POESÍA BÍBLICA * EL PERDÓN
Juan Bta. García Serna
¡0h Señor! Tú me has perdonado, ¿cómo no podré hacerlo yo?, ya que has puesto en mí una vida nueva capaz de imitar Tú perdón. Si no se ejerce el perdón, que de Dios uno recibió, entonces aflorará un sentimiento de culpa que afectará nuestra relación con Dios. ¡Oh Dios! Concédenos que a través de Ti hagamos real el perdón, como algo necesario que proporcionará quietud, y paz al corazón. ¡Amigo/a!, ¿conoces este perdón?, el divino, por supuesto, pero también el de tú y yo, que es el práctico, el ideal, el que fluye del interior, y nada es comparable a él cuando se ejerce como Jesús lo ejemplarizó.
¿Has pensado en las palabras de Jesús, de que si no perdonas
tampoco recibirás de Él el perdón?: “Más sino no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará” (Mt.6:15) ¿Y qué de las palabras
de Jesús ante los que intervinieron en su crucifixión? ¿no dijo “perdónalos”?
(Lc.23:34)
Y cuando el discípulo Esteban fue apedreado: “y puesto de
rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado, Y
habiendo dicho esto, durmió” (Hch.7:60) ¿Cómo ha de ser este perdón? Jesús dijo
que ha de ser “de todo corazón” (Mt.18:35) ¿Puede un corazón que no perdona
recibir la bendición de Dios?
Si uno es cristiano, entonces, se requiere la ejemplaridad
del Señor, y también de sus discípulos, que actuaron en el perdón, aunque
sufrieron muchas incomprensiones sin razón. Hoy vivimos en una sociedad que, en
cierta manera se caracteriza por la crispación. Hoy hay necesidad, sin duda,
como siempre la ha habido, de un cristianismo pacificador que evidencie los
valores, éticos, morales, y junto al ejercicio de auténtico perdón. ¡Ser
cristianos significa vivir en la humildad, viendo los valores que existen en
los demás! Lo más fácil es la crítica, no constructiva, sino la dañina. la que
se ejerce sin ningún tipo de piedad!
Si cristiano quieres ser, entonces, el camino del perdón
debes conocer y ejercer, porque sin él la vida cristiana no tiene sentido de ser.
¡Cuántas personas viven ´amargadas´, porque no hay cabida de perdón en su ser,
ya que piensan que son los demás, los que realmente el daño se lo hicieron a
él! Y si así fuese, aún tu cristianismo
debe llevarte a un perdón que el ofensor no debería merecer, pero como
cristiano debes de ejercer. Seguir las
pisadas de Jesús, evidenciará una actitud que conlleva el perdón, una cualidad
de inmenso valor, que afecta a una intercomunicación, tan imprescindible en la
relación.
¿Cuál es tu situación en este momento respecto al
perdón? ¡Dile, sinceramente a Dios, que
te ayude a perdonar como Él te perdonó! Quizás no seas un cristiano a la manera
que Jesús enseñó, si así es, búscale, y si lo haces de veras, hallarás Su perdón
que, lo compartirás con los demás de todo tu corazón, y tu vida se llenará de
gozo al hacer lo que Jesús enseñó.
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