JESÚS ANTE LA TENTACIÓN DIABÓLICA
Juan Bta. García Serna
Evangelio según Mateo
(Cap.4:1
al 11)
“Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (v.1)
Jesús en su naturaleza humana padeció la
tentación diabólica, pero no sucumbió a ella (Heb.4:15). Y según este texto
bíblico, Cristo Jesús se “compadecerá de nuestras debilidades”, ya que la
tentación diabólica es un hecho real (1º. Pedro 5:8), por ello, hemos de estar
“velando”. Y la única manera de vencer la tentación diabólica es por medio de
la “armadura” espiritual (Ef.6:11) Y de esta manera no “dar lugar al diablo”
(Ef.4:27) ¿Cómo será posible vencer la tentación diabólica? no por fuerza
propias, sino por el sometimiento a Dios (Stg.4:7)
“Y después de haber ayunado cuarenta días
y cuarenta noches, tuvo hambre” (v.2)
Lo que puede ser algo natural, e inclusive
lícito, como fue en este caso de Jesús, será una oportunidad para el diablo,
como fue así con Jesús. En este caso de Jesús se trataba de alimento, pero en
la vida del cristiano puede que no siempre la tentativa diabólica se trate de
alimento material, sino de otras cuestiones, que serán aprovechadas por la
tentación diabólica. Cada cristiano tiene que saber cuál es su necesidad, y
tener mucho cuidado de no ceder ante la tentación diabólica, aunque haya cosas
lícitas que podríamos hacer, pero no convienen (1ª Cor.10:23)
“Y vino a él tentador, y le dijo: “Si eres
Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (v.3)
Jesús, ¿podía hacerlo? ¡claro que sí!,
pero estaría dando lugar al diablo al aceptar su petición. En esta tentación
diabólica a Jesús, es dubitativa al expresarle: “si eres Hijo de Dios”. El
cristiano es tentado también con la duda diabólica de que uno sea o no
cristiano, según cierta actitud, obrando como “acusador” (Ap.12:10)
“El respondió y dijo: Escrito está: No
sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
(v.4)
Esta respuesta de Jesús al diablo aborda dos cuestiones: primera, que el alimento espiritual es lo primero, “no solo de pan vivirá el hombre”, y la segunda, el uso de la Escritura ante la tentación diabólica. El cristiano tiene que tener una escala de valores, y el principal es aceptar lo que dice la palabra de Dios, sean cuales sean las propias apetencias, o necesidades (Mt.6:31-32, 33)
“Entonces el diablo le llevó a la santa
ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y el dijo: Si eres Hijo de
Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y
en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra” (vs.4 y
5)
Aquí el diablo utiliza un pasaje bíblico
(Sal.91:11-12, pero está sacado fuera de su contexto, y así “tuerce” la palabra
de Dios. La habilidad del diablo es engañar mal interpretando las Sagradas
Escrituras, por ello, “si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios”
(1ª Pedro 4:11). ¿Y qué dijo el apóstol Pablo al joven Timoteo? “procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado como obreros que no tiene de que
avergonzarse, que usa (“traza”) bien la palabra de verdad” (2ª Tm.2:15). ¿Y qué
dijo Jesús? “escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en
ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”
(Jn.5:39) ¿Y el salmista? “sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en
su ley medita de día y de noche” (Sal.1:2) Sólo las Sagradas Escrituras son
inspiradas por Dios (2ª Tm.3:16)
“Jesús le dijo: Escrito está también; No
tentarás al Señor tu Dios” (v.7)
Jesús cita la Escritura (Dt.6:16). Uno
debe conocer bien la palabra de Dios, si quiere hacer frente a toda falsa
interpretación bíblica. Hay muchas enseñanzas de hombres que mal interpretan la
enseñanza de la Biblia, y para ello, añaden y tuercen lo que está escrito por
inspiración divina. Hay muchas personas que no suelen hacer lo que hicieron
judíos piadosos en la era apostólica: “Y estos eran más nobles que los que
estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud,
escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”
(Hch.17:11)
“Otra vez le llevó el diablo a un monte
muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le
dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (vs.8 y 9)
Hay dos citas a destacar; primero que “los
reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará
por los siglos de los siglos” (Ap.11:15) ¿Ignoraba esto el diablo? Dios, el
Padre, ya tiene “el reino, y el poder, y la gloria. Amén” (Mt.6:13) El diablo
tiene mucho conocimiento, pero no es omnisciente, por lo tango, tiene muchas
“lagunas” en carencia de revelación divina. ¿Qué podría darle el diablo a Jesús
que él ya no tuviese? ¿Qué puede darnos a nosotros los creyentes el diablo que
ya no tengamos en Cristo Jesús? (Ap.5:10), en segundo lugar, el diablo no
ofrece nada a cambio de nada: “todo esto te daré, si postrado me adorares”; he aquí
su intento a una proposición idolátrica.
“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (v.10)
La respuesta de Jesús al diablo no deja
lugar a dudas, “al Señor tu Dios adorarás”, y por lo tanto, “este es el
principal mandamiento” (Mr.12:30), que ya en el libro de Éxodo lo expresa así: “no
tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éx.20:3) Y según Jesús, ¿a quién hemos de
servir? “Y a él solo servirás”. Hay una advertencia del apóstol Pablo: “y cambiaron
la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible”
(Ro.1:23). Jesús apela a la enseñanza divina: “escrito está”. Por ello, “si alguno habla, hable conforme a
las palabras de Dios” (1Ped.4:11). Si hay enseñanzas que no tengan apoyo
bíblico, o sea, de índole extra bíblico, deben rechazarse por cuanto no vienen
de Dios.
“El diablo entonces le dejó; y he aquí
vinieron ángeles y le servían” (v.11)
La victoria de Jesús sobre la tentativa
diabólica fue rotunda, el diablo que atacaba la naturaleza humana de Jesús, recibió
un ¡absoluto fracaso! El diablo había vencido al primer Adán, pero no a Cristo
Jesús. Cuando se dice que el “diablo le dejó”, no quiere decir que no volverá
de nuevo, y con otras estratagemas, no obstante, ¡siempre fue derrotado! Y la
promesa divina es que, el creyente será ayudado para no ceder al tentador: “pues
en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que
son tentados” (Heb.2:18). David, el salmista, expresó: “el ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, y los defiende” (Sal.34:7)
SEÑOR, ayudame a confiar en ti y en Tu cuidado.hoy, mañana y para siempre
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