LIBRO DE JOB (Cap.32)

Juan Bta. García Serna

“Entonces Eliú se encendió en ira contra Job, y asimismo lo hizo contra sus tres amigos” En la opinión de Eliú, “Job era justo ante sus propios ojos”, y en cuanto a “sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job” (vs.2 y 3) ¡Ni Eliú ni sus tres amigos, e incluso Job, no habían acertado en una justa valoración de la causa del padecimiento de Job! La ira de Eliú, uno debe recordar lo que el apóstol Santiago dijo: “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Stg.1:20) Una tendencia innata es airarnos con las faltas de los demás, sin pensar que así ningún resultado se obtendrá, no es la ira, sino el amor el que atrae al que equivocado está. ¡Guardémonos de la ira e involucremos nuestra vida en el amor, el cual atrae tanto al creyente como al incrédulo al Señor!

“Yo decía: Los días hablarán, y la muchedumbre de años declarará sabiduría” (v.7) No obstante, esto no sucede en todas las personas, ya que según Eliú: “No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos entienden el derecho” (v.9) Creo que Eliú tenía razón en ambos textos, ya que la sabiduría y entender el derecho viene cuando la conducta se demuestra por los hechos (Stg.3:13) Eliú dijo: “He aquí yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros argumentos” (v.11) Muy importante es escuchar antes de hablar, por qué si no es así, ¡qué razones has de dar? Una falta común es ´regalar´ palabras sin reflexionar.  En Eliú se produjo una presunción, al pensar que él tenía la verdadera razón: “Os he prestado atención, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones” (v.12)

Eliú pronunció una frase, propia de alguien de espíritu impulsivo que cree tener la razón, y por eso expresó: “Porque lleno estoy de palabras (´no razones´), y em apremia el espíritu dentro de mí” (v.18) Hasta este momento Eliú había guardado silencio, pero ahora suelta su lengua para producir palabras en las que algunas de ellas están faltas de entendimiento. Había en Eliú una inquietud tal por expresar lo que él entendía como razonamiento que, puso un símil de lo que le estaba pasando por dentro.

“De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero, y se rompe como odres nuevos” (v.19) Si hay aquí una lección que aprender es a no dejarnos guiar por un sentimiento interno, ya que no siempre lo que sentimos tiene veracidad con una base sólida de entendimiento. Eliú dijo algo que debería ser práctica de vida espiritual en cualquiera que se dice ser creyente: “No haré ahora acepción de personas, ni usaré con nadie títulos lisonjeros” (v.21) Dijo el sabio Salomón: “Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno” (Prov.24:23) “Pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores” (Stg.2:9) ¿Qué expresó el apóstol Pedro? “En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas” (Hch.10:34) “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” (1Ped.1:17) Sin lugar a dudas, un espíritu de virtud cristiana es aquel que muestra imparcialidad en el trato con los demás (Stg.2:1)

 

 







 

Comentarios

  1. Amén gracias me ha gustado síii que nuestras , acciones guíen a los que nos rodean hacia nuestro Padre amoroso.

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