LIBRO DE JOB (Cap.8)
Juan Bta. García Serna
Bildad, no enjuicia las palabras de Job
con criterio de equidad, sino como un “viento de tempestad” (v.2),
dando a entender que lo que Job dice no responden a la verdad, y que lo que a
sus hijos les pasó fue un castigo de Dios en razón de su pecado de iniquidad
(v,4) Y, además, cuestiona la rectitud de Job : “Si fueres limpio y recto”,
Dios te ayudará, “y tú morada prosperará” (v.6) E indica que “al Dios
Todopoderoso, de temprano, en ruego, debe buscar” (v.5) De aquí aprendemos que,
por este camino, en lo que respecta a Job, su amigo no le ayudará. ¡Cuán
importante es dejar nuestra opinión, y tomar lo que Dios en cada momento nos
da, y así seremos instrumentos y consoladores, o exhortadores en toda
objetividad!
Hay un texto acertado que deseo comentar:
“¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?”
(v.3) ¡Dios no lo hará! No obstante, queda claro que su contexto era
acusar a Job, y claro esto estaba fuera de lugar; como cuando uno usa la Biblia
para ´golpear´ a los demás, aunque no se actúe con verdad, sino bajo un
preconcebido prejuicio aprendido y lanzado al ´azar´. Si quieres ser un buen
consejero: escucha, piensa, y aplica la palabra de Dios en verdad. He aquí otro
texto que merece reflexionar: “Tales son los caminos de todos los que olvidan a
Dios; Y la esperanza del impío perecerá” (v.13) Y, “su confianza como tela de
araña será” (v,14), o sea, un apoyo de poca fiabilidad, falto de consistencia,
y que no resistirá cuando la aflicción llegue sin avisar, y por ello sucumbirá,
ya que la Roca de apoyo es Cristo, y en ella has de confiar.
Otro texto sobre el cual quiero hablar: “He aquí, Dios no aborrece al perfecto, Ni apoya la mano de los malignos” (v.20), ¡esto dijo con verdad! Una gran consolación para los primeros, y desamparo para los segundos. Uno puede pensar, con seguridad, que si las cosas las hace en el ´temor de Dios´, de cierto, el Señor le recompensará, aunque todo no se le dará, pero tiene su aprobación que es lo principal, y de alguna manera, la presencia de Dios tendrá, sean cuales sean las circunstancias por las que haya de pasar. En cambio, el ´maligno´, nada de eso logrará, a no ser que se vuelva a Dios, y tenga una conversión, un giro genuino a la rectitud de vida espiritual. Y si no fuera así, no espere obtener de Dios la paz.
Uno debería preguntarse dónde está nuestra
prioridad ¿Estará en saber más de Dios, y sin estorbo alguno, y con
disponibilidad seguir las enseñanzas de Dios sin vacilar? ¿O estará
más bien en dejar las cosas de la vida espiritual, alejadas, como algo no
práctico, a la hora de vivir en una sociedad cargada de engaños e incredulidad?
¡Atendamos a la sabia proclamación que hizo Josué ante los que querían a otros
dioses adorar! “Escogeos hoy a quien sirváis; pero yo mi casa
serviremos a Jehová” (josué.24:15) Y si no, ¿a quién será? “La habitación de
los impíos perecerá” (v.22) “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”
(Lc.4:8)
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