LIBRO DE JOB (Cap.2)
Juan Bta. García Serna
Una pregunta Dios hace a Satanás: “¿de
dónde vienes?”. Pero Dios que es Omnisciente, por ello, no tenía necesidad de
que el diablo se lo dijese, pero quiere oír su respuesta, y el diablo le dijo:
“de rodear la tierra y andar por ella” (v.2); esta es su diabólica estrategia
devorar a quien pueda. Así lo expreso el apóstol Pedro: “Sed sobrios, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar” (Ped.5:8) Y cuando Jehová a él le dijo: “¿No has
considerado a mi siervo Job, apartado del mal?” (v.3) y sutilmente Satanás
responde que el hombre: ´todo lo dará si su vida quiere conservar´ (v.4), por
ello, el diablo pensó que Job sería como los demás que, ante su maligna
tentación Job cedería, tarde o temprano, y dejaría su firmeza de apartarse del
mal.
Job fue herido por Satanás, de una
enfermedad maligna que no le dejaba descansar (vs.7-8) Y aún su propia mujer de
la cual no tuvo apoyo, sino que con palabras ´fatuas´ le dijo, “¿aún retienes
tu integridad?” (v.9) y la respuesta de Job a su mujer fue: “¿De Dios
recibiremos y el bien, pero no el mal?” (v.10). Una gran lección de Job de que
ante la adversidad él no dudó de Dios, ni despropósito alguno a Jehová atribuyó.
En escena entran los amigos de Job, que en ´principio´ nada se les puede
reprochar, ya que se identificaron con el dolor de su amigo Job, e inclusive
“ninguna palabra dijeron”, al contemplar el gran sufrimiento que estaba
padeciendo Job (vs. 11-13). Ocasiones habrá en las que el silencio es el
consuelo mejor, y no las muchas palabras que ahuyentan la consolación.
¿Qué deberíamos aprender de este capítulo
dos? 1) Que el diablo no suele dar tregua en su maligno empeño de
apartar a las personas de la comunión con Dios 2) Que el cristiano, al igual
que Job, ante cualquiera que sea su situación, puede aferrarse a Dios 3) Que
ojeando la postura de la mujer de Job, digamos que el matrimonio, al ser una
unión de dos, juntos deberían afrontar cualquier ´viento de adversidad´ que
azota por igual a los dos, ya que es fácil cuando las cosas van en viento
en popa, así se dice, sin que haya aflicción.
4)
Que la fe en el patriarca Job, era antes, y después, de ser sacudido por las
´garras´ del dolor, qué, aunque en él estaba la confusión, no por eso dejó de
creer en la bondad de Dios. 5) Una observación de madurez espiritual en Job
ante el dolor, nos lleva a pensar que la fe no evita que haya ausencia de
aflicción, sea éste, físico o psíquico, como el sufrido por Job. 6) La
verdadera vida espiritual suele ´brillar´ en el dolor 7) La paciencia y fe de
Job debería darnos una gran lección que nos llevaría a ser auténticos
cristianos ante el dolor.
Una reflexión respecto a esta bíblica
porción que, nos llevará, sin duda, a plantearnos cómo afrontamos el dolor, y
las circunstancias adversas que vienen, y que son inevitables, y sólo la fe,
las llevará sin que uno caiga en la desesperación y abandono de Dios. Las dudas
vendrán y las tales no son pecado, cuando no son arraigadas en una incredulidad
de corazón. Hay muchos ejemplos bíblicos que también tuvieron sus momentos de
aflicción y que en los cuales buscaron una respuesta en Dios, y en algunos
casos Dios respondió, pero en otros hubo un ´silencio´ que uno debería aceptar
sin ninguna vacilación. ¡Uno no puede entrar en todas las profundidades de los
sabios designios de Dios! ¿No le pasó esto a Job? No obstante, al final Dios
respondió a Job, y entonces Job entendió. Hay muchos misterios en los planes
divinos del Señor, que no siempre sabremos el porqué de tal o cual situación,
pero nuestro es el deber incuestionable que es seguir confiando en Dios.
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