LIBRO DE JOB (Cap.27)
Juan Bta. García Serna
Job sabe que toda circunstancia está bajo
la soberanía de Dios, “vive Dios, que ha quitado mi derecho, y el Omnipotente,
mi alma amargó” (v.2) Aquí hay una reflexión que Job experimentó, aunque, ciertamente
desconocía, el porqué de su amarga aflicción. Si uno vive en el pecado, debe
esperar la disciplina de Dios, pero éste no era el caso de Job, que, aunque
imperfecto, como todos los mortales, sin embargo, era ´temeroso de Dios´. Si a
Dios temes, entonces todo lo que te pueda pasar en ello hay una finalidad: “Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”
(Ro.8:28), aún en aquellas pruebas dolorosas que cada cristiano, más tarde, o
más temprano, ha de pasar, pero Dios siempre estará ahí para bendecir al
afligido con auténtica paz: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay
para ellos tropiezo” (Sal.119:165) Lo que significa que, nos guardará de
tropezar.
Una promesa hace Job: “Que todo el tiempo
que mi alma esté en mí, y haya hálito de Dios en mis narices, mis labios no
hablarán iniquidad, ni mi lengua engaño pronunciará” (vs.3 y 4) ¿Hay tal
actitud de decisión en ti y en mí? Dios no acepta un ´cristiano´ de externa
apariencia, como eran muchos en el fariseísmo religioso en el tiempo de Cristo
Jesús, a quienes dijo: “Este pueblo de labios me honra, más su corazón está
lejos de mí” (Mr.7:6) En cambio Job, unas sinceras palabras pronunció: “Hasta
que muera, no quitaré de mí mi integridad, mi justicia tengo asida, y no
la cederé; no me reprochará mi corazón en todos mis días” (v.s.5 y 6) Así, más
tarde, se expresaron otros: “Orad por nosotros, pues confiamos en que tenemos
buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo” ((Heb.13:18) Pablo, el
apóstol, expresó unas palabras muy acertadas al considerar que la conciencia no
lo es todo: “Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy
justificado; pero el que me juzga es el Señor” (1Cor.4:4); lo que el apóstol
Pablo quiere decir es que, en nuestra ´conciencia´ no hay una perfecta
conciencia.
Ahora Job apela a la conducta del impío: “Porque: ¿Cuál es la esperanza del impío, por mucho que haya robado, cuando Dios le quitare la vida?” (v.8) Hay muchas maneras de robar, en lo poco y en lo mucho, a unos y a otros, y todas ellas encaminadas al mal: “No robes al pobre porque es pobre” (Prov.22:22) “El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad” (Prov.28:24) Y aún el hombre pretende robar a Dios: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas”, les dice el Señor (Mal.3:8) Cada cristiano debe leer esto con atención, pues es posible que estemos robando a Dios, cuando no estamos dando a la ofrenda, según el Señor nos prosperó: “Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios al dador alegre lo amará” (2Cor.9:7) ¡Sé generoso y da al Señor lo que de ti demandó!
Muchos males esperan al malvado, aunque
crea que Dios no tiene nada que ver con su estado. Lee la Biblia y verás que no
es así como tu piensas, sino que el Señor está en toda situación, y por qué
razón, porque Él es Omnipresente, Omnisciente, y Omnipotente. Gran gozo para el
cristiano que conoce esto, pues, entonces sabe que nada sucede sin el
consentimiento del Dios soberano, quien controla todo suceso o acontecimiento.
¡La soberanía de Dios es apoyo de fe para el creyente, y por ello, la voluntad
humana debe a Él someterse! Dios siempre actuará según principios divinos, y no
dejará nada al ´azar´, sino que todo el que Él permite. o hace, bajo su control
soberano está.
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