucedernos tenemos la garantía de que Dios está ahí en cualquiera que sea nuestra situación.

Eliú, presume de poder responder con “razones a Job”, y también incluye, “y a tus compañeros contigo” (v.4) Eliú creía que sus razonamientos sobrepasarían a los utilizados por los amigos de Job, y también a los usados por el mismo Job. Esto que pensó Eliú es una auténtica equivocación, y en la cual solemos caer cuando creemos que nuestros argumentos son los más acertados sea esta u otra ocasión. Hay realmente una innata inclinación a pensar que nuestras ideas tienen una solución y que las demás carecen de sólida argumentación. ¡Guardémonos de pensar que ´nuestra verdad´ es la mejor! Solamente si está escrita en la Biblia la podemos expresar sin ningún error, y aun así, hemos de hacer una correcta interpretación, y no expresar nuestra opinión como si está estuviese ´anclada´ en la divina palabra de Dios. Eliú no todo lo que dijo pueda considerarse como equivocación, ya hay muchas de sus expresiones que llevan toda la razón, como por ejemplo que, “la soberbia de los malos, cuando a Él clamen, Él no oirá” (v.12)  “Ciertamente Dios no oirá la vanidad” (v.13) Una enseñanza que las Sagradas Escrituras dicen con toda claridad, y que solamente el arrepentimiento hará que el hombre y la mujer hablen la reconciliación con Dios, y así, sus oraciones tendrán la respuesta de Dios , sea cual sea la situación.

 

 

 













 

 

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