LIBRO DE JOB (Cap.19)
Juan Bta. García Serna
Unas palabras de Job que no tienen
´desperdicio´, y que van dirigidas a sus amigos: “Respondió entonces Job, y
dijo: “¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, Y me molestaréis con palabras?”
(vs.1 y 2) “Ya me habéis afrentado diez veces, y me maltratáis sin que
vergüenza os diese” (v.3) Job, por sus amigos es ´injuriado´ como un malhechor
empedernido, y sin razón es ´vituperado´, especialmente por aquellos que,
presumiblemente, deberían apoyarlo, y no afrentarlo. Job, consideraba, a sus
presuntos amigos, “angustiadores de su alma”, cuyas “palabras” le eran
“molestas”, y no sabias. ¿¿Cuál sería tu actitud si fueses Job? ¿Dirías lo que
dijo él, o mantendrías silencio en tu dolor? Quizás nos pueda ayudar lo que Jesús
padeció, que ante sus angustiadores su boca no abrió (Is.53:7) Un silencio, en
ocasiones, sería el medio que un cristiano debería adoptar: “Y siendo acusado
por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió” (Mt.27:12)
Job, no estaba exento de errar, y él sabe
que, sobre si mismo el pecado recaerá (v.3) Dios perdona y limpia de
iniquidad a todo el que dispuesto de corazón está a confesar: “Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad” (1Jn.1:9), no obstante, las secuelas del pecado sobre uno
recaerán; aunque Dios “sepultará nuestras iniquidades y todos nuestros pecados
echará en lo profundo del mar” (Miq.7:19) Y la pregunta del profeta Miqueas:
“¿Qué Dios, como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de
su heredad?” (Miq.7:18) ¡Qué gran consuelo el saber que nuestros pecados
confesados a Dios olvidados por Él serán!
Job, recuerda la gloria que tuvo, y ahora
estaba despojado de ella, y “quitada la corona de su cabeza” (v.9), y es que la
verdadera gloria no debería estar sobre nuestra cabeza, sino sobre Dios, como
el salmista David expresa: “Dad a Jehová la gloria”, y a “Él adora” (Sal.29:2)
¿A dónde buscas tú gloria? ¡Atiende a lo que Jesús dijo, y su enseñanza
prioriza (Jn.12:43) ¿Por qué buscar lo efímero y pasajero, y no centrarnos en
lo verdaderamente eterno?
La mirada de Job a su anterior gloria,
debería ayudarnos a entender que la tal como la ´sombra se esfuma´. Job, tuvo
una decepción de los que habían sido sus íntimos amigos, a quienes amaba, y que
ahora se volvían contra él, cuando más los necesitaba (v.19) Una pena cuando
los ´supuestos´ amigos te aborrecen sin causa, o simplemente se alejan
dejándote solo con tu ´pesada carga´, y aunque les digas: “¡amigos, tened
compasión de mí!”! (v.21) ¿lo oirán y a tu clamor atenderán? Es posible que sí,
aunque no fue el caso de Job.
¿A dónde estaba la esperanza del patriarca
Job? ¡Estaba en Dios, y en el día de su resurrección! “Yo sé que mi Redentor
vive. Y después de deshecha esta mi carne he de ver a Dios” (vs.25 y 26) Pablo,
el apóstol, así lo expresó, al igual que Job, al hablar de una vida en gloria
después de la resurrección: “pues tengo por cierto que las aflicciones del
tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse”, en la resurrección, o cuando Jesús venga (Ro.8:18), y si en ti
no hay fe, y continúas en incredulidad, entonces escucha lo que dijo Job:
“Sepas que un juicio habrá” (v.29)
Mi socorro viene del SEÑOR JESÚS , que hizo los cielos y la tierra.....y que el tiempo presente No será comparable con la gloria venidera que en nosotros los que creemos en JESUCRISTO ha de manifestarse
ResponderEliminar¡Cierto!, "aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció· (Jn.1:9 y 10)
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