LIBRO DE JOB (Cap.14)
Juan Bta. García Serna
En este capítulo, Job alude a que la
vida es breve y que el hombre vive en un estado de cambios fluctuantes: “El
hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores” (v,1) “Sale
como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece” (v.2) ¡Una
descripción obvia la que hace el patriarca Job al considerar la temporalidad y
la fragilidad en la vida del hombre! “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie”
(v.4) A través del Nuevo Testamento sabemos que Sí hay Alguien que limpio nos
hace: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó a nosotros, y envío a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados” (1Jn.4:10) “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no
solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1Jn.2:2) ¡Obviamente
nadie puede limpiarnos del pecado, sino sólo Cristo Jesús si a Él se los
confesamos! “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y de toda maldad limpiarnos” (1Jn.1:9)
“Ciertamente sus días están
determinados. Y el número de sus meses está cerca de ti; le pusiste límites, los
cuales no pasará” (v.5) ´no serán traspasados´. Uno debe vivir con esta
realidad de que la vida es fugad y pasa, y después la eternidad, ya que la
persona no finaliza su vida con la tumba, o el sepulcro, sino que existe un más
allá; así lo señala la Biblia: “Y de la manera que está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”, ´vendrá´
(Heb.9:27) ¡Cuán triste es que la persona ignore esta verdad! ¿Por qué piensas
que después de la muerte física ya nada habrá?
¡Una filosofía diabólica que al mundo quiere engañar, y así el ser
humano vive esta vida porque no cree en el más allá! Amigo/a lee las Sagradas
Escrituras y ellas sabiduría te darán. Y asegúrate de que tu final sea con Dios
y no con la incredulidad. ¿Sabes a dónde una u otra te llevará?: “E irán éstos
al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mt.25:46) ¿En cuál de estos
dos lugares quieres estar? ¡Acepta a Cristo Jesús en tu corazón y vida eterna
con Él tendrás! “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al
que me envío (al Padre), tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida” (Jn.5:25) ¡Esto dijo Cristo, el Señor! Job apunta una
cuestión, y él mismo la resuelve con su afirmación: “Si el hombre muriere, ¿volverá
a vivir, o sea, resucitará? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga
mi liberación” (v.14) En cambio, Job creía en la resurrección: “Yo sé que mi
Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta
mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Al cual veré por mí mismo” (cap.19:25-27)
Una interrogación que religiosos, agnósticos y ateos se cuestionan en su
interior, pero que si leyesen las Sagradas Escrituras tendrían la contestación.
Confundir la materia con el espíritu es un gran error, pues el espíritu no pude
morir porque es el ´soplo de Dios´, según podemos leerlo cuando Dios al hombre y
a la mujer creó. La materia es la que muere, pero no el alma y el espíritu que
es creación de Dios. ¿Tienes tú esta
certeza que tuvo el patriarca Job de que al final de sus días vería a Dios? Creerlo o no aceptarlo acarreará una eterna repercusión (Mt.25:46)
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