LA MUERTE FÍSICA.

Juan Bta. García Serna

La Biblia deja claro que hay un después de la muerte física: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Heb.9:27) ¿Crees estas palabras de las Sagradas Escrituras? 

Un artículo sobre esta cuestión, a mi parecer, es de vital importancia, ya que tarde o temprano, de edad pronta o tardía, la muerte es innegable, y esto nadie lo pone en tela de juicio tenga o no creencias religiosas.  Algunos creen que después de la muerte física no hay nada más, todo ha terminado, mientras que otros creen en la resurrección, y en una vida de salvación o perdición, según la Biblia. Un análisis de los textos bíblicos sagrados proyecta luz suficiente al respecto. Hay una autoridad de inspiración e infalible en las Sagradas Escrituras que nos proporciona plena certeza de que la vida no tiene su final con la muerte. Quizás no estés convencido, pero si la palabra de Dios no te da confianza ¿te quedarás con la opinión humana que propaga incredulidad al respecto?  Indaga y reflexiona, y no dejes para última hora un absoluto desconocimiento de lo que te pasará después de la muerte. ¡Una falsa filosofía no te arrastre a la ignorancia, fíate del texto sagrado bíblico, y no te apoyes en ti mismo u otros!

Hay un argumento concluyente expuesto por el Apóstol Pablo: “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó” (1Cor.15:16) “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1Cor.15:14 y 15) “Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (1Cor.14:32) “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos”, por ello pregunta el Apóstol Pablo: “¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1Cor.15:20 y 55) Jesús anunció su crucifixión y también su resurrección, y así acaeció según el testimonio profético, histórico y apostólico. Jesús dijo a sus discípulos: “Estas son las palabras que os hablé estando aun con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día (Lc.24:44 y 46) ¿Tienes dudas de Cristo Jesús?

Una lectura del texto que encabeza esta reflexión habla de que después de la muerte hay un juicio, lo cual evidencia, de manera inexorable, de que la muerte física no es el final de la vida. ¿Crees esto? Según sea tu posición de fe o incredulidad, Dios que a todos a de juzgar, Él te pondrá en el lugar que por ti mismo tomaste la decisión de no creer a Dios, en cambio, los que sí hemos creído y seguido las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Tendremos un lugar, en la eternidad, distinto totalmente a las demás personas: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeas cosas pasaron (Ap.21:4) ¿Y los demás? “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Ap.21:8) ¿Hay alguna duda de quiénes irán a ese lugar de castigo por toda la eternidad? 

¿A dónde quieres pasar la eternidad? Según la Biblia solamente hay dos lugares: cielo e infierno: “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mt.25:46) Lee y reflexiona sobre lo que Cristo Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envío, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida” (Jn.5:24) Y la invitación de Jesús al principio de su ministerio fue: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mr.1:15) ¡Cuídate de pensar que al final todos los seres humanos serán salvos, no es verdad! Serán salvos, de manera exclus8va, todos aquellos que han recibido a Cristo Jesús: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn.1:12) Una pregunta hizo el carcelero de Filipos: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” ¿Y cuál fue la respuesta apostólica? “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hch.16:30 y 31) ¿Se añadió algo más? 

 

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