SALVACIÓN EN JESÚS.

Juan Bta. García Serna

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Jn.3:16) Un de los textos más importantes en la Biblia. Un versículo que compendia la salvación en Cristo Jesús. a) No cito este texto de algún libro en particular, sino de la excelencia de las propias Sagradas Escrituras. b) No cito este texto de alguien que lo haya dicho, sino de las propias palabras de Jesús. c) Ni tampoco cito este texto en razón de alguna postura religiosa, sino que recurro a la interpretación que el propio evangelio da en lo referente a lo que dijo Jesucristo. Será una exposición escueta, pero con mucho contenido sustancial de la salvación en Jesús: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre (excepto Jesús) bajo el cielo, dado a os hombres, en que podamos ser salvos" (Hch.4:12) 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo”.

 Una expresión que indica lo inalcanzable en la comprensión del amor de Dios hacia el ser humano “excede el amor de Cristo a todo conocimiento” (Efesios 3:19) Un amor universalizado “amó Dios al mundo”. Las personas solemos hacer diferencia entre la gente, según su país, color de la piel, o posición social, pero “para él no hay acepción de personas” (Efesios 6:9) Por ello, el amor de Dios alcanza a todo el mundo, en el cual nosotros vivimos; siendo el amor de Dios existencial en su propia persona de divinidad, y como dijo el apóstol Juan, Dios no sólo tiene amor, sino que: “Dios es amor” (1Jn.4:16)

“Que ha dado a su Hijo unigénito”.

 Un amor de Dios puesto en sacrificio “en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo” (1Juan 4:9) Un amor inmerecido “en esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1Juan 4:10) Un amor que no lleva en sí sacrificio no se puede catalogar como genuino amor. Dios no sólo habla de que es amor, sino que lo demostró entregando a su Hijo Unigénito a morir en la cruenta cruz del Calvario para perdonar nuestros pecados y darnos la SALVACIÓN (1Jn.4:8)

“Para que todo aquel que en él cree”.

La palabra “creer” no es un asentamiento de las verdades bíblicas, sino un actuar conforme a esa creencia “creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (2Corintios 4:13) Cuando una persona cree en Jesucristo recibe el perdón de sus pecados  “de éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43)  Creer en Jesucristo nos hace hijos de Dios “mas a todos los que le recibieron, a los creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)  Jesús exhorta a las personas a creer en el evangelio “el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15)

A ninguna confesión religiosa Dios le dio autoridad de perdonar los pecados “pues para que sepáis que el Hijo del hombre (Jesucristo) tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados” (Mateo 9:6) La confesión de nuestros pecados es solamente a Cristo, Quien tiene autoridad para perdonarlos “”si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1Juan 1:9) En la era apostólica ninguno de los líderes eclesiales ejerció está autoridad de perdonar pecados a nadie. Cuando Jesús dijo al paralítico: "hombre, tus pecados te son perdonados", entonces los religiosos judíos le dijeron: “¿quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” (Lucas 5:20 y 21) 

“No se pierda, mas tenga vida eterna”.

 La cuestión de salvarse o perderse radica en creer o no creer  “de cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24)  Pablo señala que la salvación está disponible para toda persona que cree en el evangelio “porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16) Ni uno puede salvarse a sí mismo, ni tampoco lo puede hacer ninguna institución eclesiástica: “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”, dijo el apóstol Pablo (Hechos 16:31) ¿Eres salvo? ¿Tienes seguridad de la vida eterna? “Y este es el testimonio que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la ida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1Jn.5:11 y 12) “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1Jn.5:13) ¿Has de dudar de la infalible e inspirada palabra de Dios? 

 

 

 

 

 

 

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