EDUCANDO A LOS HIJOS.

Juan Bta. García Serna

Introducción.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Prov. 22:6)

Uno de los temas en cierta medida preocupantes es cómo “instruir al niño en su camino”. Cada matrimonio tiene su método educativo, e incluso, dentro de la pareja disienten. Si hay algún principio bíblico al respecto deberíamos tenerlo en cuenta a la hora de “instruir al niño en su camino”, y no hacerlo como “a ellos les parecía” (Heb12:10) Hoy soy más consciente de que los padres deben de recibir previamente la enseñanza. Al matrimonio se suele ir con mucha ignorancia en lo que respecta a la educación de los hijos, y casi siempre queremos aplicar los principios obtenidos de nuestra niñez y juventud, y todo aquello que hemos visto en la propia experiencia de la vida. Un cristiano debería tomar la metodología bíblica y aplicarla a la educación de sus hijos.

1º. En la educación de los hijos participan tanto el padre como la madre, así lo dice el texto bíblico (Prov.1:8, 6:20) El hijo aprenderá por la enseñanza, pero también por el ejemplo (2Tm.1:5) El ejemplo es primordial en todas las áreas de la vida cristiana (Tito 2:7; 1Tm.4:12) Una autoridad en un cristiano se valorará no tanto en lo que dice, e incluso haga, sino en cómo vive la espiritualidad que es la forma de una clara obediencia a Dios. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mi camino de perversión, y guíame en el camino eterno” (Sal.139:23 y 24)

2º. La enseñanza a los hijos debería partir de la propia experiencia (Dt.4:11) Y no “de oídas te había oído” (Job 42:5) La fuerza en la enseñanza siempre radicará en la propia experiencia con Dios. Una enseñanza sin fe no dará el fruto deseado en los que la escuchan. En Hechos 3:6 no se produce la sanidad del cojo por su fe, sino por la de Pedro y Juan “no tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo levántate y anda”. Los hijos observarán la fe de sus padres que les motivará a creer. No hemos de echar toda la culpa a nuestros hijos si no creen, algo o mucho de culpa hay en nosotros.

3º. Una enseñanza a los hijos requiere el uso de tiempo, el cual no siempre se tiene disponible, pero, ¿pero que dice Dios a los padres? ¡Lee con mucha atención reflexiva este pasaje de la Biblia!(Dt.11:19) En nuestro contexto social a penas tenemos tiempo, o quizás lo mal usamos. El aprovechar el tiempo es una enseñanza bíblica “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Ef.5:16) Si queremos algo, entonces, le dedicaremos tiempo “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora” (Ecl3:1) ¿Deben los padres descuidar el tiempo para sus hijos en aras de otras cuestiones? Creo que la educación de los hijos en lo espiritual, y también en el aspecto secular, se debe dedicar el tiempo necesario a los hijos para “instruirles en el buen camino”. Y si no se hace, entonces, las ´secuelas´ de una negligencia educacional se dejarán ver, en la manera de actuar de nuestros hijos/as en los momentos de tomar decisiones.

4º. Cuando se habla de la enseñanza a los hijos, sea ésta en materia secular o enseñanza espiritual, no debe ser ésta una imposición, sino un razonamiento dialogado respecto a sus beneficios (Ef.6:4; Col.3:21) Los padres deben de contar con la opinión o criterio de sus hijos, y no ignorar lo que piensan y quieren en cada aspecto de su vida secular o espiritual. Los hijos son personas que piensan y tienen sus preferencias y no siempre coinciden con el parecer de sus padres. Por ello, el diálogo constructivo y razonado, según la cuestión que se plantee, será lo aconsejable en el trato educacional con los hijos, para quienes los padres quieren lo mejor. La cuestión no está en imponer, sino en dialogar, argumentar, y razonar, sobre todas las cuestiones que atañen a la vida de nuestros hijos. ¡Nunca la imposición a ´ultranza´ ha dado resultado positivo, sino negativo!

5º. ¿Qué lugar de valor ocupan tus hijos en tu hogar? ¿Se sienten valorados y amados, aunque imperfectos? ¿Son las notas escolares lo más relevante? ¿Qué es lo que más se debe valorar? Un rechazo a los hijos por una cuestión u otra, sin un amparo de compasión y comprensión, llevará a los hijos al desánimo, y el desaliento es una negativa en la vida infructífera. Si las cosas van mal en algún aspecto, la solución no está sólo en la ´regañina´, sino también en la compasión, diálogo y mucha oración a Dios, y ésta no es cuestión de cantidad, sino de perseverancia; así lo enseña Dios en la parábola de la viuda ante el juez (Lc.19:1 al 7)

6º. Lo que observamos en los textos leídos es que la educación tiene que ver con “el temor de Dios”, cuyos resultados serán beneficiosos para el hijo “y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov.22:6)  “Adorno de gracia será a tu cabeza, y collares a tu cuello” (Prov.1:9) “Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán” (Prov.6:22) “Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2Tm.3:15) Sin duda los padres desearán esta bendición de Dios para sus hijos/as. ¡Pídele a Dios que te ayude en la gran tarea y también privilegio de educar lo mejor posible a tus hijos, con las Sagradas Escrituras!

7º. Los mejores consejeros de los hijos, no son la calle, ni aún la escuela, en lo que respecto a valores éticos, morales, y espirituales, sino los padres. Si permites que la influencia de los demás eduquen a tus hijos estaréis siendo unos padres irresponsables. ¿Te has preguntado el por qué los hijos no confiesan a sus padres sus problemas? Quizás porque ven a sus padres muy ocupados para dedicarles tiempo a ellos, o posiblemente porque no esperan de sus padres una comprensión de lo que ellos piensan. Cuando los hijos no consultan a sus padres sobre cualquier situación, hay que pensar que algo falla en los padres, para que sus hijos/as guarden silencio y no comuniquen nada a sus padres. Un consejo es que los padres oren a Dios con sus hijos/as, y dialoguen con libertad sobre toda cuestión que esté afectando a la vida de sus hijos/as. ¡Una terapia realmente imprescindible para llegar al verdadero cuidado de los hijos/as!