CURSO DE ESTUDIO BÍBLICO (V)
Juan Bta. García Serna
Prof. Ernesto
TRENCHARD
EVANGELIO
SEGÚN MARCOS
LECCIÓN V
EL SIERVO EXTIENDE SU MINISTERIO
(3:7-35)
Introducción
Marcos acaba de señalar la creciente oposición a Jesús por
parte de los judíos de Galilea mediante una serie de incidentes en los cuales
los escribas y los fariseos criticaron la libertad y el poder divino del
ministerio del Señor. Por no querer reconocer el poder divino que se
manifestaba en el Salvador, les parecía que atacaba las viejas instituciones
del judaísmo, derribando así las barreras entre los “justos” y los “injustos”.
Años más tarde, el apóstol Pablo analizó el error fundamental de los judíos al
decir: “Porque, ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios” (Rom.10:3). El amor, la
justicia interior y la libertad espiritual del Señor condenaban la “justicia”
de ellos, externa e hipócrita, y les llevó a unirse para buscar la muerte de
Jesús.
Hasta que sonase la hora señalada en el programa divino, los
hombres maliciosos no tenían ningún poder contra el Señor, quien continuó su
ministerio al lado del mar y por la región de Galilea, acudiendo las multitudes
de odas partes para aprovechar su poder sanador (3:7-12). Entonces llegó la
hora para llamar a ciertos discípulos a una obra más intensa y explícita de
apostolado. El discípulo aprende, pero el apóstol corre a otros
con el mensaje que ha aprendido. En 3:13-19 se detalla el nombramiento de los
Doce. La sección termina con dos casos más de oposición en contra del Señor:
uno de suma gravedad de parte de los escribas que habían venido de Jerusalén
(3:22-30), y otro, en parte bien intencionado de “los suyos”, es decir: sus
hermanos y su madre, que se apenaban al verle hecho el centro de tanta
conmoción, de tal forma que a veces ni podía comer. Así, entre las tinieblas
del odio y de la ignorancia la LUZ DEL MUNDO resplandeció en los campos y ciudades
de Galilea de las Gentes, trayendo saludo y vida a las almas y a los cuerpos
según el Plan Eterno. Véase la profecía de Isaías 9:1-2.
El ministerio se extiende más allá del lago (3:7-12)
“Más Jesús se apartó” (3:7). Jesús no se apartó de las multitudes necesitadas
que le seguían por todas partes, sino de los enemigos: la infame alianza de
fariseos y herodianos que procuraba su muerte (3:6). Ellos seguían con sus
maquinaciones, pero él seguía con los planes eternos de Dios. Compárese con el
incidente en Nazaret que narra Lucas en su Evangelio (Lc.4:28-30)
La fama de Jesús. Idumea era el país que lindaba con Judea por la parte externa
del sur de Palestina, mientras que Tiro y Sidón se hallaban en Fenicia, más
allá de la frontera del norte, y aun de estas regiones apartadas acudía gente
al oír “cuán grades cosas hacía”. Las multitudes originaron dificultades de
orden práctico, ya que apretaban tanto al Señor, en su afán de aprovechar su
poder sanador, que le era difícil enseñar. Tuvo necesidad de un barco dispuesto
en la playa para que le sirviera de púlpito algo apartado de las gentes, y
según 3:20, no tenía tiempo ni para comer. Es el momento de la mayor popularidad
del Señor en el curso de su ministerio. ¡Cuántas de estas personas entusiastas
no se encontrarían más tarde entre las multitudes de Jerusalén que gritaban: “¡Crucifícale!”
El Siervo llama a sus ayudadores.
La vocación de los Doce (3:13-19). La obra de los Doce fue
importantísima, ya que ellos tenían que acompañar al Señor, presenciar la totalidad
de su Obra, escuchar sus enseñanzas y luego anunciar al mundo los grandes
hechos de su vida, pasando a oras generaciones las enseñanzas. Tenían que servir
de enlace entre la Persona y la Obra de Cristo y los hombres a quienes había
venido a salvar. Detrás de todo el Nuevo Testamento está la autoridad del VERBO
HECHO CARNE. En el curso de este breve relato de Marcos nótese los siguientes
puntos que se revisten de gran importancia: 1) “Él quiso” (3:13). La
obra de los Doce empieza en la voluntad soberana del Maestro: lo que le presta
gran autoridad y eficacia. 2) “Él llamó”. La voluntad de Dios se hace
efectiva en un llamamiento histórico (3:13) 3) “Ellos vinieron a él”. El
llamamiento de Dios obra conjuntamente con la libre voluntad de los hombres dispuestos
a escucharlo. 4) “Jesús estableció doce” (3:14). Toda la autoridad
procede del propósito del Maestro, quien solo puede “ordenar” para su servicio.
5) “Para que estuviesen con él” (3:14). El primer propósito del
llamamiento fue el de la preparación de los discípulos para estar en íntima
comunión con el Señor. Aprendamos que no podemos correr con el mensaje hasta
aprenderlo a los pies de Jesús. 6) “Para enviarlos a predicar”. He aquí el
segundo propósito: los discípulos que han aprendido de Cristo llegan ha ser
apóstoles que salen para proclamar las riquezas del Evangelio en su nombre. 7) “Y
que tuviesen potestad de sanar enfermedades” (3:15). Como su Maestreo, tenían
que manifestar el carácter del Reino restaurando los pobres cuerpos de
los enfermos a su estado normal de salud. 8) “Y de echar fuera demonios”.
El diablo había establecido su autoridad sobre los hombres por medio del
pecado. Al echar fuera a los demonios, el Señor y los Apóstoles demuestran de
una forma palpable que la victoria sobre el poder de Satán se acerca.
La lista de los Doce. Con ligeras variaciones, esta lista de los nombres de los
Apóstoles es igual a la que se encuentra en Mateo 10:2-4, Lc.6:14-16 y Hechos
1:13. Parece que nos nombres se presentan en grupos de tres, formando los tres
primeros Apóstoles un círculo íntimo que acompañan al Señor en algunas ocasiones
cuando los otros quedaron excluidos. El caso de Judas es muy especial.
Seguramente habría podido ser un buen Apóstol, bien que el Señor sabía desde el
principio que había de ceder al diablo y ser instrumento de su entrega en las
manos de los enemigos. Compárese con Juan 6:70-71.
Oposición de los escribas venidos de Jerusalén (3:22-30)
La blasfemia contra el Espíritu Santo (3:22-30). Se ve que los escribas de
la provincia de Galilea habían pedido el auxilio de los doctores de la Ley de
Jerusalén para contrarrestar la gran influencia del Señor Jesús en Galilea. Con
la venida de ellos, la oposición llega a su punto culminante, ya que, no
pudiendo negar el hecho de los maravillosos milagros de Jesús, atribuyen el
poder a “Beelzebub”, un nombre que empleaban los judíos como equivalente a
Satanás: “príncipe de los demonios”. El Señor toma esta acusación muy en serio,
e indica que es sumamente peligroso atribuir el poder manifiesto del Espíritu
Santo al demonio. Estos escribas rechazaron con insultos el único poder
salvador que operaba en el mundo, así que esta “blasfemia”, o sea, esta
oposición al Espíritu Santo, no podía tener perdón. Desde luego, podría ser
perdonados si deponían su actitud de rebeldía, pero la oposición persistente de
las almas en contra del Santo Espíritu acarrea irremisiblemente su perdición.
Los bienes del valiente (3:27-30). Esta pequeña parábola, o ilustración, se
aclara más en Lucas 11:21 y 22. Los escribas habían dicho que el Señor echaba
fuera a los demonios con la ayuda del mismo Satanás, y el Señor contesta con un
argumento muy claro: eso equivaldría a que Satanás luchara contra sí mismo, y
en tal caso su reino caería en pedazos. Si las pobres víctimas del poder de los
demonios eran libradas, es que Uno más fuerte que su dueño, el diablo, se había
presentado, pudiendo sujetar al “valiente”, que hasta entonces había guardado
sus “alhajas” con tanta seguridad.
Oposición con la familia natural (3:20-21 con 3:21-35)
La nueva familia espiritual. Por Juan 7:1-8 sabemos que los
hermanos del Señor no creyeron en él hasta después de la Resurrección. En este
caso habrían inducido a María, la madre de Jesús, a venir desde Nazaret para
persuadir al Señor que volviera a casa. Ella, sin duda, se preocupaba por la
salud y el bienestar de su hijo, mientras que a los hermanos les movía la envidia.
Desde luego, no hay razón para creer que estos hermanos fuesen otra cosa sino
los hijos de José y María, después del nacimiento de Jesús. Esta intervención
inoportuna no pudo influir en el desarrollo del programa del Señor, pues desde
el principio había declarado que le convenía “estar en los asuntos de su Padre”,
pero sí dio lugar a una hermosa definición de a la nueva familia espiritual. No
rechazaba los deberes naturales de hijo humano, como vemos escena de la Cruz (Jn.19:25-27),
pero por encima de todo se hallaba el nuevo parentesco: “Cualquiera que hiciere
la voluntad de Dios, éste es mi hermano, y mi hermana y mi madre”. La voluntad
de Dios es que creamos en aquel que Dios envió (Jn.6:29)
Preguntas:
1. ¿Cómo estableció el Maestro a los Doce? ¿Cuáles eran las
finalidades de su misión? (Contéstese analizando en detalle Marcos 3:13-15)
2. Búsquense tres casos
en los Evangelios en que el Señor se aparto con Pedro, Jacobo y Juan.
3. ¿Quién es el “valiente” de Marcos3:27, y quién le ata y
despoja de sus bienes?
4. Búsquese otros
pasajes que señalan que los hermanos del Señor (de la familia natural) no
creían en él antes de su Pasión, pero que se convirtieron después.
E-mail: jbmoredaaller@outlook.com.
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