LA ORACIÓN.

Juan Bta. García Serna

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3)

A.    “Clama a mí, y yo te responderé”.

En esta expresión lo que observamos es ´oración y respuesta de Dios´, y al atenernos a lo que el texto bíblico dice, será necesario analizar algunas cuestiones que atañen a la oración, es decir, aquella que Dios contesta, si realmente cumplimos las demandas de Dios. La oración no es un rito de repetición, ni una costumbre que como cristianos hemos de hacer, sino un ardiente deseo de que Dios se digne a respondernos cuando oramos. Preciso es conocer qué pide Dios que pueda preceder a que Él escuche la oración. Hagámonos y contestemos a tres preguntas que de manera enfática tenemos en la Biblia.  

¿POR QUÉ ORAR?

Jesús ejemplarizó su vida de oración: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Evangelio según Marcos 1:35) En la Era Apostólica la oración ocupaba un lugar de prioridad entre los primeros cristianos: “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos de los Apóstoles 1:14) ¿Cuál era una de las prácticas de la primera iglesia apostólica: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos de los Apóstoles 2:42) ¿Qué hizo la iglesia cuando Pedro estaba en la cárcel? “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él” (Hechos de los Apóstoles 12:5) ¿Qué dijo Jesús en cuanto a la oración? “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar” (Evangelio según Lucas 18:1) ¿Qué dijo el apóstol Pablo a la iglesia de los Tesalonicenses? “Orad sin cesar” (5:17)

¿CÓMO ORAR?

Someter la propia voluntad a la de Dios. Jesús lo ejemplarizó: “Diciendo: Padre, si quieres, pasa de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Evangelio según Lucas 22:42) Jesús en su enseñanza dijo a sus discípulos: “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Evangelio según Lucas 11:2) ¿Qué dijo el apóstol Juan? “Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1ª Epístola del apóstol Juan 5:14) ¿Qué dijo el apóstol Pablo? “No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios” (Epístola a los Efesios 6:6)

¿Qué dijo Jesús haciendo alusión a su ministerio? “Porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envío, la del Padre (Evangelio según Juan 5:30) El apóstol Pablo expresó: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” (Epístola a los Gálatas 2:20)

Orando en la certeza que da la fe: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Epístola a los Hebreos 11:1) Jesús dijo: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Evangelio según Mateo 21:22) ¿Qué dijo el apóstol Santiago? “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada, pero pida con fe, con dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parta a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Epístola de Santiago 1:5 al 7) Y también dijo el apóstol Santiago: Y la oración de fe salvará al enfermo” (Epístola de Santiago 5:15) ¿Cómo se obtiene la fe? “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Epístola a los Romanos 10:17) “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” (Evangelio según Lucas 17:5) Hay un proceso de crecimiento de la fe: “Conforme crezca vuestra fe” (2º Epístola a los Corintios 10:15)

Orando pidiendo el perdón de Dios, y perdonándonos unos a otros. Dijo el salmista: “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Salmo 32:5) Dijo el sabio Salomón: “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13)  Dijo el apóstol Juan: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1ª Epístola de Juan 1:9)  Y en lo que respecta el  perdonándonos los unos a los otros, Jesús dijo cómo ha de ser nuestra oración: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Evangelio según Mateo 6:12) Jesús dijo: “Perdonad y seréis perdonados” (Evangelio según Lucas 6:37)  El perdón de Dios está acondicionado a nuestro perdón a los demás: Jesús dijo: “Y cunado estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”  (Evangelio según Marcos 11:25 y 26)

¿Cómo se ha de perdonar a los demás? Jesús dijo: “De todo vuestro corazón” (Evangelio según Mateo 18:35) El apóstol Pablo dijo: “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Epístola a los Colosenses 3:13) 

AYUDA EN LA ORACIÓN

Unos textos bíblicos nos ayudaran a pensar que en la oración uno tiene la intercesión Divina: "De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, para que oremos como conviene, pues no sabemos, y el Espíritu mismos intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios" (Epístola a la Romano 8:26 y 27)  "Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orad en el Espíritu Santo" ( Epístola de Judas 20) Y también se nos habla de la intercesión de Cristo Jesús: "Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la derecha de Dios, el que también intercede por nosotros" (Epístola a los Romanos 8:33) "Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, pues vive siempre para interceder por ellos" (Epístola a los Hebreos 7:25) 

RESPUESTA

 “Y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”

¿En qué consistirán estas “cosas grandes y ocultas”?  Se trata de la respuesta de Dios a la oración, cuando estamos agradándole en aquello que hacemos: “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1ª Epístola de Juan 3:22) Si la demanda de Dios en lo que respecta a la oración es una constante en nosotros, entonces, estaremos ciertos de que el Señor responderá a la oración, cuando y como él vea conveniente para nuestra vida espiritual. ¡Dios sabe mejor que nosotros aquello que nos conviene! Y es aquí donde la fe juega un papel muy relevante, ya que estaremos creyendo a Dios ´pese a lo que pese´. 

 

 

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