LIBRO DE JOB (Cap.4)
Juan Bta. García Serna
Unos de los amigos de Job, utiliza la
palabra con finalidad de acusar diciendo, “¿quién podrá detener las palabras?”,
aunque, “molesto te será” (v.2) ¿por qué lanza su dura reprensión, a su amigo
Job, sin que hubiera una seria reflexión respecto al caso de Job? Utiliza una
teología, sin duda recta, pero carente de conmiseración, y falta de
entendimiento, ya que la tal no era aplicable a la situación de Job. ¡Utilizar
la enseñanza bíblica con finalidad de acusación sería una sinrazón, ya que el
enfoque teológico tiene finalidad de restauración y no de condenación, como fue
el caso usado de los amigos de Job!
El amigo de Job se equivocó, y no supo
aplicar su doctrina al sufrimiento de Job, ¡qué fracaso cuando intentamos
ayudar a los demás, sin saber ciertamente de dónde emana el problema para que
así podamos aplicar la palabra de Dios con toda veracidad, y con oración a
Dios, con el propósito de a las apersona/as ayudar a que encuentren en Cristo
Jesús lo que en otros no pueden hallar. Job, no solamente era un hombre
“perfecto y recto, temeroso de Dios” (1:1), sino que también ejercía de
consejero, y según su amigo, en esta labor fue de gran provecho. ¡Cuán
importante es que en nuestro “temor de Dios”, hagamos como el patriarca Job, y
a los que necesitan ayuda les demos sabio consejo como hizo Job!
“He aquí, tú enseñabas a muchos, Y
fortalecías las manos débiles; Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y
esforzabas las rodillas que decaían” (vs.3-4) ¡Este era Job antes de su dolor,
y aflicción! Un ministerio loable, sin duda, muy agradable ante Dios, que su
amigo utiliza para decirle, “más ahora que el mal ha venido sobre ti, te
desalientas; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas” (v.5), sin duda, esto
sucede cuando el afectado, y afligido soy yo, y no aplico lo que mi lengua en
otros momentos a otros aplicó. La credibilidad de uno se gana también cuando
estamos en la aflicción y seguimos fieles a Dios.
El amigo de Job argumenta: “¿Será el
hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo creó?”
(v.17) Unas palabras certeras, llenas de significación, pero su amigo,
olvidada, o no sabía, que esta expresión también era conocida por Job, y que
siempre él había actuado de manera consecuente en su vida, y por ello, en su
propia experiencia sabía esto respecto a Dios. Una vedad en la que es posible
incurrir en el error de cuestionar el designio de Dios. ¡Olvidamos que en Dios
hay una perfecta santidad, y lo que permite y hace no se debe cuestionar! ¿Qué
sabemos nosotros de los designios de Dios, y el por qué Él piensa, y actúa como
fue en el caso de padecimiento de su siervo Job?
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