LIBRO DE JOB (Cap.33)
Juan Bta. García Serna
Eliú apunta una verdad revelada`, o sea,
que, “de barro fui formado” (v.6), no ocurrió un proceso evolutivo al que el
ateo echa mano, con la finalidad de rechazar la creación divina, en aras de una
teoría, supuestamente, científica, em cambio, está muy claro en la revelación
bíblica: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y
hembra los creó” (Gen.1:27) ¿Y cómo lo hizo Dios? “Entonces Jehová Dios formó
al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz alieno de vida, y el
hombre un ser viviente fue” (Gén.2:7) Creer que la humanidad fue cuestión de
progresiva evolución es ´aumentar´ más fe a la sencilla narración de la palabra
de Dios, que a través de toda la Biblia consta esta declaración de que de Dios
procedemos y o no y de una hipotética evolución que se produjo por variedad de
especies que alcanzaron a llevar a lo que el hombre y la mujer son hoy. ¡Cuánto
credibilidad, sumida en la incredulidad, de lo que Dios expresó!
“He aquí, en esto no has hablado
justamente; y te responderé que mayor es Dios que el hombre” (v.12), y es que
Eliú tiene en cuenta las palabras de Job, “yo soy limpio y sin defecto; soy
inocente, y no hay maldad en mi” (v.9) Un debe entender el contexto social del
patriarca Job, que comparándose con los demás, él se consideraba ´intachable´
ante Dios. Si en nuestra vida nos comparamos con los demás, quizás pensemos
como Job, en cambio, si leemos respecto a las demandas de pureza y
santificación que consta en la palabra de Dios, nos daremos cuenta que ni Job
ni ningún ser humano alcanzará la plena santificación, ya que el pecado nos
asedia desde que Adán pecó. Hay sin duda, en cualquier cristiano, un proceso de
santificación, pero no por sí mismo, sino por la poderosa ayuda que procede de
Dios, ya que el ser humano por naturaleza es pecador.
“Entonces revela al oído de los hombres, y
les enseña su consejo” (v.16), lástima que el hombre desoye la voz de Dios, y
prefiere seguir otros consejos. La mira de Dios es “quitar al hombre de su
obra, y apartarle de su soberbia” (v.17) “Feliz el hombre que no anduvo en
consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores” (Sal.1:1)
Eliú habla de la oración: “Orará a Dios, y
éste le amará. Y con júbilo su faz verá. Y el hombre en justicia restaurará”
(v.26) “Dios mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y lo recto
pervertí” (v.27) Entonces “su vida verá la luz” (v.28) Sin arrepentimiento qué
luz podremos tener, sino obscuridad, y entonces nuestra alma turbada estará, ya
que solamente en comunión con Dios reposó hallará, y no lo busques en ningún
otro lugar.
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