CRUCIFICADO CON CRISTO.
Juan Bta. García Serna
Introducción.
"Con Cristo he sido juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí" (Gál.2:19 al 20)
Este texto bíblico contiene todo un ´manual´, en síntesis, de lo que debería ser la vida espiritual auténtica. ¡Ojala Dios nos hable por medio de esta expresión paulina, que constituyó su propia experiencia con el Señor, como también fue la vida de aquellos primeros cristianos de la época apostólica! Hoy vivimos en otra época, pero el cristianismo genuino debe volver, y ´beber´ de la fuente de la cual emana ´agua viva´. En el Evangelio según Juan 7:37 y 38, dice: "En el último día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escrituras, de su interior correrán ríos de agua viva". Hay que tener "sed" para poder recibir esta "agua viva". Jesús se refería al Espíritu Santo: "Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en él" (Jn.7:39)
1. “Con Cristo he sido juntamente crucificado”.
Observa que dice “he sido juntamente crucificado” ¿a qué se
refiere? Al instante de la conversión a Cristo. Lo que el apóstol Pablo quiere
decir es que, “llegando a ser semejante a él en su muerte” (Fil.3:10) Un acto decisivo
de fe en el pasado cuando Pablo había sometido vida y destino a Cristo: “Señor,
¿qué, quieres que yo haga?” (Hch.9:6) En ese momento de experiencia de
convertido al Señor, él estaba identificándose con Cristo en su muerte. Y en el
bautismo cristiano se expresa este simbolismo: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección” (Ro.6:
2 al 5) ¿Y cuál es el sentido y la finalidad?: “Porque el amor de Cristo nos
constriñe, pensando esto: que, si uno murió por todos, luego todos murieron; y
por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos” (2Cor.5:14 y 15)
2.
“Y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”.
Pablo deja de ser él, y pasa a ser de Cristo Jesús; esta
debería ser la experiencia de cada cristiano en su conversión a Cristo Jesús, no conversión a una religión que no puede cambiar la vida de NADIE. Algunos textos bíblicos
nos ayudarán a pensar lo que Pablo quiso decir con “ya no vivo yo, sino que
Cristo vive en mí”. Cuando Jesús habla de la oración deja claro qué voluntad
debe priorizar: “hágase tu voluntad”, expresó Jesús haciendo alusión al Padre (Mt.6:10)
¿Y cuál fue la oración de Jesús ante la crucifixión? “Padre, si quieres, pasa
de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc.22:42) ¿Qué
buscaba Jesús en su ministerio?: “Porque no busco mi voluntad, sino la voluntad
del que me envío, la del Padre” (Jn.5:30) ¿Qué dijo la virgen María ante su situación? "Hágase tu voluntad" (Lc.1:38) ¿Qué demandaba Jesús de aquellos que
querían seguirle?: “Y llamando a la muchedumbre y a sus discípulos, les dijo:
El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tomo su cruz y sígame”
(Mr.8:34) Observemos dos cosas:
´querer´, expresa voluntariedad; y tomar ´nuestra cruz´, la propia, la personal, no la Cristo Jesús. ¿Qué debe hacer el cristiano?: “No sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la
voluntad de Dios” Ef.6:6) ¡Esto cuesta, ya que la voluntad de uno y la búsqueda
de la aprobación de los demás forma parte de nuestra naturaleza adámica, o sea, la caída en el pecado!
3. “Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo
de Dios”.
La fe de Abraham es todo un ejemplo a seguir: “Y creyó a
Jehová” (Gé.15:6) Abraham, “no se debilitó en la fe, ni dudo, por incredulidad,
de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había
prometido” (véase Ro.4:18 al 21) ¿Qué es la fe? “es, pues, la fe la certeza de
lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb.11:1) Y un ejemplo de
esta fe: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la
palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”
(Heb.11:3) ¿Será posible agradar a Dios si uno no tiene fe? “Pero sin fe es
imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea
que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Heb.11:6) ¿A donde a
de mirar el cristiano?: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la
fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menosprecio el
oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb.12:2) ¡La fe se
tambalea cuando uno mira a los demás, pero queda firme y segura cuando, en exclusiva,
su mirada es puesta en Cristo
Jesús!
4.
“Quién me amó, y se entregó a sí mismo por mí”.
Un texto clave en lo que respecta al amor de Dios sacrificial es el señalado por el evangelista Juan: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn.3: 16) ¿Será amor aquel que no conlleva sacrificio? ¿Cómo evidenció Dios su amor? “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envío a su Hijo unigénito al mundo, para que vivíamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envío a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1Jn.4:9 y 10) ¿Hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo?: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (Ro.8:35) Una cuestión reflexiva: ¿Y qué o quién nos separará del amor a Cristo Jesús? ¡Si hubiese cualquiera situación que te separase de Jesús, entonces plantéate tú seguridad de SALVACIÓN!
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