LIBRO DE JOB (Cap.9)
Juan Bta. García Serna
Job se hace una pregunta que requiere
reflexión, "¿cómo se justificará el hombre ante Dios?” (v.2), una
inquietud espiritual del patriarca Job, y que puede hacerse cada persona
consciente de su vacío interior, un alma que anhela ser justificada ante el
Altísimo Dios; tal cuestión es resuelta si miramos con atención a lo que dice
la Biblia respecto a ser justificados ante Dios: “Justificados, pues, por la
fe, tenemos paz para con Dios” (Ro.5:1) Y si alguien piensa que sus obras le
darán la justificación o salvación ante Dios, está equivocado, ya que a la
conclusión a la que el Apóstol Pablo llegó es, que el hombre es justificado por
la fe, sin las obras de la ley (Ro.3:28)
Job se plantea otra interrogación,
"¿quién se endureció contra él, y le fue bien?” (v.4), un endurecimiento
del corazón no acarreará el bien, sino una turbación de espíritu que afecta,
sin lugar a dudas, a todo el ser, o sea, a toda nuestra personalidad en el
´querer y hacer´, y esto sucede cuando el hombre actúa por su cuenta, y no
le irá bien, en cambio leemos: “porque Dios es el que en vosotros produce así
el querer como el hacer” (Fil.2:13) Hay una innata tendencia a ser nosotros los
que actuamos y dejamos a Dios a un lado. Y si así es, entonces se producirán
muchos fracasos que se lamentarán después, y de nuevo será necesario
retroceder., y volvernos a Dios otra vez.
Job plantea una duda: “Si yo le invocara,
y él me respondiere, aún no creeré que haya escuchado mi voz”, dijo él (v.16)
Un sentir en la situación crítica por la que estaba pasando Job, que aún podría
dudar de que Dios le respondiese a él. Y no era porque le faltase la
fe, sino que las circunstancias le llevaban, en cierta medida, a creer que el
Dios Altísimo condescendiese y le escuchará a él. La fe se ´tambalea´ cuando
hay momentos de sufrimiento y no sabemos el por qué. Y como Jesús dijo al
Apóstol Pedro: “Lo que yo hago, tú no lo compres ahora; más lo entenderás
después” (Jn.13:7) “He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;
pasará, y no lo entenderé” (v.11), Job está confuso por su padecimiento, y ello
obstaculizaba su visión que de Dios debía tener, y así, nos sucede a nosotros,
pues todo no es posible saber, pues Dios guarda sus secretos, y esto hemos de comprender.
Job sabe que, Dios “hace cosas grandes e
inescrutables, y maravillas sin número” (v.10), al igual que Job, ¿tú lo puedes
creer? ¡Creámoslo, ya que a través de la Biblia leemos que sucedieron muchas
´maravillas´ que están fuera de la razón humana, y por ello, nos cuesta trabajo
creer! Hay una ciertísima certeza que asumimos por la fe, al igual con respecto
a la creación de Dios, que lo que no vimos lo entendemos por medio de la fe
(Heb.11:3). Jesús hizo muchas ´señales´, y los primeros cristianos de la era
apostólica también. Y si hoy, creo yo, hubiese más presencia de Dios, tanto a
nivel individual, como eclesial, las “cosas grandes e inescrutables y
maravillas sin número” veríamos en la actualidad suceder. Uno se pregunta: ¿por
qué? Y la respuesta es la que Jesús dijo a sus discípulos: “¿Dónde está vuestra
fe?” (Lc.8:25) Una fe reclamada por Cristo Jesús, que no consiste en ver, sino
en creer.
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